La ciencia detrás de la fatiga crónica: cómo entender y recuperar nuestra energía

Nuevas investigaciones científicas revelan la complejidad de este fenómeno, que involucra tanto la biología como la psicología, informa New Scientist

Guardar
El agotamiento afecta a una
El agotamiento afecta a una gran porción de la población mundial, según análisis recientes (Imagen Ilustrativa Infobae)

La fatiga es una de las quejas más comunes entre los adultos, afectando a una gran parte de la población mundial. Un análisis reciente realizado en 32 países reveló que hasta 1 de cada 5 personas saludables experimenta fatiga crónica, una condición que, a pesar de su alta prevalencia, aún escapa a una comprensión profunda en la medicina convencional.

Esta situación ha impulsado el auge de la industria del bienestar, que promete soluciones rápidas a través de suplementos, dietas y estilos de vida. Sin embargo, nuevas investigaciones científicas citadas por New Scientist, están comenzando a iluminar los misterios de la fatiga, ofreciendo una perspectiva más compleja sobre cómo nos sentimos agotados y, lo más importante, cómo podemos recuperar nuestra energía.

La fatiga: un misterio médico

A pesar de ser una de las principales razones por las que las personas buscan atención médica, la fatiga sigue siendo difícil de diagnosticar y tratar. En muchos casos, no existe una explicación médica clara, y los exámenes rutinarios, como los análisis de sangre, suelen descartar deficiencias obvias.

Sin embargo, la fatiga no debe verse simplemente como una falta de descanso o una deficiencia de nutrientes. En realidad, se trata de un fenómeno mucho más profundo y multifacético, que involucra una compleja interacción entre el cuerpo y el cerebro.

Interocepción y la energía: la clave del bienestar

La reciente investigación en neurociencia está revelando que la fatiga está estrechamente vinculada con lo que se conoce como interocepción, que es la capacidad del cuerpo para percibir señales internas sobre su estado físico y emocional.

Este proceso juega un papel crucial en la percepción de la energía. El cuerpo no simplemente “se siente cansado” porque haya acumulado demasiada energía; más bien, es el cerebro el que evalúa continuamente la disponibilidad de energía en el cuerpo, tomando decisiones sobre cuánta energía debe reservarse y cuánta debe liberarse para las tareas que se avecinan.

El cerebro decide cuánta energía
El cerebro decide cuánta energía reservar o liberar según las señales internas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En este proceso, el cerebro se convierte en un “gerente” que asigna recursos energéticos según las demandas del momento. Por ejemplo, cuando percibe que el cuerpo está bajo estrés o anticipa una gran carga de trabajo físico o mental, activa señales para conservar energía.

Este manejo continuo de recursos es fundamental para entender por qué, incluso cuando descansamos o comemos lo suficiente, aún podemos sentirnos agotados.

Mecanismos biológicos detrás de la fatiga

El agotamiento no es solo una cuestión de la cantidad de calorías consumidas. A nivel celular, un factor clave en la fatiga es la función mitocondrial, que se refiere al proceso mediante el cual las células generan energía.

Las mitocondrias, conocidas como las “centrales eléctricas” de las células, convierten los nutrientes en energía utilizable. Sin embargo, cuando no funcionan eficientemente, ya sea por exceso de nutrientes o por daño celular, la energía disponible disminuye.

Un ejemplo claro de cómo la dieta influye en la fatiga es el consumo de azúcar. Los estudios muestran que las dietas altas en azúcar pueden hacer que las mitocondrias funcionen de manera menos eficiente, lo que lleva a una sensación de fatiga y malestar.

De hecho, una reducción drástica del azúcar, como la que ocurre en las dietas cetogénicas, podría incluso mejorar la eficiencia mitocondrial y aumentar los niveles de energía.

Además, el estrés, ya sea emocional o físico, aumenta considerablemente el gasto energético de las células. Investigaciones recientes han demostrado que durante situaciones de estrés, las células queman energía un 60% más rápido de lo normal, lo que explica en parte por qué la fatiga puede aumentar durante períodos de alta tensión o enfermedad.

El impacto de la sociedad y la psicología en la energía

Factores psicológicos y sociales influyen
Factores psicológicos y sociales influyen en nuestra percepción de energía, más allá de lo biológico (Imagen Ilustrativa Infobae)

La percepción de nuestra energía no está determinada solo por factores biológicos, sino también por factores psicológicos y sociales. Un concepto clave en este sentido es el de presupuesto corporal, propuesto por la neurocientífica Lisa Feldman Barrett.

Según esta teoría, el cerebro maneja nuestros recursos energéticos en función de sus predicciones sobre lo que necesitamos hacer a continuación. Esta predicción puede ser influenciada por una serie de factores psicológicos, como el estrés anticipado, las expectativas sociales o incluso las emociones positivas.

