![Una pareja de ancianos prepara](https://www.infobae.com/resizer/v2/R6VS7NV5NJGIDL7I72GFRLJLTY.jpg?auth=22b3739b5d4ec5dd91c222451844fedc28d52f4c8b981899a09c07ea93679bc8&smart=true&width=350&height=214&quality=85)
Soplar unas velas con el número 100 no es tarea fácil. Aunque hay personas con una mayor predisposición genética a la longevidad, existen algunos factores al alcance de nuestra mano que pueden ayudarnos a aumentar nuestra esperanza de vida. Son los hábitos de vida saludable.
Practicar ejercicio de manera regular, descansar las horas apropiadas y cuidar de nuestra vida social son elementos claves para una vida larga. Pero si existe un factor bastante determinante en cuanto a longevidad, es sin duda la alimentación.
La dieta juega un papel esencial en la longevidad y la prevención de enfermedades crónicas, pues algunos alimentos contienen nutrientes esenciales que favorecen la salud del corazón, el cerebro y el sistema inmunológico, ayudando a prolongar la vida y mejorar su calidad.
Nueces
Las nueces son ricas en grasas saludables, antioxidantes y fibra, lo que las convierte en un alimento excelente para la salud cardiovascular. Su alto contenido en ácidos grasos omega-3, junto con la presencia de polifenoles y magnesio, ayuda a reducir la inflamación y el riesgo de enfermedades del corazón, según un estudio publicado en el BMC Medicine. Además, varios estudios han demostrado que el consumo regular de nueces está asociado con una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas y diabetes tipo 2.
Champiñones
Los champiñones contienen la ergotioneína y el glutatión, antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo y reducen la inflamación, procesos clave en el envejecimiento. También tienen compuestos que pueden estimular el sistema inmunológico, según Asako Miyashita, dietista experta en alimentos. Además, los champiñones pueden contribuir a la regulación del colesterol y la salud del intestino gracias a su alto contenido en fibra y prebióticos.
![Una taza de té verde](https://www.infobae.com/resizer/v2/5EIVLO26IBGTJMDHL5KTYRWPRQ.jpg?auth=d55cb3bb6840432214c93f23ba9de97fb6955710f3262daeaaee8869b03ec313&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
Té verde
El té verde es rico en catequinas, que son unos poderosos antioxidantes que ayudan a reducir el daño celular y combatir el envejecimiento. Una investigación de la Universidad de Okayama (Japón) demostró que su consumo regular está relacionado con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer y deterioro cognitivo. También puede mejorar el metabolismo y la función cerebral, además de contribuir a la regulación de los niveles de azúcar en sangre.
Pescado graso
El pescado graso, como el salmón, la sardina y el atún, es una de las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3, cuyos efectos antiinflamatorios han demostrado ser capaces de proteger el corazón y el cerebro. Estos ácidos grasos esenciales ayudan a reducir el colesterol LDL (el conocido popularmente como “malo”), mejorar la circulación sanguínea y disminuir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Además, su alto contenido en proteínas de alta calidad contribuye al mantenimiento de la masa muscular con el envejecimiento.
Aguacate
La Fundación Española de Nutrición (FEN) recoge que el aguacate es una fuente rica en grasas monoinsaturadas saludables, fibra y una gran variedad de vitaminas y minerales, como el potasio, que ayuda a regular la presión arterial. Su contenido en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios contribuye a la salud del corazón y el cerebro. También es un alimento beneficioso para la piel y la salud digestiva, lo que lo convierte en una excelente opción para una alimentación longeva.
Aceite de oliva virgen extra
Es nuestro oro líquido. El aceite de oliva virgen extra es una de las principales razones por las que la dieta mediterránea está asociada con una mayor longevidad. De hecho, España es el país de la Unión Europea con mayor esperanza de vida: 84 años.
Es rico en antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados que reducen la inflamación y protegen contra enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Un reciente estudio publicado en la Journal of the American College of Cardiology logró demostrar el aceite de oliva virgen extra ayuda a mejorar la función cerebral y reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Brócoli
El brócoli es un vegetal crucífero cargado de compuestos bioactivos, como los sulforafanos, que tienen propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias. También es rico en fibra, vitaminas C y K, y antioxidantes, lo que ayuda a mejorar la salud del sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Su alto contenido en fibra también contribuye a la salud digestiva y el mantenimiento de un peso saludable, algo clave para el bienestar general.