Desde el 800 a.C., ya existen registros de los asirios cultivando esta verdura originaria de Asia. En las cosas de Europa y el norte de África, las acelgas encuentran su lugar idóneo para crecer gracias al clima templado. Esta hortaliza es altamente nutritiva, como recogen los informes de la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Su contenido en proteínas, fibra, yodo, hierro, potasio, vitamina C y vitamina A las convierten en una opción ideal para la dieta diaria, pues puede contribuir significativamente al bienestar general y a la prevención de diversas enfermedades.
Las acelgas contienen una cantidad moderada de proteínas vegetales, esenciales para la reparación y crecimiento de tejidos en el cuerpo. Si bien no poseen la misma cantidad de proteínas que las fuentes animales, su consumo es ideal dentro de una dieta equilibrada, especialmente para vegetarianos y veganos que buscan alternativas naturales para cubrir sus necesidades proteicas.
La fibra presente en ellas favorece el tránsito intestinal y previene problemas digestivos como el estreñimiento. Además, contribuye a una mejor digestión y a la regulación de los niveles de azúcar en la sangre, lo que resulta beneficioso para personas con diabetes o aquellas que buscan mantener un peso saludable. La fibra también juega un papel importante en la reducción del colesterol, favoreciendo la salud cardiovascular.
El yodo, presente en las acelgas, es un mineral esencial para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides, la cual regula el metabolismo y el equilibrio hormonal. Consumir esta hortaliza regularmente puede ayudar a mantener niveles adecuados de yodo en el organismo, evitando problemas como el hipotiroidismo y sus síntomas asociados, como fatiga y aumento de peso.
El hierro presente en las acelgas que indica la FEN es fundamental para la producción de hemoglobina, la proteína encargada de transportar oxígeno en la sangre. Su consumo es especialmente importante para personas con riesgo de anemia, como mujeres embarazadas o personas con dietas pobres en hierro. Para mejorar la absorción de este mineral, se recomienda consumir acelgas junto con fuentes de vitamina C, como cítricos o pimientos.
El potasio es un mineral clave para el equilibrio de los fluidos corporales, el funcionamiento del sistema nervioso y la contracción muscular. Su consumo adecuado ayuda a regular la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las acelgas, al ser una excelente fuente de potasio según la FEN, son un aliado natural para la salud del corazón y la prevención de la hipertensión.
Una verdura rica en vitaminas
La vitamina C es bien conocida por su papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y enfermedades. También es un potente antioxidante que protege a las células del daño causado por los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
La vitamina A de las acelgas es esencial para la salud ocular, ayudando a prevenir enfermedades como la degeneración macular y la ceguera nocturna. También desempeña un papel clave en el mantenimiento de la piel y las mucosas, favoreciendo su regeneración y protección contra infecciones. Las acelgas son una excelente fuente de esta vitamina, por lo que su consumo regular puede contribuir a una mejor salud visual y cutánea.