
Un estudio reciente de la Universidad de Harvard ha revelado que la implementación de prácticas de gastronomía circular podría reducir el desperdicio de alimentos en un 50% para el año 2030.
Este enfoque, que se basa en los principios de la economía circular, busca maximizar el uso de los recursos alimentarios y minimizar el impacto ambiental en cada etapa de la cadena de suministro.
Según informó Food Service Magazine, esta tendencia no solo está transformando la manera en que se producen y consumen los alimentos, sino que también está fomentando la creatividad culinaria y la resiliencia del sistema alimentario global.

De acuerdo con Food and Wine, la gastronomía circular se inspira en el modelo de economía circular, que promueve la reutilización, el reciclaje y la sostenibilidad.
A diferencia del modelo lineal tradicional de “tomar, hacer, desechar”, este enfoque propone un ciclo en el que los ingredientes y materiales se aprovechan al máximo, incluso después de su uso inicial.
Este cambio de paradigma responde a una problemática alarmante: según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial.

La gastronomía circular busca optimizar la eficiencia en la producción y el consumo de alimentos.
Estrategias clave para cerrar el ciclo alimentario
La gastronomía circular se sustenta en diversas estrategias que buscan transformar los residuos en recursos valiosos. Según detalló Was, estas prácticas abarcan desde la reutilización de ingredientes hasta la implementación de tecnologías sostenibles en los restaurantes. Una de las estrategias más comunes es el aprovechamiento integral de los alimentos.
Por ejemplo, cáscaras, tallos y huesos, que tradicionalmente se desechan, se convierten en ingredientes para nuevos platos.
Food and Wine destacó casos como el uso de cáscaras de zanahoria para elaborar chips o la utilización de cáscaras de maíz para preparar caldos.
Otra práctica fundamental es el compostaje de residuos orgánicos.

Restos de frutas, verduras y pan pueden transformarse en abono para enriquecer los suelos agrícolas, evitando que terminen en vertederos y contribuyan a la emisión de gases de efecto invernadero.
Además, algunos restaurantes han comenzado a implementar sistemas de reciclaje que convierten los desechos en energía o biocombustibles, según informó Was.
El empleo de productos locales y de temporada también es una pieza clave en este modelo.
Según Food and Wine, esta práctica no solo reduce la huella de carbono asociada al transporte y almacenamiento de alimentos, sino que también apoya a los agricultores locales y promueve la biodiversidad.
Los ingredientes de temporada, además, suelen ser más frescos y sabrosos, lo que mejora la calidad de los platillos.
Innovación culinaria y sostenibilidad: el papel de los chefs
Según Food Service Magazine, chefs de renombre como Joan Roca, del Celler de Can Roca, y Dan Barber, del restaurante Blue Hill en Nueva York, han adoptado este enfoque como parte integral de su filosofía culinaria.
Joan Roca ha destacado la importancia de aprovechar al máximo cada ingrediente, señalando abre nuevas posibilidades para la innovación en la cocina.

Por su parte, Dan Barber ha enfatizado a ese medio que la gastronomía circular implica repensar la manera en que se producen y consumen los alimentos, con el objetivo de crear un sistema alimentario más resiliente y adaptable a los desafíos del futuro.
Además, la adopción de este modelo podría disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la producción de alimentos, según el estudio de la Universidad de Harvard.
En el ámbito empresarial, iniciativas como Loop Kitchen y Too Good To Go están demostrando cómo la gastronomía circular puede ser rentable y sostenible.
Loop Kitchen utiliza ingredientes desechados por otros negocios para crear platos innovadores, mientras que Too Good To Go conecta a consumidores con restaurantes y tiendas que tienen excedentes de alimentos, permitiendo adquirirlos a precios reducidos.