Por ejemplo, la investigación ha mostrado que las personas pueden sentirse con más energía si están acompañadas de un amigo de apoyo, incluso si la actividad física es la misma.

Este fenómeno se conoce como “respaldo social”, y sugiere que la percepción de que contamos con los recursos necesarios para enfrentar un desafío puede disminuir la sensación de fatiga.

Biomarcadores de la fatiga y la energía

El estudio de ciertos biomarcadores también está arrojando nueva luz sobre la fatiga y su manejo. Uno de estos biomarcadores es el factor de diferenciación de crecimiento 15 (GDF15), una molécula que se libera en el cuerpo cuando las células experimentan estrés, como el causado por una infección o una carga de trabajo excesiva. Niveles elevados de GDF15 no solo están asociados con la fatiga, sino que también son un marcador del envejecimiento celular.

Esto sugiere que, a medida que envejecemos, nuestras células no solo se dañan, sino que también envían señales al cerebro para conservar energía, lo que contribuye a la sensación de agotamiento general.

Un estudio revela cómo las
Un estudio revela cómo las células dañadas contribuyen a la sensación de agotamiento (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recuperando la energía: estrategias prácticas

Con una mejor comprensión de los procesos biológicos y psicológicos detrás de la fatiga, se pueden tomar varias medidas para mejorar los niveles de energía:

  1. Descanso profundo: Técnicas de relajación y prácticas como la meditación o la oración pueden ayudar a reducir la percepción de fatiga al disminuir la necesidad del cuerpo de conservar energía. El “descanso profundo” promueve una sensación de calma y revitalización tanto a nivel físico como mental.
  2. Ejercicio regular: La actividad física regular es crucial para mantener las mitocondrias funcionando de manera eficiente. Además, los ejercicios breves o “snacks de ejercicio” pueden ser efectivos para aumentar la energía de forma rápida y mejorar la vitalidad general.
  3. Dieta equilibrada: Evitar los picos de azúcar y mantener una dieta rica en grasas saludables y proteínas ayuda a mejorar la eficiencia energética del cuerpo. Además, algunas investigaciones sugieren que el ayuno intermitente o una dieta baja en carbohidratos puede tener efectos positivos en la restauración de los niveles de energía.
  4. El apoyo social: Las relaciones interpersonales también juegan un papel crucial en la gestión de la fatiga. Estar rodeado de personas que nos brindan apoyo emocional puede aumentar significativamente nuestra percepción de energía, incluso en momentos de estrés o agotamiento.

La fatiga como un fenómeno complejo

La fatiga es mucho más que una simple falta de sueño o nutrientes. Es el resultado de una compleja conversación entre el cuerpo y el cerebro sobre los recursos energéticos disponibles.

A medida que los científicos continúan desentrañando los mecanismos detrás de la fatiga, emergen nuevas estrategias para gestionarla y recuperar nuestra energía.

Ya sea a través de cambios en la dieta, el ejercicio o el apoyo social, todos podemos tomar medidas para optimizar nuestra vitalidad y enfrentarnos con más éxito a las demandas diarias de la vida.

Cuáles son los problemas de salud que afrontan los astronautas de la NASA que estuvieron varados en el espacio

Los estadounidenses Sunita Williams y Barry Wilmore pasaron más de 9 meses fuera de la Tierra, cuando su misión original era de 8 días. Pies sensibles, huesos más débiles y un sistema circulatorio y cardíaco alterado, son algunos de los primeros síntomas

Cuáles son los problemas de

Brote de sarampión en Argentina: cómo son los operativos de vacunación en las escuelas

Infobae en Vivo mostró el trabajo de las unidades de salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en colegios de Palermo, la zona donde se detectó el primer afectado del brote que ya acumula 13 casos en el AMBA

Brote de sarampión en Argentina:

¿Saltarse el desayuno es malo? Ventajas y riesgos, según los especialistas

Mientras algunos sostienen que desayunar es clave para la salud, otros afirman que omitirlo no tiene efectos negativos e incluso podría traer beneficios. Qué dicen las investigaciones científicas y qué opinan los nutricionistas sobre la primera comida del día

¿Saltarse el desayuno es malo?

Descubren nuevos beneficios del baile para los pacientes con Alzheimer

Un estudio Universidad de West Florida mostró que la danza alivia la agitación y fortalece la memoria en personas con diagnóstico de demencia

Descubren nuevos beneficios del baile

¿Una siesta puede recuperar el sueño perdido? La verdad detrás del descanso diurno

Aunque las siestas breves son útiles para combatir la fatiga, no reemplazan un descanso nocturno adecuado, crucial para la salud física y mental a largo plazo, según especialistas de Women’s Health

¿Una siesta puede recuperar el