Una cardióloga revela los siete alimentos que nunca tomaría para desayunar: “Tampoco los recomiendo para los peques”

Los productos ricos en azúcar refinado y los ultraprocesados no aportan una energía sostenida y de calidad

Guardar
Una madre y su hijo
Una madre y su hijo preparando el desayuno (Shutterstock)

Pese a que muchos productos están ampliamente normalizados como alimentos recurrentes para los desayunos, los expertos destacan que no son las opciones más saludables. La primera comida del día debe ser equilibrada y evitar las grandes cantidades de azúcar refinado y los alimentos ultraprocesados, ya que no aportan una energía de calidad para enfrentar toda la jornada

Además, un desayuno saludable nos permitirá regular el apetito durante el día, mejorar nuestra función cognitiva (la memoria, la atención y el rendimiento académico o laboral) y reducir, a largo plazo, el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y obesidad.

La cardióloga Angélica Figueroa, que a través de sus redes sociales (@cardio.figueroa) da consejos a sus seguidores para cuidarse correctamente, ha dedicado un vídeo a explicar cuáles son los desayunos que ella, como experta, “nunca tomaría” y que, por tanto, “tampoco recomiendo para tus peques”.

Alimentos no recomendados para el desayuno

“Cada mañana, muchos niños arrancan el día con productos que parecen inofensivos, pero que están cargados de azúcar, grasas saturadas y calorías vacías”. Tal y como destaca la cardióloga, “el desayuno puede marcar la diferencia en su salud cardiovascular futura”, ya que “un exceso de azúcares añadidos en la infancia se asocia con un mayor riesgo de obesidad, hipertensión y síndrome metabólico”.

Donuts
Donuts

Por este motivo, Angélica Figueroa recomienda prescindir de alimentos que generalmente se consumen en el desayuno, pero que pueden sustituirse por opciones mucho más saludables:

  • Zumos industriales, que se promocionan como “100 % natural”: pueden tener azúcares añadidos y muy poca fibra, por lo que provocan picos de glucosa en sangre y no son tan saciantes como una fruta entera. Consumidos regularmente, podrían aumentar el riesgo de síndrome metabólico y problemas cardiovasculares.
  • Cereales azucarados: muchos son ultraprocesados y cuentan con grandes cantidades de harinas refinadas, sal y azúcar. Además, no suelen tener un gran valor nutricional real.
  • Galletas “infantiles”: casi todas las galletas comerciales están hechas con grasas refinadas, azúcares y harinas blancas, lo que puede elevar el riesgo de obesidad, colesterol alto y diabetes tipo 2.
  • Bollería industrial: es altamente adictiva por su combinación de grasas saturadas, azúcar en exceso y saborizantes, así como un nivel de fibra muy escaso.
  • Cacao en polvo: suele tener más azúcar que cacao, por lo que no es comparable con el cacao puro y no aporta nutrientes significativos.
  • Mantequilla a diario: es una fuente rica en grasas saturadas, lo que en exceso puede contribuir a elevar el colesterol “malo”. Por tanto, más que evitarlo, debe moderarse su consumo y no utilizarse a diario ni en grandes cantidades.
  • Pan de molde ultraprocesado: generalmente está hecho con harinas refinadas, azúcares añadidos y conservantes. Es mejor optar por versiones integrales y sin aditivos, puesto que las opciones comerciales de pan de molde blanco tienen un índice glucémico alto y apenas sacian.
5 recetas con melocotón, la fruta que protege tu piel, reduce el colesterol y combate el estreñimiento.

Opciones saludables

Dada la importancia del desayuno, puesto que nos permite, si es equilibrado y saludable, contar con una energía real y sostenida durante todo el día, se deben elegir los productos más beneficiosos. Los alimentos no recomendados por la cardióloga pueden sustituirse por opciones como la fruta, los cereales integrales, los huevos, los frutos secos o el yogur natural, que aportan vitaminas y minerales, proteínas saciantes y fibra digestiva.