Cómo diferenciar el placer de la felicidad, según expertos en neurociencia y psicología

Especialistas advirtieron en diálogo con Vogue sobre los riesgos de confundir bienestar con gratificación inmediata en un entorno de hiperconectividad y estimulación constante

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Especialistas advierten sobre la confusión
Especialistas advierten sobre la confusión creciente entre placer y felicidad en la era de la inmediatez (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

En un entorno donde prevalecen la velocidad, la hiperconexión y la inmediatez, resulta cada vez más común confundir el placer con la felicidad. Esta confusión, lejos de ser inocua, tiene implicancias profundas en el equilibrio emocional. Así lo advierten diversos especialistas en neurociencia, psicología y filosofía contemporánea, cuyas investigaciones desmontan la idea de que ambos estados son equivalentes o intercambiables, según Vogue.

Dopamina y serotonina: dos caminos neurobiológicos opuestos

Según el doctor Robert Lustig, endocrinólogo de la Universidad de California, el placer y la felicidad operan a través de mecanismos cerebrales distintos.

En su libro The Hacking of the American Mind, Lustig señala que el placer está mediado por la dopamina, un neurotransmisor vinculado al deseo y la recompensa inmediata. Es adictivo, de corta duración y exige estímulos crecientes. La felicidad, en cambio, depende de la serotonina, que regula la calma, el bienestar sostenido y el sentido de propósito.

Anna Lembke, psiquiatra y autora de Dopamine Nation, alerta que la sobreexposición a estímulos —pantallas, redes sociales, consumo compulsivo— creó una cultura adicta a los “subidones” dopamínicos. Esta hiperestimulación conduce, según Lembke, a un aumento de la insatisfacción, el agotamiento mental y la tristeza profunda.

Cuando la intensidad suplanta el bienestar

La búsqueda continua de placer
La búsqueda continua de placer complica enfrentar el silencio y la rutina necesarios para la introspección (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

La constante búsqueda de placer dificulta tolerar el silencio, la rutina o el aburrimiento, elementos clave para la introspección.

El psicólogo Barry Schwartz, en La paradoja de la elección, sostiene que más opciones no implican mayor satisfacción, sino indecisión y ansiedad. Por su parte, la psicóloga Silvia Congost advierte que se vive sobreestimulado y, al mismo tiempo, emocionalmente desconectados. Esta confusión entre intensidad y bienestar, dice, está en la raíz del agotamiento emocional actual.

La felicidad se construye con hábitos, no con estímulos

La investigadora Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología en la Universidad de California en Riverside, concluye en su libro La ciencia de la felicidad que el 40% del bienestar subjetivo proviene de las acciones cotidianas. Dormir bien, practicar la gratitud, evitar comparaciones, meditar y establecer objetivos alcanzables son algunas de las estrategias que, según sus estudios, generan efectos positivos sostenidos en el ánimo.

Calma y sencillez como actos de resistencia

En una sociedad que valora la velocidad y la acumulación, hallar placer en lo simple y en la pausa se vuelve casi contracultural.

La filósofa Frédéric Lenoir sostiene que la felicidad auténtica surge cuando se deja de buscar en el exterior y se cultiva en el interior. En tanto, el monje budista Matthieu Ricard, objeto de estudios neurocientíficos por su elevada actividad cerebral asociada al bienestar, afirma: “La felicidad es un estado mental que se entrena, no un estado que se persigue”.

El estudio más largo sobre bienestar humano

Un estudio de Harvard concluye
Un estudio de Harvard concluye que las relaciones humanas son clave para la felicidad a largo plazo (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA)

La evidencia científica también apoya esta visión. El Harvard Study of Adult Development, un estudio longitudinal iniciado por la Escuela de Medicina de Harvard (Harvard Medical School), reveló que el principal predictor de la felicidad a largo plazo no es la riqueza, ni la fama, ni el éxito profesional, sino la calidad de las relaciones humanas.

Las conexiones emocionales sólidas protegen frente a la soledad y el deterioro mental. Según los investigadores, estas conclusiones se mantienen consistentes tras más de ocho décadas de observación.

Guía práctica para diferenciar placer y felicidad

Entre las recomendaciones planteadas por los expertos, destacan:

  • Preguntarse si se busca estimulación o bienestar antes de usar el móvil o comprar algo.
  • Practicar momentos de silencio y atención plena.
  • Cuidar las relaciones emocionales profundas.
  • Realizar actividades con propósito (como voluntariados o proyectos creativos).
  • Celebrar lo cotidiano y establecer límites tecnológicos.