En un mundo donde el estrés y las preocupaciones diarias parecen inevitables, aprender a gestionar la ansiedad se ha convertido en una necesidad.
La ansiedad no solo afecta el bienestar emocional, sino que también tiene repercusiones físicas en el sistema nervioso, cardiovascular, digestivo e inmune, además de ser un factor de riesgo para el aislamiento social y la depresión.
Para abordar este problema, la socióloga de Harvard, Martha Beck, ha desarrollado un método basado en la compasión y la visualización, capaz de aliviar la ansiedad en cuestión de minutos.
Publicado en CNBC Make It, este enfoque se conoce como la técnica KIST y se estructura en tres pasos esenciales.
El método KIST: un enfoque amable para gestionar la ansiedad
Reconocer la ansiedad con amabilidad
Uno de los errores más comunes al enfrentar la ansiedad es resistirse a ella o ignorarla. Beck propone tratarla como si fuera un pequeño monstruo: un ente separado de uno mismo al que hay que reconocer con compasión.
Para ello, recomienda crear una distancia lingüística, refiriéndose a la ansiedad como “ella” en lugar de “yo”.
De este modo, en lugar de pensar “estoy ansioso”, la persona puede decir “ella está aquí”, lo que ayuda a generar una sensación de control.
“Todo estará bien” o “las cosas mejorarán en un momento” actúa como un mantra para tranquilizar la mente y las emociones.
Enfocar la mente en el futuro
Inspirado en la meditación tibetana, este segundo paso consiste en dirigir los pensamientos hacia deseos positivos para el futuro.
En lugar de quedar atrapado en la preocupación del momento, Beck sugiere formular frases como “que puedas sentirte bien” o “que logres encontrar la calma”. Este ejercicio reorienta la atención y permite recuperar el equilibrio mental.
La visualización como herramienta de alivio
La visualización es una técnica ampliamente utilizada para alcanzar objetivos o prepararse para situaciones difíciles.
En este caso, Beck propone imaginar la ansiedad como un ente que puede ser colocado en un lugar seguro, lejos de la mente consciente.
Un ejemplo de esto se encuentra en la película Doctor Sueño, donde el protagonista encierra sus miedos en cajas mentales para evitar que lo atormenten.
De manera similar, visualizar un espacio de paz y tranquilidad ayuda a reforzar la sensación de calma.
Un método accesible y eficaz
El enfoque de Beck destaca por su accesibilidad y facilidad de aplicación. En lugar de recurrir a estrategias complejas o técnicas que requieren mucho tiempo, KIST permite gestionar la ansiedad en minutos, fomentando la autocompasión y el control sobre los pensamientos negativos.
En un mundo cada vez más acelerado, herramientas como esta ofrecen una forma práctica de recuperar el bienestar mental y emocional.
La ansiedad puede ser una presencia constante, pero con el método adecuado, es posible aprender a convivir con ella sin que tome el control.
Además de su efectividad inmediata, la técnica KIST puede integrarse en la vida diaria como una estrategia preventiva contra la ansiedad crónica.
Al practicarla con regularidad, las personas pueden fortalecer su capacidad para gestionar el estrés antes de que se vuelva abrumador.
Este enfoque no busca eliminar por completo la ansiedad, sino enseñarnos a relacionarnos con ella de una manera más saludable, reduciendo su impacto en nuestras emociones y bienestar general.
Por otro lado, aunque métodos como este pueden ser de gran ayuda, es importante reconocer cuándo la ansiedad requiere atención profesional.
Si los síntomas persisten o interfieren significativamente con la vida cotidiana, buscar apoyo psicológico puede ser clave.
En combinación con terapia y otros recursos de salud mental, herramientas como la técnica KIST pueden contribuir a una mayor estabilidad emocional y calidad de vida.