El revival de los videojuegos: la magia eterna de la Nintendo Switch, según la Universidad de Oxford

Datos de sesiones reales en Nintendo Switch muestran que los títulos preferidos coinciden con los que se descubren hacia los 10 años, asegura New Scientist

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Nintendo Switch se convierte en
Nintendo Switch se convierte en una herramienta clave para estudiar la nostalgia generada por los videojuegos clásicos (EFE)

Jugar videojuegos antiguos no es solo una forma de entretenimiento: también puede convertirse en un puente hacia la infancia. Así lo afirma un estudio liderado por Nick Ballou, investigador de la Universidad de Oxford, citado por New Scientist, que analizó el comportamiento de cientos de jugadores actuales de Nintendo Switch al enfrentarse con títulos clásicos.

La conclusión es clara: la nostalgia por los videojuegos alcanza su punto más alto hacia los 10 años de edad.

“Al jugar títulos retro, las personas sienten una conexión con quienes eran y cómo se sentían cuando los jugaron por primera vez”, explicó Ballou. Es decir, se trata de una experiencia que trasciende la jugabilidad: se vuelve emocional y autobiográfica.

El experimento: 12.000 horas de nostalgia

El estudio se basó en el análisis de 12.000 horas de sesiones de juego de 660 usuarios de Nintendo Switch. Esta consola, aunque moderna, permite acceder a una biblioteca de títulos retro que abarcan seis generaciones anteriores de hardware, entre ellas la emblemática Nintendo Entertainment System de los años 80.

Los investigadores observaron que, entre los títulos retro disponibles, los más jugados eran aquellos que los participantes habían descubierto en torno a los 10 años.

Además, detectaron que el tiempo dedicado a jugar videojuegos antiguos se duplicaba entre los 20 y los 40 años, edad en la que el entusiasmo parece estabilizarse.

El estudio analizó 12.000 horas
El estudio analizó 12.000 horas de juego de 660 usuarios de Nintendo Switch

Críticas a la muestra: ¿todos los jugadores son iguales?

Bill Page, académico de la Universidad de Australia del Sur, considera que las conclusiones del estudio son, en líneas generales, acertadas, pero advierte sobre algunas limitaciones metodológicas.

Por un lado, el análisis se centró exclusivamente en juegos y consolas de Nintendo, dejando fuera otros universos retro como el de Atari o los videojuegos de arcade.

Por otro, los participantes eran usuarios con los recursos económicos necesarios para adquirir una consola moderna y una suscripción paga para acceder al catálogo clásico, lo que podría sesgar la representatividad del grupo.

Page también sugiere que el pico nostálgico no necesariamente se ubica en la infancia. Según su perspectiva, muchas personas comienzan a jugar títulos antiguos en la adolescencia o adultez, cuando bajan de precio.

Esto podría desplazar el momento de mayor apego emocional hacia etapas posteriores, lo que coincidiría con sus investigaciones sobre la música, donde la preferencia por ciertos estilos o canciones se define en la adolescencia y la juventud temprana.

El valor de lo retro más allá del recuerdo

Aunque la nostalgia cumple un rol central, no es la única razón por la cual los videojuegos antiguos siguen vigentes. Page remarca que es posible disfrutar de obras anteriores al propio nacimiento, simplemente porque son buenas.

Cita el caso de sus hijos, que disfrutan jugando Puyo Puyo o Kirby’s Avalanche, lanzados mucho antes de que ellos nacieran. O el ejemplo de Tetris Effect, nombrado “Juego del Año” en 2018 pese a estar basado en un título creado tres décadas antes.

Esto sugiere que la calidad y el diseño atemporal pueden sostener el atractivo de los videojuegos, incluso sin necesidad de recurrir a la memoria afectiva.

El caso de Tetris Effect
El caso de Tetris Effect destaca la vigencia de juegos basados en diseños clásicos

Un futuro digital en la tercera edad

El fenómeno del juego retro no solo es una curiosidad cultural: también podría tener implicancias para el bienestar emocional.

Ballou y su equipo ya han comenzado a explorar esta dimensión, aunque sus primeros análisis no hallaron efectos estadísticamente significativos sobre la salud mental. Aun así, el grupo de Oxford planea seguir investigando, especialmente entre adultos mayores.

“Nuestros próximos estudios buscarán entender cómo el gaming impacta en el bienestar de personas jubiladas”, explicó Ballou. Y añadió con ironía: “Estamos al borde de que los videojuegos se conviertan en la actividad más popular en los geriátricos: adiós noches de bingo, hola torneos de Super Smash Bros”.

Un medio con historia y proyección

Este estudio confirma lo que muchos gamers ya intuían: los videojuegos son más que pasatiempos. Actúan como cápsulas del tiempo, capaces de evocar momentos, sensaciones y vínculos de etapas pasadas.

En una era marcada por el vértigo tecnológico, el regreso a los títulos del ayer puede ser una forma de reconectar con uno mismo.

Así como hay libros, canciones o películas que marcan una vida, también hay videojuegos que definen generaciones. Y, al parecer, la consola ideal no es la más potente ni la más reciente, sino aquella en la que jugamos cuando todo era nuevo. Especialmente, a los 10 años.