Estudio cita 17 factores vinculados a accidente cerebrovascular, demencia y depresión en la vejez

Un estudio identificó factores modificables vinculados a enfermedades cerebrales en adultos mayores, destacando la hipertensión y la inactividad como riesgos clave

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Investigadores señalaron 17 factores modificables compartidos por al menos dos de tres enfermedades cerebrales: accidente cerebrovascular, demencia y depresión en la vejez (LLD, por sus siglas en inglés) en un reciente estudio publicado en la Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry.

El estudio revisó investigaciones publicadas entre enero de 2000 y septiembre de 2023, buscando metaanálisis previos de factores de riesgo asociados con estas enfermedades cerebrales relacionadas con la edad. Los investigadores analizaron los datos para identificar factores modificables, es decir, aquellos que se pueden alterar mediante cambios de comportamiento.

Se encontraron asociaciones compartidas por al menos dos de las enfermedades en 17 categorías modificables. Estos incluyeron presión arterial, niveles de glucosa en sangre, colesterol, consumo de alcohol, dieta, pérdida auditiva, dolor, actividad física, participación social y estrés.

La hipertensión y las enfermedades renales graves tuvieron el mayor impacto negativo en la incidencia y carga de las enfermedades. La participación en actividad física y actividades recreativas con un componente cognitivo (por ejemplo, rompecabezas) fueron los factores más importantes para reducir el riesgo en comparación con los demás factores.

Los autores dijeron que esperan que sus hallazgos puedan guiar estrategias preventivas e informar herramientas para ayudar a las personas a reducir su riesgo de enfermedades.

En muchos casos, los factores modificables también están interconectados.

“Es importante señalar que, al mejorar un factor de riesgo modificable, a menudo también se mejora indirectamente otros factores de riesgo modificables”, escribió Sanjula Singh, investigadora principal en los Brain Care Labs del Hospital General de Massachusetts, en un correo electrónico a The Washington Post. “Por ejemplo, aumentar la actividad física puede llevar a un mejor control de la presión arterial, mejorar los hábitos de sueño y alimentación, e incluso una mayor conexión social, al unirse a un equipo deportivo o a un grupo de corredores.”