Los alimentos que no se deben comer si tienes reflujo

Alrededor de un 44% de los españoles sufre de reflujo gastroesofágico, en frecuencia debido a sus hábitos alimenticios

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Reflujo y otros síntomas de
Reflujo y otros síntomas de la acidez estomacal Foto: iStock

De acuerdo con el medio especializado Salud y Medicina, alrededor de un 50% de los españoles sufre de acidez y un 44% de reflujo gastroesofágico. Según explican, las molestias digestivas son frecuentes actualmente debido a los hábitos alimenticios de las personas: los excesos, la cafeína, o alimentos picantes, entre otros, pueden provocar este tipo de molestias con facilidad, con sus síntomas tan incómodos como una acidez persistente, ardor en el pecho, o esa sensación de que el contenido del estómago asciende por la garganta.

Realmente, la dieta es la herramienta fundamental para controlar los síntomas y prevenir su aparición. Aunque es cierto que el tratamiento farmacológico puede aliviar la acidez, es la elección de los alimentos la que, en general, determinará la aparición de los síntomas.

Qué no comer si se tiene reflujo

Según el medio especializado en alimentación Bar News, uno de los primeros grupos alimenticios que conviene vigilar más atentamente es el de los productos ácidos. Tomates, cítricos y sus zumos, incluidos los de naranja, limón o pomelo, encabezan la lista de ingredientes a evitar. Su acidez natural puede irritar la mucosa esofágica, ya de por sí comprometida, y favorecer una sobreproducción de ácido gástrico. El vinagre, siempre presente en aliños y marinados, actúa de forma similar, exacerbando las molestias en aquellos organismos más sensibles.

También son problemáticas las bebidas que contienen cafeína o alcohol. Café, té, refrescos energéticos o incluso algunas infusiones pueden relajar el esfínter esofágico inferior, una válvula que separa el estómago del esófago y cuya función es evitar el retorno del ácido. Al debilitar esta barrera natural, el camino queda abierto para que el contenido gástrico ascienda sin resistencia. El alcohol, además de compartir esta función, añade un factor irritativo adicional sobre la mucosa gástrica.

Alrededor de un 44% de
Alrededor de un 44% de los españoles sufre de reflujo gastroesofágico, en frecuencia debido a sus hábitos alimenticios

Como se puede intuir, también los alimentos picantes y grasos pueden despertar los síntomas. El curry, las salsas con chile o la pimienta negra, apreciados por su intensidad y sabor, tienden a desencadenar una respuesta ácida agresiva en el estómago. Por otro lado, los productos fritos, la bollería industrial o los postres cargados de mantequilla y azúcar ralentizan la digestión y favorecen la distensión del abdomen, creando la presión perfecta para que el reflujo se manifieste.

La alimentación entre horas también entra en la ecuación. Muchos de los snacks populares - galletas, patatas fritas, dulces o aperitivos industriales - combinan grasas poco saludables con azúcares refinados, un cóctel que puede inflamar la mucosa gástrica y desestabilizar la función digestiva. Incluso alimentos aparentemente inocuos, como el chocolate o la menta, pueden actuar como desencadenantes del reflujo. Ambos contienen compuestos capaces de relajar el esfínter esofágico, comprometiendo su eficacia.

No debe pasarse por alto otro factor clave: las cantidades. Las porciones excesivas pueden provocar una presión adicional sobre el estómago, especialmente si se consumen de forma apresurada o en horarios tardíos. Lo más recomendable para evitar los síntomas es optar por raciones moderadas, repartidas en varias tomas al día. Y por último, pero no menos importante, los hábitos posteriores a la ingesta. Tumbarse inmediatamente después de comer o cenar apresuradamente son prácticas que, aunque habituales, resultan contraproducentes.