
En México, el melón ocupa un lugar destacado tanto en la dieta cotidiana como en la economía agrícola. Su presencia permanente en mercados y su versatilidad en la cocina lo convierten en una fruta indispensable. Pero más allá de su sabor refrescante y dulce, el melón esconde múltiples propiedades que lo hacen un auténtico aliado para la salud.
Así lo expone la El Poder del Consumidor, que ha dedicado un análisis detallado al melón. Uno de los aspectos más sobresalientes de este fruto es su alto contenido de agua: aproximadamente el 92% de su composición lo es, eso convierte a esta fruta en una opción ideal para hidratarse, especialmente durante los meses más cálidos.
Esta característica del melón ayuda a mantener adecuado el nivel de líquidos en el cuerpo, contribuye a la eliminación de toxinas y favorece el funcionamiento de casi todos los sistemas orgánicos. El bajo porcentaje de azúcares, apenas un 6%, facilita su inclusión en dietas bajas en calorías y lo convierte en un refrigerio ligero.

El melón también es una fuente importante de antioxidantes, sustancias que protegen al organismo frente al daño de los radicales libres, retrasan el envejecimiento y contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Junto a este efecto protector, ofrece vitaminas A, B, C y E, las cuales tienen funciones esenciales para la piel, la vista, el sistema inmunológico y la regeneración celular.
La presencia destacada de ácido fólico, fibra y minerales como calcio, hierro y potasio agrega un plus al valor nutricional del melón. Por cada 100 gramos de melón, se reciben 26 kcal, 0.6 gramos de proteína, 0.1 gramos de grasas, 5,6 gramos de carbohidratos y 0.6 gramos de fibra.
El perfil de nutrientes del melón lo convierte, además, en un laxante natural suave, favoreciendo el tránsito intestinal. Consumirlo regularmente puede aportar beneficios al tracto digestivo y ayudar a prevenir el estreñimiento. La fibra y el agua, presentes en abundancia, contribuyen a este efecto sin generar molestias.

La riqueza de vitaminas y minerales del melón , en particular el potasio, mantiene el equilibrio de la tensión arterial, mientras que los diferentes antioxidantes propios del melón colaboran a la hora de cicatrizar heridas y conservar la elasticidad y salud de la piel.
En cuanto a su versatilidad en la gastronomía mexicana, el melón aparece en cócteles de frutas, ensaladas, aguas frescas, nieves y postres como gelatinas. Algunas regiones aprovechan también sus semillas para preparar horchata, o incluso para añadir sabor a salsas picantes y otros platos típicos, como ocurre en Querétaro y Michoacán.
Además, el elevado rendimiento del melón —una pieza puede llegar a rendir seis porciones—, su disponibilidad durante todo el año y su precio asequible, facilitan su integración en la dieta familiar. Recuerda consultar a un profesional de la salud antes de hacer cualquier cambio en tu dieta.