El estrés es una de las principales y más comunes afecciones mentales que se padecen en México, por lo que es común que muchos normalicen vivir en un estado de preocupación o tensión generado por una situación difícil, en distintos grado; sin embargo, no atenderla adecuadamente puede detonar otras enfermedades que van desde la ansiedad hasta el Alzheimer.
Por ello, Gerardo Sánchez Dinorín, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, destacó la importancia de que cada persona cuide su salud mental para hacer frente a los momentos de estrés, señalando que para esto no es necesario realizar una ardua labor sino que basta con regular el sistema nervioso a través del descanso.
En la charla ¿Cómo regular mi cuerpo para mejorar mi salud mental?, el académico recordó que el sistema nervioso manda órdenes hacia músculos y órganos para generar respuestas y también lo que ocurre con el resto del organismo, donde su posición proporciona datos importantes. Te decimos lo que debes saber.
¿Cuáles son los síntomas del estrés?
De acuerdo con publicaciones de la UNAM, los síntomas del estrés son:
- Agotamiento mental.
- Desmotivación.
- Poca tolerancia.
- Falta de energía y menor rendimiento.
- Dolor muscular, principalmente en la cabeza y mandíbula.
Síntomas del estrés crónico
- Tensión muscular, sobre todo en cuello y hombros.
- Cefalea localizada en la nuca.
- Malestar estomacal.
- Sequedad de boca.
- Taquicardia.
- Sensación de falta de aire.
- Temblores.
- Irritabilidad, impaciencia, nerviosismo y falta de concentración.
- Negativismo (percepción de una vida gris) y falta de interés.
No obstante, las señales también pueden ser de comportamiento, como trastornos del apetito, abuso de drogas, insomnio, ansiedad con ataques repentinos de “acelere” y malas relaciones interpersonales.
¿Cómo puedes atender y regular el estrés?
Sánchez Dinorín puntualizó que uno de los principales factores es mantener una alimentación sana, pues la microbiota tiene cuatro funciones principales: ayudar al metabolismo, fortalecer el sistema inmunológico, realizar funciones fisiológicas sustanciales, así como ser una barrera.
A ello se suma la calidad del sueño, pues no dormir bien es incómodo, pero a largo plazo su restricción crónica se relaciona con la obesidad, diabetes, enfermedades vasculares cerebrales, depresión y ansiedad, declive cognitivo y cuadros como enfermedad de Alzheimer.
Para mejorar su calidad, el investigador apuntó que es esencial:
- Establecer horarios para ir a la cama y levantarse.
- Procurar que el ruido, la temperatura e iluminación sean adecuados.
- Evitar el consumo de cafeína y alcohol cuatro horas antes de acostarse.
- Restringir el uso de dispositivos electrónicos durante la noche.
- Dejar de realizar ejercicio físico.
Sánchez Dinorín agregó que también es necesario poner atención a la correcta respiración, y no verlo como una respuesta automática o una conducta consciente.
En ese sentido, sugirió ajustar la respiración al tipo de demanda, lo cual incrementa la variabilidad de la tasa cardiaca. Sin embargo, enfatizó que todo esto son recomendaciones, pero si hay alguna condición que afecte la calidad de vida siempre es posible solicitar orientación y acercarse a expertos de la salud.
