El mejor carajillo de España se hace en un restaurante japonés: “Es delicado y profundo, deja muy buen recuerdo”

El cóctel con café de la bartender Laura Paulino, del restaurante Kappo (Madrid) se ha convertido en el favorito del jurado en Madrid Fusión

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El cóctel japonés Kûmo, elaborado
El cóctel japonés Kûmo, elaborado por la bartender Laura Paulino, del restaurante Kappo, ha sido el ganador del II Concurso de Carajillo 43 (Cedida)

Hay clásicos que nunca pasarán de moda, y uno de ellos es el mítico carajillo. Esta bebida, reinventada ahora como trago de moda en coctelerías y restaurantes, consiste en la mezcla de café caliente con una bebida alcohólica. La más usual es el brandy o el coñac, pero puede hacerse igualmente con ron, anís, orujo o whisky. En España, es muy común el consumo de este tipo de mezclas, por lo que, dependiendo de la zona geográfica en la que estemos, nos podemos encontrar con diferentes versiones; desde el kafe patardun en el País Vasco y Navarra tienen el kafe patardun hasta el cigaló en Cataluña, pasando por el cremaet valenciano.

Para celebrar esta extensa tradición, la marca de Licor 43 ha vuelto a organizar, un año más, su concurso de Carajillo 43, organizado en el marco del congreso gastronómico de Madrid Fusión. En esta segunda edición del campeonato, el cóctel japonés Kûmo, elaborado por la bartender Laura Paulino, del restaurante Kappo (Madrid, Dos Soles Guía Repsol) se ha convertido en el absoluto favorito del jurado. Con una mezcla de café peruano, Licor 43 y un cordial elaborado a base de yuzu, un cítrico asiático y té verde matcha, Paulino se ha alzado con el primer premio, que está dotado con 3.000 euros.

El cóctel japonés Kûmo, elaborado
El cóctel japonés Kûmo, elaborado por la bartender Laura Paulino, del restaurante Kappo, ha sido el ganador del II Concurso de Carajillo 43 (Cedida)

“Nuestro carajillo es un ir y venir entre España y Japón, pura esencia de nuestro restaurante”, asegura la bartender del restaurante que, junto al chef Mario Payán, han presentado un carajillo japonés inspirado en una nube, término que le da nombre y que hace referencia a la emulsión formada por el sake.

Apasionada del café, Laura confiesa que esta bebida “es una combinación maravillosa, que deja mucho lugar a la imaginación de los chefs y cocteleros”. En su caso, se han inspirado en uno de los postres de su menú, un cremoso de yuzu con pistacho garrapiñado y té matcha, que ahora tendrá continuidad con este cóctel japonés.

El jurado, formado por expertos del gremio y sumillers, ha destacado este carajillo como “la definición de que menos es más. Es delicado y profundo, deja muy buen recuerdo. Tiene un equilibrio absoluto, donde el café estaba muy presente y perfectamente integrado; un ejemplo perfecto de cómo aunar dos culturas tan diferentes como la española y la japonesa, partiendo de la tradición que comparten ambas”.

Los cinco cócteles ​​finalistas han
Los cinco cócteles ​​finalistas han estado cargados de influencias japonesas, mexicanas y cubanas (Cedida)

El certamen, organizado con el patrocinio de Licor 43, ha sido un éxito de participación con más de 40 restaurantes aspirantes. La fusión de culturas ha sido un elemento común en las propuestas de los cinco finalistas. Como el ganador, también el restaurante Dexcaro y Ossadía (Dénia, Recomendado Guía Repsol) encuentra el punto exótico en el país asiático, mientras las raíces cubanas del carajillo son el hilo conductor de la propuesta presentada por Barro (Ávila, 1 Estrella Michelin, 1 Sol Guía Repsol). Cádiz y México se dan la mano en el carajillo del restaurante Aleph; mientras que las especias del Mediterráneo, el mar que baña las costas de Alicante, protagonizan el de De Lab Beach Lounge (Altea).

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