
El cabello puede convertirse en una fuente de preocupación cuando comienza a caer en exceso. Si bien es normal perder entre 50 y 100 cabellos al día, una pérdida mayor podría indicar un desequilibrio en el organismo.
Estrés, cambios hormonales, postparto o alteraciones en la absorción de nutrientes son algunos de los factores que podrían estar incidiendo. Sin embargo, una de las causas más comunes es la deficiencia de ciertas vitaminas esenciales.
Vitaminas clave para fortalecer el cabello
Los micronutrientes desempeñan un papel fundamental en la salud capilar. Entre ellos, destacan las vitaminas del grupo B, la vitamina D y la vitamina E, cuyos niveles insuficientes pueden debilitar la estructura del folículo piloso, acelerar el envejecimiento capilar y propiciar la caída.

Complejo B: pilares del crecimiento capilar
Las vitaminas del grupo B intervienen directamente en la formación y crecimiento del cabello. La biotina (B7), el ácido fólico (B9) y la cobalamina (B12) son especialmente importantes, pues su déficit puede traducirse en adelgazamiento del cabello y mayor fragilidad.

- Biotina (B7): esencial en el metabolismo de grasas, azúcares y proteínas. Su carencia se vincula con la pérdida de densidad capilar y fragilidad en las uñas. Se encuentra en carnes, pescados, huevos, frutos secos y verduras como espinaca y brócoli.
- Ácido fólico (B9): participa en la división celular, clave para el crecimiento del cabello. Su ausencia puede derivar en un pelo más débil, fino y propenso a encanecer. Se obtiene de hortalizas de hoja verde, frutas cítricas y legumbres.
- Cobalamina (B12): necesaria para la síntesis de nuevas proteínas, su escasez impacta en la regeneración capilar. Presente en productos de origen animal como carnes, pescados y lácteos.

Vitamina D: la clave oculta en el sol
La vitamina D no solo es fundamental para la absorción de calcio, también influye en la salud del folículo piloso. Un nivel bajo de esta vitamina se ha asociado con la alopecia areata, una condición autoinmune que provoca la caída localizada del cabello.
Dado que su principal fuente es la exposición solar, el déficit puede ser común en personas con poca exposición a la luz natural. Además, se encuentra en alimentos como pescados grasos, huevos y lácteos fortificados.

Vitamina E: escudo contra el envejecimiento capilar
Actúa como un potente antioxidante que combate el estrés oxidativo y el envejecimiento prematuro del cabello. Un folículo piloso debilitado produce un cabello más fino y menos resistente. Incorporarla en la dieta a través de aceites vegetales, frutos secos y verduras de hoja verde puede ayudar a fortalecer la melena.

Reforzar desde adentro
Si la caída del cabello es preocupante, revisar la alimentación y asegurar el consumo adecuado de estas vitaminas es clave. En algunos casos, el apoyo con suplementos puede ser una alternativa efectiva. Sin embargo, antes de optar por complementos, es recomendable consultar con un especialista para determinar la causa exacta de la pérdida capilar y encontrar la solución más adecuada.
Cuidar la salud capilar no es solo una cuestión estética, sino una señal de bienestar general. Una alimentación balanceada y buenos hábitos pueden marcar la diferencia entre una cabellera fuerte y una vulnerable a la caída.
