Si antes de ir a dormir acostumbras ver videos, hacer videollamadas o jugar en tu celular, estás pasando por una práctica que se llama “vamping” y tu salud y calidad del sueño están en riesgo.
El nombre de este fenómeno surge de la unión de dos conceptos: “vampiro” y “texting”, y afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente jóvenes, tiene efectos profundamente perjudiciales en la salud física, mental y cognitiva.
Qué es el vamping
Es la exposición nocturna a dispositivos electrónicos que se ha convertido en un hábito cotidiano para muchas personas. Ya sea revisando redes sociales, viendo videos, enviando mensajes o incluso utilizando el móvil como despertador, esta costumbre altera el ritmo circadiano del organismo.
Según Senttix, página especializada en la calidad del sueño, esto sucede debido a la luz azul que emiten las pantallas, un tipo de luz de onda corta que inhibe la producción de melatonina, la hormona responsable de inducir el sueño.
La doctora Ángela Milán, neuróloga de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, advierte en una investigación que “si utilizamos aparatos electrónicos con luz, el cerebro entiende que aún es de día y no segrega esta hormona, por lo que retrasamos el inicio del sueño y dormimos menos horas”.
Este fenómeno, conocido como “insomnio tecnológico”, puede generar trastornos importantes en el descanso y, en consecuencia, en el bienestar general de las personas.
Cuáles son las consecuencias del vamping en la salud
El vamping no solo afecta la calidad del sueño, sino que también tiene repercusiones más amplias:
- Trastornos del sueño: la supresión de melatonina provoca insomnio y dificultad para conciliar el sueño, lo que puede derivar en un descanso fragmentado e insuficiente.
- Fatiga crónica y somnolencia: las personas que practican vamping suelen despertar con una sensación de cansancio persistente, incluso después de haber dormido varias horas. Esto impacta negativamente su productividad diaria.
- Alteraciones metabólicas: el mal descanso puede aumentar el apetito por alimentos ricos en grasas y azúcares, lo que, sumado a la disminución de la actividad física por el cansancio, contribuye al aumento de peso y a posibles problemas de obesidad.
- Estrés y ansiedad: la falta de sueño de calidad incrementa los niveles de estrés y puede causar irritabilidad y cambios de humor repentinos.
- Deterioro cognitivo: la interrupción de los ciclos de sueño afecta la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje.
- Fatiga visual y dolores físicos: mirar pantallas durante periodos prolongados genera cansancio ocular, lo que podría derivar en problemas de visión. Además, las posturas inadecuadas al usar dispositivos pueden causar dolores musculares y de cabeza.
Cómo combatir el vamping y evitar problemas de salud
Aunque el vamping es una costumbre profundamente arraigada, existen estrategias para reducir su impacto y recuperar una mejor calidad de sueño:
- Los expertos sugieren dejar de usar dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir. En caso de ser difícil cumplir con este tiempo, comenzar con intervalos menores, como 15 o 30 minutos, puede ser un primer paso efectivo.
- Es importante limitar el uso de pantallas y sustituirlo por actividades relajantes, como leer un libro en formato físico, escuchar música tranquila, practicar meditación o escribir un diario.
- Evitar tener el móvil en la mesa de noche puede ayudar a resistir la tentación de usarlo durante las horas de descanso. Apagar la conexión Wi-Fi también es una medida útil para disminuir las interrupciones.
- Acostumbrarse a relajarse antes de dormir, dedicando unos minutos a despejar la mente, puede mejorar significativamente la calidad del sueño.
- Reducir el consumo de cafeína y otras sustancias estimulantes al final del día facilita la conciliación del sueño.
- Para adolescentes, instalar controles parentales en dispositivos electrónicos y establecer normas claras de uso nocturno puede ser clave. Además, los padres deben dar el ejemplo, evitando el vamping en su propia rutina.