Cuando pensamos en evaluar nuestra salud general, solemos recurrir a análisis de sangre, el índice de masa corporal (IMC) o incluso pruebas de fuerza física.
Sin embargo -asegura GQ-, un indicador menos conocido está ganando relevancia como una medida integral de la salud y la longevidad: el VO2 Max.
Tradicionalmente usado por atletas de resistencia, ahora se considera una herramienta valiosa para cualquier persona interesada en entender cómo funciona su cuerpo y cómo envejecer con mayor calidad de vida.
El VO2 Max mide la capacidad máxima de consumo de oxígeno del cuerpo durante el esfuerzo físico intenso.
Expresado en mililitros de oxígeno consumidos por minuto por kilogramo de peso corporal, este indicador refleja cómo trabajan en conjunto los pulmones, el corazón y los músculos.
Un VO2 Max elevado indica una mejor condición aeróbica y capacidad para realizar actividades cotidianas con menos esfuerzo.
Sin embargo, esta capacidad no es estática. A partir de los 30 años, el VO2 Max disminuye aproximadamente un 2 % anual, lo que subraya la importancia de mantener una actividad física constante para frenar este declive natural.
Según Danny King, director de rendimiento en Life Time Health Clubs, “un VO2 Max bajo puede hacer que tareas simples, como subir escaleras, requieran un esfuerzo desproporcionado”.
La relevancia del VO2 Max no se limita a mejorar la eficiencia diaria. Un estudio a largo plazo mostró que un aumento en este indicador se asocia con una reducción del 21 % en el riesgo de mortalidad por cualquier causa durante 45 años, incluso al considerar factores como la presión arterial o el tabaquismo.
¿Cómo se mide el VO2 Max?
A pesar de que muchos dispositivos portátiles, como relojes inteligentes, ofrecen estimaciones del VO2 Max, la forma más precisa de medirlo es a través de pruebas en un laboratorio especializado.
Estas pruebas implican correr en una cinta o pedalear en una bicicleta mientras se usa una máscara que registra el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono.
Aunque el costo de estas evaluaciones puede superar los cientos de dólares, la precisión y los datos obtenidos justifican la inversión, especialmente para quienes buscan maximizar su rendimiento físico o supervisar su salud de manera rigurosa.
Un VO2 Max elevado no sólo es sinónimo de buena forma física, sino que también impacta directamente en la calidad de vida.
Las actividades diarias, como perseguir a los hijos en un parque o cargar bolsas de supermercado, se vuelven menos extenuantes cuando el cuerpo tiene una mayor capacidad aeróbica.
Además, la relación entre el VO2 Max y la longevidad está respaldada por evidencia científica.
Este indicador ha demostrado ser un predictor confiable de salud general y resistencia ante enfermedades cardiovasculares.
Según King, mejorar la capacidad aeróbica no sólo optimiza el rendimiento deportivo, sino que también facilita el envejecimiento activo, un factor clave en la promoción de una vida más larga y saludable.
La buena noticia es que mejorar el VO2 Max es posible, independientemente del nivel físico inicial. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan al menos 120 minutos de ejercicio cardiovascular moderado por semana.
“Combinar sesiones de baja intensidad con entrenamientos intensos una o dos veces por semana puede maximizar los beneficios”, afirma King.
Los planes de entrenamiento enfocados en deportes de resistencia, como correr o ciclismo, son particularmente efectivos.
Además, inscribirse en desafíos como una media maratón o un triatlón no sólo motiva, sino que también asegura una rutina constante que impulsa el rendimiento cardiovascular y, como resultado, mejora el VO2 Max.
Aunque el VO2 Max ha sido una métrica favorita entre los atletas, su relevancia se extiende mucho más allá del ámbito deportivo.
Expertos como Peter Attia, defensor de la longevidad, han subrayado su utilidad para personas de todas las edades, posicionándolo como un indicador esencial de salud.
En un contexto donde cada vez más buscamos métricas que nos permitan optimizar nuestra calidad de vida y prolongar nuestra longevidad, el VO2 Max se consolida como una herramienta clave.
Más que un número, representa una invitación a tomar el control de nuestra salud y adoptar hábitos que no sólo mejoren nuestro presente, sino que aseguren un futuro más activo y vital.