
En los pasillos de los supermercados, las bebidas probióticas han dejado de ser una rareza para ocupar un lugar destacado, atrayendo tanto a quienes buscan mejorar su salud intestinal como a quienes desean alternativas a los refrescos tradicionales.
Sin embargo, no todas estas opciones cumplen lo que prometen. Según la experta de Mayo Clinic, la doctora Lioudmila V. Karnatovskaia, la clave está en saber distinguir cuáles realmente aportan beneficios y cómo integrarlas adecuadamente en la dieta diaria.
La confusión entre probióticos y prebióticos es frecuente, aunque sus funciones son distintas y complementarias. Los probióticos, explica la doctora Karnatovskaia en declaraciones recogidas por Mayo Clinic, son microorganismos vivos presentes en alimentos como bacterias o levaduras, que se alojan en el tracto digestivo.
Estos “bichos buenos” se encuentran de forma natural en productos fermentados como el yogur y algunos quesos. Las investigaciones emergentes sugieren que los probióticos ayudan a mantener una flora intestinal saludable, favorecen la digestión y la absorción de nutrientes, y contribuyen a la producción de ácidos grasos de cadena corta.

Tanto los probióticos como estos ácidos grasos, según la especialista, colaboran en el mantenimiento de la barrera intestinal, la regulación del estado de ánimo, la reducción de la inflamación, el apoyo al sistema inmunitario y la estabilidad energética, además de mostrar efectos anticancerígenos. No obstante, la doctora advierte que muchos de estos hallazgos aún no se han trasladado a la práctica clínica, ya que se trata de un campo en constante investigación.
Por su parte, los prebióticos no son organismos vivos, sino componentes alimentarios ricos en fibra que el cuerpo no digiere completamente. Su función es alimentar a las bacterias beneficiosas del intestino, actuando como fertilizantes que favorecen el crecimiento de la microbiota adecuada.
Entre los alimentos prebióticos se encuentran las legumbres, los cereales integrales, los espárragos, la avena, las bananas, el ajo y la cebolla. En el colon, las bacterias fermentan estos compuestos y liberan ácidos grasos de cadena corta, esenciales para la salud intestinal.
Eficacia de las bebidas con probióticos añadidos
No todas las bebidas que se promocionan como probióticas ofrecen los mismos beneficios. Algunas sodas o bebidas energéticas contienen bacterias añadidas, pero no pasan por un proceso de fermentación. Esto plantea dudas sobre la supervivencia de estos microorganismos en el ambiente ácido del estómago, lo que podría limitar su eficacia.
Además, muchas de estas bebidas incluyen azúcares añadidos o edulcorantes artificiales, ingredientes poco recomendables para la salud intestinal. A pesar de ello, Mayo Clinic reconoce que las sodas probióticas o prebióticas pueden ser útiles para quienes buscan reducir el consumo de refrescos convencionales o alcohol, ya que suelen tener menos calorías y azúcares.
Consejos prácticos y advertencias para incorporar probióticos
A la hora de incorporar probióticos en la dieta, no existe una cantidad diaria universalmente recomendada. La frecuencia y el tipo de bebida dependen del estilo de vida, el estado de salud y las preferencias personales. La doctora Karnatovskaia, en sus recomendaciones para Mayo Clinic, sugiere integrar estos alimentos de forma sostenible en la rutina diaria.
Se puede comenzar con una ración al día, como una bebida de yogur en el desayuno, e incrementar la cantidad gradualmente. Es posible experimentar hinchazón temporal al principio, mientras el organismo se adapta.
Para elegir bebidas probióticas de calidad, la especialista aconseja optar por productos refrigerados, ya que las bacterias vivas requieren frío para mantenerse activas. Es importante revisar las etiquetas para identificar los tipos de bacterias o levaduras presentes; cuantos más tipos se indiquen, mejor.

La cantidad de microorganismos suele expresarse en unidades formadoras de colonias (CFU), y un recuento elevado indica mayor presencia de bacterias beneficiosas. También conviene evitar bebidas con azúcares añadidos o jarabe de maíz de alta fructosa, y considerar el aporte nutricional total, ya que las bebidas lácteas pueden ofrecer calcio, proteínas y vitaminas.
No obstante, la doctora Karnatovskaia advierte que las personas con sistemas inmunitarios gravemente comprometidos o que toman inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) deben consultar a su médico antes de aumentar el consumo de alimentos o bebidas probióticas.
Recomendaciones generales para la salud intestinal
Mayo Clinic subraya que la mejor estrategia para cuidar la salud intestinal consiste en mantener una dieta variada que incluya frutas, verduras, cereales integrales y alimentos fermentados, mientras que las sodas etiquetadas como “para la salud intestinal” no ofrecen los mismos beneficios.
Últimas Noticias
La sangre dorada: científicos buscan replicar en laboratorio el tipo sanguíneo más raro del mundo
Su composición única, carente de todos los antígenos Rh, la convierte en una pieza clave para la medicina transfusional. Investigadores consultados por BBC News detallaron cómo la edición genética y el cultivo celular podrían permitir su obtención para atender casos con compatibilidad extrema

Día Mundial de la Enfermedad de Huntington: 5 recomendaciones de la neurociencia para pacientes y familiares
El abordaje de esta patología neurodegenerativa implica la detección precoz, el tratamiento interdisciplinario y el apoyo familiar, factores que contribuyen a mejorar la calidad de vida

Fanatismo, identidad y control: la neurociencia revela qué hay detrás de la pasión futbolera
Un estudio realizado en Chile demuestra que los goles y derrotas frente al rival fortalecen la identidad grupal, activan zonas cerebrales ligadas al placer y disminuyen el autocontrol, factores que explican la intensidad emocional en los hinchas

Investigan el potencial de un compuesto químico para tratar el Alzheimer y reducir el daño cerebral
Un equipo de científicos en Brasil desarrolló una molécula que, en pruebas con modelos animales, mostró resultados prometedores. Los investigadores buscan iniciar ensayos en humanos

Cuáles son los cambios en el olfato que pueden dar pistas sobre posibles problemas cardíacos, según un estudio
Recientes investigaciones relacionan la pérdida repentina o prolongada de la capacidad para detectar olores con una mayor fragilidad cardiovascular. La importancia de no alarmarse y buscar orientación médica ante cualquier cambio persistente

