En un mundo frenético en el que prima la inmediatez, en el que pararse a cocinar en casa es, cada vez más, un lujo inalcanzable, las opciones rápidas, fáciles y precocinadas se convierten aliados fundamentales para muchos. Para quienes se encuentran a menudo en situaciones similares, con prisa a la hora de comer y ganas de saciar el hambre de forma rápida y barata, los preparados de fideos orientales instantáneos pueden parecer una solución interesante.
Pero, aunque estos noodles en vaso o bolsa, tan comunes en las despensas de muchos, tienen sus puntos fuertes (la rapidez y el precio, principalmente), presentan unas carencias más que evidentes en cuanto a valor nutricional y también en su sabor.
Es la principal conclusión a la que ha llegado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras analizar 45 de estos productos disponibles en los supermercados. 33 de los 45 fideos instantáneos que se analizaban en este estudio no han superado el aprobado y, los pocos que lo han hecho, han conseguido resultandos mediocres. Y es que, según la OCU, “la gran mayoría comparten un escaso aporte nutricional, demasiados aditivos y una pobre degustación”.
En lo que respecta a su aporte nutricional, es el propio de la pasta de los fideos y poco más, por lo tanto, muy escaso. De media, aportan 119 kcal por cada 100 gramos, un 16% de hidratos de carbono, un 5% de grasa (que en 30 productos es además saturada, por el aceite o manteca de palma) y apenas un 2,7% de proteínas, incluso en los productos que se acompañan de pollo, carne o pescado. Algunos productos tienen además un alto contenido en sal, superior al 1,25%. En definitiva, asegura la organización, los fideos instantáneos resultan insuficientes para completar el aporte nutricional básico de una comida y deberían acompañarse de al menos un plato de verduras.
Lo que sí tienen y de sobra son aditivos, hasta 10 en algunos caso. La presencia de conservantes puede estar más o menos justificada, pero en el caso de los potenciadores del sabor y los colorantes enmascaran la falta de ingredientes, un hecho detectado en 34 productos. Es más, en 5 de ellos se ha encontrado un aditivo “a evitar”, el colorante E150c (caramelo amónico), ya que puede contener dos sustancias no deseadas: el THI inmunotóxico y el 4-MI, sospechoso de ser cancerígeno.
En cuanto a los resultados de la degustación, la OCU los califica de “decepcionantes”. En opinión de los expertos de esta entidad, se trata de simples fideos cocidos y blandos. Y los que tienen más sabor saben a polvos, a concentrado de carne. Hay productos picantes sin que se anuncie en el envase y otros que así se anuncian y resultan ser dulces o agridulces. Además, dice, las guarniciones “brillan por su ausencia, no aportan textura y son de mala calidad”.
Tres fideos instantáneos ‘aceptables’
A pesar de los resultados decepcionantes del análisis llevado a cabo por la organización, los expertos de cata han querido hacer tres excepciones, con resultados muy buenos en lo que a sabor se refiere. El primero de ellos es el Yakisoba Soja de Hacendado, comercializado por 1,20 euros el vaso de 80 gramos. La segunda excepción, aceptable en cuanto a sabor, es el producto Soba Classic de Nissin (2,32 euros el vaso de 90 gramos).
La tercera recomendación de la OCU es el Curry Indian Style de la marca Maggi Fusian. Estos fideos, disponibles por 2,19 euros la bolsa de 118 gramos, cuenta además con el mejor resultado del análisis general, ya que, además de un buen sabor, comparte una calificación aceptable en la Escala Saludable de la OCU.