Cuál es la legumbre que debes tomar para mejorar la energía y combatir la fatiga

Mantener una alimentación rica en hierro, proteínas y magnesio nos ayudará a evitar el cansancio

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Legumbres (Shutterstock)
Legumbres (Shutterstock)

La alimentación juega un papel fundamental en nuestro bienestar: una dieta equilibrada nos permite mantenernos sanos y fuertes, así como combatir el cansancio y la fatiga. En este último sentido, se vuelve especialmente relevante porque, al proporcionarnos los nutrientes esenciales, el cuerpo genera energía, se mantiene el equilibrio hormonal y se asegura el buen funcionamiento del cerebro y los músculos.

Por ejemplo, podemos sufrir cansancio por ciertas deficiencias nutricionales con respecto al hierro, pudiendo desencadenar en anemia ferropénica; el magnesio, esencial para producir energía y relajar los músculos, o las vitaminas del grupo B, que participan en el metabolismo energético y reducen el agotamiento.

En ocasiones esta fatiga es crónica, un trastorno caracterizado por un cansancio extremo, que no consigue enmendarse con el descanso. Esto desemboca en mareos, problemas de concentración y memoria, puesto que el cuerpo no se encuentra lo suficientemente fuerte para hacer frente al día a día. Tanto en estos casos como en los periodos de agotamiento temporal, la nutrición puede ayudarnos a mejorar nuestra energía.

Dentro de la nutrición destacan especialmente las legumbres, que son una fuente muy rica de nutrientes que nos permiten mejorar la digestión, regular el tránsito intestinal o normalizar los niveles de azúcar en sangre. Además, son un alimento ideal para combatir la fatiga, en especial dos de ellas con un alto contenido en hierro: las lentejas y las habas.

Beneficios de estas legumbres

Las lentejas y las habas son muy útiles para paliar el agotamiento, puesto que tienen carbohidratos complejos, que aportan energía de liberación lenta, lo que evita los bajones energéticos, y son una fuente de proteínas vegetales, que ayudan a la reparación y el crecimiento muscular. Ambas cuentan con un alto contenido en magnesio, que es clave para la producción de energía y la función muscular; además, el zinc de las lentejas refuerza el sistema inmunológico y la recuperación celular.

Las habas no solo son idóneas para evitar la fatiga física, sino que, al ser fuente de L-dopa, un neurotransmisor precursor de la dopamina, se ven beneficiadas la motivación, el estado de ánimo y la energía mental. Lo mismo ocurre con el ácido fólico en las lentejas.

Sin duda, uno de los componentes que convierten a estas legumbres en piezas claves para combatir el cansancio es el hierro, que es esencial para la producción de hemoglobina. Esta, que se encuentra en los glóbulos rojos, ayuda a transportar el oxígeno a los músculos y el cerebro; por tanto, un déficit en esta sustancia puede causar fatiga y debilidad. Si combinamos estos alimentos con otros ricos en vitamina C, como el limón, el tomate o los pimientos, se optimizará la absorción del hierro.

El truco de Arguiñano para hacer las lentejas más rápidas con solo 15 minutos de cocción.

Otras formas de combatir la fatiga

Otros alimentos también pueden servirnos para paliar el agotamiento, puesto que sus nutrientes favorecer la obtención de energía: cereales integrales, ricos en carbohidratos; algunas verduras como las de hojas verdes o los crucíferos (espinacas, col rizada, brócoli, coles de Bruselas...), con vitaminas, antioxidantes y fibra; nueces, que contienen ácidos grasos omega-3 antiiinflamatorios, así como los pistachos y las almendras, con antioxidantes que regulan el azúcar en sangre, y las frutas del bosque (arándanos, moras y fresas), muy beneficiosas si las incluimos en nuestra dieta porque tienen vitamina C, antioxidantes, propiedades antiinflamatorias y fibra.

Además, esta dieta saludable y equilibrada se debe combinar con otras recomendaciones de los expertos, como mantener una buena hidratación, indispensable para eliminar toxinas del cuerpo y evitar la sensación de cansancio, o intentar no abusar de alimentos irritantes como el café o la comida ultraprocesada, que causan picos de energía seguidos de fatiga.