Una clienta de Lidl encuentra tres babosas en una bolsa de patatas fritas: “Me di cuenta de que estaban vivas y tiré todo a la basura”

Un incidente inusual ha generado preocupación en Bélgica después de que una consumidora descubriera babosas vivas dentro de una bolsa de patatas fritas frescas adquirida en un supermercado de la cadena Lidl. El hecho ocurrió a finales de noviembre, cuando Jeanine, una enfermera a domicilio y madre residente en Flandes, realizó una compra en una tienda de la cadena ubicada cerca de Wemmel, en las afueras de Bruselas.

Jeanine relató que, al preparar las patatas en su freidora, notó algo fuera de lo común. “Después de meter las patatas en la freidora, me di cuenta de que había tres babosas en la bolsa vacía de la mesa. Y estaban vivas”, explicó a RTL Info. La situación causó asco y preocupación en su hogar, lo que la llevó a desechar todo el contenido de la bolsa. “Tiré todas las patatas fritas a la basura. Mis hijos no querían comerlas. Me parece muy antihigiénico”, añadió.

Tras el incidente, Jeanine intentó comunicarse con el supermercado para expresar su descontento y solicitar un reembolso. Sin embargo, sus esfuerzos iniciales no tuvieron éxito. “Intenté ponerme en contacto con ellos por teléfono el mismo día, pero no lo conseguí porque ya era tarde”, explicó. Posteriormente, optó por enviar un mensaje a través de la página web de la tienda, pero tampoco recibió respuesta. La distancia entre su hogar y el supermercado le impidió regresar personalmente para resolver el problema.

Ante esta situación, Julien Wathieu, portavoz de Lidl Bélgica, expresó su sorpresa por la falta de respuesta al reclamo de Jeanine. “Normalmente, los correos electrónicos enviados por los clientes son tratados rápidamente por nuestros servicios. Quizá había un problema con la dirección”, comentó.

El portavoz de Lidl aseguró que la empresa trabaja constantemente para garantizar la calidad y seguridad de sus productos. Según explicó, la unidad de calidad de la cadena realiza controles regulares y colabora con los proveedores para resolver cualquier problema que pueda surgir. “Nuestro objetivo es responder a cada cliente y ofrecerle un reembolso, o incluso una indemnización en determinados casos”, afirmó Wathieu.

En este caso específico, la empresa ya ha contactado al proveedor responsable del lote de patatas fritas para realizar un análisis inicial. Sin embargo, el portavoz señaló que el proceso podría haberse facilitado si Jeanine hubiera conservado la bolsa afectada, ya que esto habría permitido un examen más detallado.

Gaël Ghysels, responsable de relaciones públicas de Lidl, calificó el hallazgo de las babosas como un hecho aislado. “Es el primer comentario de un cliente sobre este producto”, aseguró. Además, explicó que, en situaciones similares, la empresa puede notificar a la Agencia Federar para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (Afsca), especialmente si el problema detectado implica riesgos como la presencia de alérgenos.

Los consumidores que encuentren irregularidades en productos alimenticios tienen la opción de contactar directamente a la Afsca para presentar una queja formal. La portavoz de la agencia, Aline Van Den Broeck, explicó que el procedimiento comienza con la recomendación de no consumir el producto sospechoso. Posteriormente, los consumidores pueden enviar su denuncia a través de un formulario en línea o poniéndose en contacto con la Agencia.

Van den Broeck destacó que las denuncias son esenciales para iniciar investigaciones. “Las denuncias se transmiten a nuestros inspectores sobre el terreno, que realizan una inspección in situ y toman las medidas oportunas si es necesario”, detalló. Estas inspecciones pueden incluir tanto la tienda donde se adquirió el producto como las instalaciones del fabricante. En casos graves, la Afsca puede ordenar la retirada de productos del mercado.

En cuanto a la posible peligrosidad de las babosas encontradas en la bolsa de patatas, la portavoz indicó que solo una investigación y análisis podrían determinar si representan un riesgo para la salud. Por ello, subrayó la importancia de que los consumidores afectados presenten sus denuncias.

La Afsca recibe un volumen considerable de quejas relacionadas con la cadena alimentaria. Según datos de 2023, el punto de contacto de la agencia tramitó 4.865 reclamaciones, lo que equivale a un promedio de 19 quejas por día laborable. En el 52% de los casos, las inspecciones realizadas confirmaron los problemas denunciados por los consumidores. Además, en el 5% de las inspecciones se detectaron deficiencias adicionales no mencionadas en las quejas originales.

Van den Broeck destacó la importancia de estas denuncias para garantizar la seguridad alimentaria y proteger a los consumidores. “No menos de 5,7 de cada 10 reclamaciones dan lugar a la adopción de medidas sobre el terreno”, afirmó.