
Durante años, el mensaje sobre la importancia del sueño fue claro: dormir bien es esencial para la salud física y mental. Sin embargo, nuevos estudios impulsados por Harvard Health han revelado que descansar en exceso puede ser perjudicial para el rendimiento cognitivo.
Lejos de ser una simple cuestión de horas, el equilibrio ideal entre sueño, alerta y descanso resulta clave para tener una mente lúcida y funcional. Esta reciente investigación, revisada por especialistas como la doctora y ginecóloga Toni Golen, pone en duda creencias extendidas y aporta evidencia relevante sobre el impacto de los hábitos de sueño en nuestra memoria, atención y calidad de vida.
La investigación de Harvard: diseño y muestra
En este estudio, se analizaron los patrones de sueño y su relación con el desempeño cognitivo en 1.853 adultos de entre 27 y 85 años (edad promedio: 50 años). Un dato relevante: el 57% de los participantes eran mujeres y ninguno presentaba diagnóstico previo de demencia ni antecedentes de accidente cerebrovascular.

Este amplio rango de edades permitió a los investigadores observar cómo el sueño afecta a personas en diversas etapas de la vida.
El equipo de Harvard dividió a los participantes en cuatro grupos, considerando tanto la presencia de síntomas de depresión como el uso de antidepresivos:
- Sin síntomas de depresión y sin uso de antidepresivos
- Con síntomas de depresión, sin uso de antidepresivos
- Con uso de antidepresivos, sin síntomas de depresión
- Con síntomas de depresión y uso de antidepresivos
Esta segmentación facilitó analizar las posibles conexiones entre la salud mental, el tratamiento farmacológico y los patrones de sueño.
Dormir mucho: efectos adversos en la cognición
Contrario a lo que podría pensarse, dormir demasiado se asocia con disminución del rendimiento cognitivo. Según el estudio de Harvard, las personas que dormían más horas de las recomendadas presentaron mayor dificultad para recordar información y disminución en la capacidad de concentración. Estos efectos negativos fueron independientes del estado de ánimo o el uso de medicamentos antidepresivos.

Los investigadores observaron que tanto las personas que dormían menos de seis horas, como aquellas que superaban las nueve horas de sueño, experimentaban bajas puntuaciones en pruebas de memoria, atención y rapidez mental.
En ese sentido, un sueño excesivo puede alterar los ritmos circadianos y afectar el metabolismo cerebral, generando confusión y letargo durante el día.
“La duración del sueño es un factor clave para el funcionamiento óptimo del cerebro”, explicó Maureen Salamon, editora ejecutiva de Harvard Women’s Health Watch. Los participantes que se mantuvieron dentro de un rango saludable de sueño (aproximadamente siete a ocho horas diarias) presentaron mejor rendimiento en evaluaciones cognitivas.
¿Por qué el exceso de sueño afecta la mente?
Las causas no están del todo claras, pero se han identificado varias hipótesis. Por un lado, dormir en exceso puede relacionarse con alteraciones del ciclo sueño-vigilia, lo que deteriora la capacidad del cerebro para procesar y almacenar información correctamente.

Además, el exceso de sueño suele asociarse con estilos de vida sedentarios, mayor aislamiento social y condiciones médicas subyacentes. Todo esto puede incidir de forma negativa en la salud cerebral y el rendimiento mental.
El artículo de Harvard subraya que dormir mucho no necesariamente equivale a descansar mejor. El exceso de sueño, en casos crónicos, se ha vinculado a mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y alteraciones del estado de ánimo.
Importancia de encontrar el equilibrio
El hallazgo principal de este estudio indica que no existe una receta universal respecto a la duración óptima del sueño. Sin embargo, tanto dormir muy poco como demasiado se asocian con deterioro cognitivo y otros riesgos para la salud. La recomendación general establece que entre siete y ocho horas de descanso facilitan el funcionamiento cerebral, la memoria y el bienestar emocional.
Según las conclusiones de Harvard, es fundamental mantener un enfoque equilibrado frente al sueño. Dormir menos de lo necesario afecta las funciones ejecutivas y la capacidad de recordar, mientras que el exceso de horas en la cama también puede impactar negativamente la autonomía y la calidad de vida en adultos mayores.

Dormir bien se traduce en dormir lo necesario. Atender la calidad y el ritmo del descanso es clave para reducir riesgos cognitivos y mantener la mente en óptimo estado. Este trabajo de la Universidad de Harvard subraya que la salud cerebral depende, en gran medida, de horarios y conductas de sueño saludables.
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