
En el momento de comenzar una dieta concreta, hacer la compra semanal o, simplemente, pensar qué ingredientes utilizar para un plato, se deben tener en cuenta los valores nutricionales de los alimentos que se consumen. La mayoría de las personas son conscientes de que, para tener una vida saludable, el estilo de alimentación debe ser variado y rico nutricionalmente, y esto no significa comer de todo, si no que en nuestras comidas diarias no falten nutrientes como las proteínas, los hidratos de carbono o las vitaminas.
Sin embargo, existen ciertos componentes que, quizá, son más desconocidos o infravalorados cuando se planea un menú. Este puede ser el caso del omega-3. El nombre, sin duda, resulta familiar, pero no todo el mundo sabe qué son este tipo de ácidos grasos y cuáles son los múltiples beneficios de su consumo. Por todo ello, quizá sin saberlo, puede haber gente que no está incluyendo en su dieta suficiente omega-3 o, por el contrario, abusando de este componente.
¿Para qué sirve el omega-3?
Los ácidos omega-3 son un tipo de ácido graso esencial. Según Nutribiótica esto significa que “nuestro organismo no es capaz de fabricarlo por sí mismo”, y por ello debe incluirse en la dieta. Existen muchos alimentos ricos en ácidos omega-3. Los más conocidos son los pescados, ya que las grasas de animales como el salmón o el bacalao cuentan con muchísimas propiedades saludables, entre las que se encuentran los ácidos omega-3. Sin embargo, la Clínica Universidad de Navarra aclara que frutos secos como las nueces o semillas como la chía y el lino son una fuente abundante de omega-3. También existen suplementos de este componente para tomar solos, en caso de recomendación médica.

Estos ácidos grasos esenciales tienen dos funciones principales y, por tanto, dos razones por las que son muy importantes para el funcionamiento de nuestro organismo. En primer lugar, los omega-3 son componentes de las membranas celulares: “Contribuyen a diversas funciones de la membrana, como la fluidez, la actividad de las enzimas y de los receptornes unidos a la membrana, así como a la traducción de señales”, aclara Nutribiótica. Por tanto, los ácidos grasos favorecen el correcto funcionamiento de las células.
En relación, tanto el omega-3 como el omega-6 cumplen funciones celulares y moleculares relacionadas con los procesos inflamatorios, el aumento de plaquetas y, en general, las respuestas del sistema inmunológico. Por todo esto, según resume el laboratorio Synlab, el omega-3 está asociado con beneficios como “la protección contra enfermedades cardiovasculares, la mejora de la presión arterial, el fecto antiinflamatorio o el efecto antioxidante".
Suplementos de omega-3 y sus contraindicaciones
Sin embargo, como todo medicamento, los suplementos de omega-3 se tratan de dosis altas de estos ácidos grasos, aunque están controladas. Por ello, muchas farmacéuticas como Vibe Farma recuerdan que el consumo de suplementos nutricionales sigue “ciertas pautas similares a las que se deberían seguir con la alimentación”, por lo que es importante seguir las recomendaciones de los expertos, escoger productos de calidad y certificados e informarse sobre los efectos secundarios y las contraindicaciones en caso de otras patologías.
Las dosis de esta suplementación pueden ser mínimas o, incluso, llegar a alcanzar los 3 gramos al día. Estas raciones deben estar supervisadas por un médico y, además, el paciente debe saber que solo se lograrán los beneficios del omega-3 si se cumple con la dosis marcada. También, se debe tener especial cuidado si este paciente se trata de un niño o de una mujer embarazada, ya que, en esos casos, las cantidades deben modificarse individualmente.
Los médicos no suelen recomendar dosis diarias de omega-3 que superen los 3 o 4 gramos. Un exceso en el consumo de este tipo de suplementos conlleva un riesgo principal relacionado con el sangrado y la coagulación. Además, los profesionales advierten de ciertos efectos secundarios, como pueden ser náuseas o diarrea, cambios en el gusto, percibiendo un desagradable sabor a pescado, exceso de gases o aumento en el riego sanguíneo.