
En una era donde la conexión digital parece no tener horarios, los hábitos nocturnos también se han transformado. Entre ellos, uno de los más extendidos es quedarse dormido frente a la televisión encendida. Lo que para muchos parece una costumbre inofensiva, es visto por expertos como una práctica que puede impactar seriamente tanto la salud mental como la física, además de poner al descubierto necesidades emocionales profundas.
Especialistas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) advierten que, además de afectar directamente la calidad del sueño, la exposición nocturna a pantallas interfiere en el descanso reparador.
“Tener un sueño de calidad a lo largo de la vida contribuye a mantener el buen estado de salud. Sin embargo, algunas prácticas actuales como el uso nocturno de pantallas, celulares y televisión, incluso cuando ya se está acostado, aumenta el riesgo de presentar trastornos del sueño”, advirtieron psiquiatras de la Clínica de Especialidades en Neuropsiquiatría del Issste en el marco del Día Mundial del Sueño de 2024.
Desde el ámbito académico, Rafael Santana Miranda, médico responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina (FM), explica en entrevista para Gaceta UNAM que la constante exposición a estímulos luminosos, visuales y sonoros provenientes de celulares, videojuegos, computadoras y televisores ha convertido al Síndrome de Sueño Insuficiente en el principal trastorno del dormir en la actualidad.
Pero los riesgos de dormir con la televisión encendida no terminan ahí. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) señala que la exposición a la luz artificial mientras dormimos se asocia con un mayor riesgo de desarrollar problemas metabólicos, incluyendo enfermedades cardiovasculares.
Además, se encontró un vínculo entre este hábito y un aumento en el índice de masa corporal, lo que sugiere una posible conexión con la obesidad. “Las dietas poco saludables y altas en calorías y los comportamientos sedentarios han sido los factores más comúnmente citados para explicar el aumento continuo de la obesidad”, puntualiza el Dr. Yong-Moon (Mark) Park, investigador de los NIH.

¿Por qué algunas personas necesitan dormir con la televisión encendida?
Para muchas personas, el sonido constante de un televisor encendido no solo es un acompañante nocturno, sino un recurso que facilita el descanso. De acuerdo con un artículo del portal especializado en salud, Health, el ruido de fondo puede resultar relajante e incluso favorecer el sueño en ciertos casos. La familiaridad que ofrecen una serie o película favorita ayuda a disminuir la ansiedad que podría mantener a alguien despierto por la noche.
Sin embargo, mantener la televisión encendida durante la noche no es un acto neutral para el cerebro. Un estudio publicado en la revista Current Biology (vol. 24) explica que, aunque estemos dormidos, el cerebro continúa procesando los diálogos del entorno, clasificando las palabras escuchadas en categorías, lo que interfiere con otras funciones vitales durante las fases de descanso. Además, el ruido ambiental puede activar respuestas de estrés, generando un obstáculo adicional para lograr un sueño reparador.
“La ansiedad y el sueño están totalmente conectados”, sostiene la psicóloga clínica Sumi Raghavan, Ph.D. “La ansiedad nos acelera y puede impedirnos alcanzar un estado de relajación óptimo para dormir. Esta respuesta activa el sistema nervioso simpático, que reacciona como si enfrentáramos una amenaza, elevando la frecuencia cardiaca, acelerando la respiración, tensando los músculos y liberando adrenalina, todos factores que dificultan el descanso”, explica.
Para algunas personas, simplemente apagar la televisión puede resultar tan angustiante que interfiere aún más en su capacidad para dormir. “El insomnio solo funciona con el miedo”, advierte el neurólogo Chris Winter, asesor de Sleep.com. “En este caso, hablamos del miedo a no ver un episodio de ‘Friends’ o algo similar. Es necesario comenzar a desmontar esa estructura de creencias cognitivas, base fundamental en el tratamiento del insomnio”.
Por otro lado, algunas personas recurren a la televisión como una estrategia para distraerse de pensamientos que generan ansiedad y que podrían interrumpir su descanso. “¿Se trata de miedo a quedarse a solas con los propios pensamientos? ¿O es simplemente una necesidad de tener algo de luz o ruido?”, cuestiona Raghavan, subrayando que muchos adultos pueden sentirse incómodos al admitir un temor a la oscuridad.
Ya sea que este hábito responda a una necesidad emocional o se haya instaurado como una costumbre, analizar su origen es fundamental. “Creo firmemente en comprender el origen de nuestros hábitos para ayudarnos a empezar a cambiarlos”, afirma Raghavan para Sleep.com. “Vale la pena preguntarte: si te dijera ‘apaga la televisión esta noche antes de dormir’, ¿qué pensamientos y emociones surgirían?”.

¿Cómo lograr dormir sin la televisión encendida?
Dormir bien no es solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Para lograr un descanso pleno y reparador, especialistas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) recomiendan adoptar algunas prácticas clave. Entre ellas, destacan establecer horarios regulares para acostarse y levantarse, así como convertir la habitación en un espacio destinado exclusivamente al reposo: con una cama confortable, poco desorden, iluminación tenue y libre de ruidos o distracciones.
Asimismo, aconsejan reservar la cama únicamente para dormir, evitando utilizarla para actividades como trabajar, comer, revisar el celular o ver televisión. También es fundamental preparar el cuerpo para el descanso; por ello, sugieren que al menos dos horas antes de dormir se eviten actividades estimulantes como el ejercicio físico intenso, el consumo de café o la ingesta de comidas pesadas. Acostarse únicamente cuando aparezca la somnolencia natural también contribuye a un mejor descanso.
Los especialistas subrayan que proteger la calidad del sueño es tan esencial para el bienestar general como mantener una dieta equilibrada o realizar actividad física regularmente. Por ello, exhortaron a la derechohabiencia a evaluar sus hábitos nocturnos y, de ser necesario, implementar cambios que favorezcan tanto su salud como la de sus familias.