(Pexels)El omega-3 es un ácido graso esencial que juega un papel crucial en la salud general. Dado que el cuerpo humano no puede producirlo por sí mismo, es necesario obtenerlo a través de la alimentación. Así, incluir este tipo de grasa saludable en la dieta es clave para mantener un corazón en buen estado, ya que ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo), favorece la circulación y previene enfermedades cardiovasculares.
Además, el omega-3 es vital para el correcto funcionamiento cerebral, mejorando la memoria y reduciendo el riesgo de trastornos como la depresión o el deterioro cognitivo. También tiene propiedades antiinflamatorias y fortalece el sistema inmunológico.
Según la Fundación Española del Corazón, los expertos sugieren una ingesta diaria de 250 mg de ácidos grasos omega-3. Para lograrlo, se recomienda incluir en la dieta fuentes ricas en estos ácidos grasos, como los pescados azules.
Salmón dispuesto sobre un plato (Difuisón) Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), ciertos pescados azules son especialmente ricos en omega-3, lo que los convierte en una excelente opción para quienes desean mejorar su dieta. El salmón, particularmente en sus variedades salvajes, destaca por su alto contenido de este ácido graso esencial.
El atún, otro pescado rico en omega-3, es especialmente beneficioso cuando se consume fresco o enlatado al natural. Su versatilidad y facilidad para incorporarse en diferentes recetas lo convierten en una opción muy popular.
La caballa, por su parte, destaca por su buena relación calidad-precio. Aporta una gran cantidad de omega-3 y, debido a su bajo costo, es una opción accesible para quienes buscan integrar este nutriente sin gastar demasiado dinero. Estos pescados son ideales para quienes buscan mejorar su salud cardiovascular y general.
Uno de los pescados más sanos y completos es también el más barato: “Una ración casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales del día”. Las sardinas, aunque de menor tamaño que otros pescados azules, son una fuente destacada de omega-3 y se presentan como una opción económica. Este pescado se puede consumir fresco, enlatado o ahumado, lo que ofrece una gran versatilidad en su preparación y hace que sea fácilmente accesible para quienes buscan incluir omega-3 en su dieta de manera asequible. Además, su pequeño tamaño y su precio hacen que sea una alternativa ideal para quienes desean mejorar su salud cardiovascular sin incurrir en grandes gastos.
Por otro lado, el arenque, un pescado muy consumido en países del norte de Europa, también destaca por su alto contenido en omega-3. Su popularidad en estas regiones se debe, en parte, a sus beneficios nutricionales, ya que este pescado contribuye de manera significativa a la ingesta de ácidos grasos esenciales.
Si no consumes pescado, existen otras opciones para incorporar omega-3 en la dieta. Los frutos secos, especialmente las nueces, son una excelente fuente de este ácido graso esencial. Las semillas de chía, lino y cáñamo también son ricas en omega-3 y se pueden añadir a batidos, yogures o ensaladas. Además, los aceites vegetales, como el aceite de lino, de cáñamo o de chía, son opciones saludables para cocinar o aliñar platos. Los suplementos de omega-3 a base de algas también están disponibles para quienes no consumen productos de origen animal.