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Sandra Moñino Costa, dietista-nutricionista especializada en inflamación y pérdida de peso, ha tratado a más de 5.000 personas a través de su clínica en línea, Nutriciónate. La graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Alicante, ha asegurado en su web que su objetivo es “lograr ver cómo mis pacientes mejoran sus hábitos alimenticios con comida sana y sabrosa, dando un cambio hacia una vida activa y más saludable”.
Como una de las mayores expertas en inflamación, publicó en marzo de 2024 Adiós a la inflamación, un libro en el que explica cómo prevenir y combatir el hinchamiento crónico a través de la alimentación, incluyendo un menú antiinflamatorio con recetas saludables. Asimismo, en una de sus visitas al pódcast de Druni, Moñino ha hablado sobre los alimentos proinflamatorios que más afectan a nuestro organismo.
Y es que, la relación entre la alimentación y la inflamación del organismo ha sido objeto de numerosos estudios, y cada vez más expertos advierten sobre los efectos de ciertos alimentos en nuestra salud. La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante una agresión, pero cuando se prolonga en el tiempo, puede derivar en enfermedades crónicas. Un artículo publicado en Anales Venezolanos de Nutrición la define como una “respuesta local al daño celular”. No obstante, hay que estar atento porque si el efecto persiste, puede derivar en patologías como hipertensión o diabetes tipo 2.
¿Qué alimentos tienen más propiedades antiinflamatorias?

Los especialistas en nutrición, como Sandra Moriño, tienen claro que una dieta saludable y equilibrada puede evitar el agravamiento de cualquier inflamación natural. Esto se debe a que las bajas concentraciones de estos marcadores con diversos patrones de consumo saludable, según han podido verificar en la publicación Anales Venezolanos de Nutrición. Igualmente, Gemma Sesmilo León, una especialista en endocrinología, ha afirmado que este proceso debe vigilarse para evitar problemas de salud mayores. Por lo que, según La Vanguardia, la experta recomienda una alimentación basada en hortalizas, frutas, semillas, alimentos ricos en probiotóticos como el yogur y el kéfir, frutos secos con omega-3 y especias como el romero y la cúrcuma.
Sin embargo, Sandra Moriño también ha resaltado la importancia de evitar justamente los alimentos que causan el efecto contrario. En su intervención en El Podcast de Druni, la nutricionista destacó los productos ultraprocesados y el azúcar como los principales desencadenantes de la inflamación. También advirtió sobre el consumo de edulcorantes artificiales, presentes en refrescos, bollería industrial, salsas con aceites refinados y comida rápida. Incluso las harinas refinadas, como un plato de pasta, podría intervenir en nuestro bienestar. De esta forma, la especialista señala que los únicos que se salvan en ese aspecto son “los integrales”.
Por otro lado, uno de los puntos clave para Moriño es el impacto de ciertos aceites en la inflamación. La nutricionista recomienda evitar aquellos que no sean de oliva virgen extra, señalando específicamente el aceite de girasol, de colza y de palma. Estos aceites, presentes en muchos productos procesados, pueden contribuir a la inflamación crónica y afectar el bienestar digestivo. Por lo que Sandra ha recomendado que se priorice el consumo del virgen extra y reducir los refinados.