
La alimentación juega un papel crucial en la salud cardiovascular. Algunos productos, aún presentes en muchas dietas, incrementan el riesgo de infarto y otras enfermedades del corazón.
Identificarlos y eliminarlos de la rutina diaria podría marcar la diferencia entre una vida sana y una amenaza latente.
Grasas trans: un enemigo silencioso
Las grasas trans son un peligro oculto en alimentos ultraprocesados. Presentes en galletas, frituras y margarinas, aumentan el colesterol “malo” (LDL) y reducen el “bueno” (HDL), obstruyendo arterias y favoreciendo infartos. La OMS recomienda evitarlas por completo, dado su impacto negativo en el sistema cardiovascular.
Exceso de sodio: hipertensión en potencia
El sodio, en dosis altas, dispara la presión arterial. Embutidos, sopas instantáneas y productos enlatados contienen niveles alarmantes de sal. Estudios han demostrado que reducir su consumo disminuye la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular. Apostar por especias naturales y moderar el uso de sal en la cocina es un primer paso para proteger el corazón.

Azúcares refinados: el peligro disfrazado de dulzura
Los azúcares refinados no solo impactan la glucosa en sangre, sino que también están vinculados a inflamación arterial y acumulación de grasa en órganos vitales. Pan blanco, refrescos y postres industriales contribuyen al desarrollo de diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. Sustituirlos por frutas y cereales integrales mejora la salud general.

Carnes rojas y embutidos: una bomba para las arterias
El consumo excesivo de carnes procesadas y rojas eleva el riesgo de aterosclerosis. Su alto contenido en grasas saturadas y sodio convierte a embutidos, tocino y cortes grasos en detonantes de enfermedades cardiacas. Optar por fuentes de proteína magra como pescado, legumbres o pollo sin piel reduce el impacto en el sistema cardiovascular.

Bebidas alcohólicas: un riesgo innecesario
Aunque algunos estudios sugieren que el vino tinto podría aportar beneficios en cantidades moderadas, el consumo excesivo de alcohol genera hipertensión y daño miocárdico. Su abuso también está relacionado con arritmias y debilidad del músculo cardiaco. Beber con moderación o eliminarlo completamente sería una decisión sabia.

Frituras y comida rápida: enemigos declarados del corazón
Los alimentos fritos, ricos en grasas saturadas y trans, contribuyen a la inflamación arterial y la acumulación de placa en los vasos sanguíneos. Papas fritas, pollo empanizado y hamburguesas comerciales contienen ingredientes que deterioran la salud cardiovascular. Optar por preparaciones al horno, a la plancha o al vapor minimiza riesgos.
