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La patata es uno de los ingredientes más utilizados en todo el mundo, siendo parte fundamental de múltiples gastronomías internacionales. De hecho, según la ONU, alrededor de dos tercios de la población mundial consume patatas como alimento básico.
En España, este ingrediente es un imprescindible sin el que no se podría comprender nuestra cultura más tradicional. Desde que llegó a Europa, hacia el año 1570, este tubérculo fue aumentando su popularidad progresivamente. Aunque en un principio la patata fue rechazada por los españoles por falsas creencias y desconocimiento, pronto los ciudadanos comenzaron a apreciar su sabor, su fácil conservación y la facilidad con la que se cultivaba, comenzando así a introducirse poco a poco en las recetas de diferentes zonas de la Península.
Hay miles de formas de cocinarlas y de comerlas, aunque una de las más socorridas es cocidas en agua con sal. Ya sea para comerlas por sí solas, con un chorro de aceite, sal y pimienta; para hacer un cremoso puré de patatas o para incluirlas en una ensalada, por ejemplo. Sin duda, cocer una patata es un saber básico en la cocina, para el que ciertamente no hace falta ser un experto. Pero existe otra manera de preparar esta sencilla guarnición: utilizando el microondas.
Cómo cocinar una patata en el microondas
El microondas es un electrodoméstico casi imprescindible en toda cocina, una herramienta extremadamente útil y versátil que nos permite calentar casi cualquier alimento en solo unos minutos. Más allá de recalentar y descongelar, este electrodoméstico puede sernos de gran ayuda para cocer alimentos de una forma rápida y sencilla, ahorrándonos el proceso de encender los fogones y manchar nuestras ollas.

Para cocer las patatas en el microondas, podemos hacerlo sin pelarlas, para que queden enteras y podamos más adelante usarlas como prefiramos; podemos comerlas enteras, abrirlas por la mitad, cortarlas en gajos o presentarlas de la forma que consideremos. Lo primero que haremos será pinchar cada patata por todas partes, con un palillo o brocheta, para evitar así que las patatas puedan estallar dentro del microondas.
Después, las colocaremos en un recipiente apto para microondas y envolveremos cada una de las patatas en papel film, para que el vapor que suelten durante la cocción no se escape y ayude a una cocción rápida y uniforme. Haremos un pequeño orificio en el plástico para la salida del vapor.
Finalmente, cocinaremos las patatas en el microondas a potencia máxima (800-1000 W) entre 5 y 10 minutos, dependiendo del tamaño de estas. Pasado este tiempo, podremos comprobar la cocción pinchando las patatas con un cuchillo o tenedor; si entra fácilmente, están listas, si no, calienta por intervalos de 1-2 minutos adicionales. Antes de manipularlas, las dejaremos reposar 2-3 minutos para evitar quemaduras.
Propiedades nutricionales de la patata
La patata se posiciona como uno de los vegetales más destacados por su contenido en almidón, lo que explica su significativo aporte energético. Este tubérculo, ampliamente consumido en diversas culturas, contiene aproximadamente 88 kilocalorías por cada 100 gramos, convirtiéndose en una fuente importante de energía en la dieta diaria.
La vitamina C es otro de los componentes significativos de la patata, aunque su contenido puede verse afectado por los métodos de cocción. Este nutriente esencial, conocido por su papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico y la protección contra el daño oxidativo, puede perderse en cantidades considerables si las patatas se hierven o se cocinan de manera inadecuada. Para preservar al máximo esta vitamina, se recomienda optar por métodos como la cocción al vapor o al horno, preferiblemente envolviendo las patatas en papel de aluminio.
Otro aspecto destacado en el análisis es el contenido de potasio en la patata, un mineral esencial para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y los músculos. Además, la patata contiene carotenoides, compuestos antioxidantes que aportan beneficios adicionales para la salud. Entre los más abundantes se encuentran la violaxantina, la anteraxantina y la luteína, mientras que otros como la neoxantina, la beta-criptoxantina, la zeaxantina y los beta-carotenos están presentes en menores cantidades.