
Este lunes 28 de abril España y Portugal hicieron frente al peor apagón eléctrico de su historia reciente. A lo largo de la pasada noche y durante la jornada de hoy, ambos países trabajan para restablecer la normalidad, desbloqueando carreteras y reabriendo comercios, entre otros.
La crisis eléctrica fue desencadenada por una pérdida repentina de 15 gigavatios (GW) a las 12:32 del mediodía, una potencia equivalente al 60% de la demanda eléctrica en ese momento, según informó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras una segunda sesión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN).
Este corte de suministro afectó gravemente a la vida diaria, con numerosos electrodomésticos desconectados y desconcierto entre los ciudadanos. Uno de los principales interrogantes surgidos entre los afectados fue qué hacer con los alimentos almacenados en los congeladores, que durante horas estuvieron sin refrigeración.

Qué dicen los expertos
Tras varias horas sin electricidad, miles de personas comenzaron a cuestionarse si podrían salvar sus compras semanales o si, lamentablemente, tendrían que desecharlas. Ante esta incertidumbre, el Ministerio de Consumo emitió una serie de pautas para evitar intoxicaciones alimentarias derivadas de cortes prolongados de luz.
Si el apagón ha sido menor a cuatro horas y la nevera no se ha abierto, los alimentos perecederos como carne, pescado, lácteos y huevos pueden seguir siendo seguros. Sin embargo, si la interrupción supera ese tiempo, se deben tomar precauciones. Cualquier producto que requiera refrigeración y haya estado expuesto a temperaturas superiores a 5ºC durante varias horas debe ser descartado.
El Ministerio advierte que no se debe confiar en el aspecto o el olor de los alimentos. Mientras que frutas y verduras enteras suelen resistir los cambios térmicos, las cortadas o preparadas deben eliminarse, al igual que los platos cocinados o las sobras.
En cuanto a los congeladores, si no se han abierto, pueden mantener la temperatura interna durante un periodo de entre 24 y 48 horas. Los alimentos que aún estén fríos al tacto, con cristales de hielo o que mantengan su dureza pueden ser recongelados. En cambio, aquellos que se encuentren completamente descongelados y tibios deben ser desechados sin ningún tipo de duda.
¿Se puede volver a congelar algo que ya ha sido descongelado?
Congelar nuevamente un alimento que ya ha sido descongelado es una práctica que, en general, no se recomienda debido a los riesgos sanitarios que conlleva. Cuando los alimentos se descongelan, las bacterias presentes en ellos pueden comenzar a multiplicarse rápidamente, especialmente si han estado expuestos a temperaturas superiores a 5ºC durante un tiempo prolongado. Congelar el producto una vez más no elimina estas bacterias, lo que puede aumentar el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
Sin embargo, existen algunas excepciones. Los alimentos que se descongelan en condiciones controladas, como en el refrigerador, pueden ser congelados de nuevo, aunque la calidad puede verse afectada. En el caso de los alimentos cocidos, como carnes o guisos, es posible volver a congelarlos si se han enfriado adecuadamente antes de hacerlo.
En cualquier caso, para evitar problemas, lo más seguro es no volver a congelar alimentos una vez que han sido descongelados, salvo que se cumplan ciertas condiciones de seguridad alimentaria.