Longevidad extrema en las Zonas Azules: ¿mito o realidad?

Mientras algunos celebran las Zonas Azules como ejemplo de longevidad, otros aseguran que los datos detrás de estos lugares son inconsistentes y carecen de pruebas verificables. New Scientist explora el tema

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Sardinia, en Italia, es una
Sardinia, en Italia, es una de las Zonas Azules más reconocidas (Wikipedia)

Las Blue Zones o “zonas azules” son regiones del mundo famosas por albergar una alta concentración de centenarios, lo que ha llevado a científicos y periodistas a investigar los secretos detrás de su longevidad.

Como menciona New Scientist, Sardinia, una isla italiana, es uno de los ejemplos más conocidos, pero la autenticidad de estos lugares ha sido cuestionada por varios investigadores, lo que pone en duda la validez de las afirmaciones sobre la longevidad extrema en estas zonas.

El origen de las Zonas Azules

El concepto de las Zonas Azules fue popularizado por el periodista Dan Buettner en 2005 a través de un artículo en National Geographic, donde destacaba cinco regiones del mundo: Sardinia (Italia), Okinawa (Japón), Loma Linda (California), Nicoya (Costa Rica) y Ikaria (Grecia).

Estas áreas se caracterizan por tener una proporción inusualmente alta de personas que viven más de 100 años. Con el tiempo, otras localidades, como Martinica, también se sumaron a la lista.

Investigadores como Gianni Pes, de la Universidad de Sassari en Italia, y Michel Poulain, de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, validaron datos sobre la longevidad en Sardinia.

Después de comprobar registros oficiales, entrevistas con centenarios y su documentación en un mapa, identificaron que algunas áreas del norte de la isla presentaban una mayor concentración de personas longevas. Estos descubrimientos iniciales fueron clave para que Sardinia fuera considerada una Zona Azul.

La creciente duda sobre las Zonas Azules

Sin embargo, no todos los investigadores están convencidos de la veracidad de las Zonas Azules. Saul Newman, investigador de la Universidad College London, ha lanzado una dura crítica contra las afirmaciones sobre la longevidad extrema en estos lugares.

Según Newman, los datos que respaldan la existencia de las Zonas Azules no son verificables, y en muchos casos, presentan errores y fraudes evidentes.

Por ejemplo, señala que en zonas donde se registran altas cifras de centenarios, la calidad de los registros civiles es muy deficiente, lo que genera datos inconsistentes.

Newman asegura que los datos
Newman asegura que los datos de las Zonas Azules carecen de verificabilidad

Este debate se intensificó cuando The New York Times y Science revelaron que Buettner había incluido a Loma Linda en su lista de Zonas Azules no porque se basara en datos verificables, sino porque su editor en National Geographic lo presionó para incluir una zona de Estados Unidos.

Aunque Buettner ha desmentido estas acusaciones, este incidente ha generado más dudas sobre la autenticidad de las Zonas Azules.

La historia de las reclamaciones de longevidad

El interés por las poblaciones longevas no es nuevo. Ya en 1973, National Geographic publicó un artículo en el que se afirmaba que países como la Unión Soviética, Ecuador y Pakistán tenían diez veces más centenarios que los países occidentales.

Sin embargo, tras un análisis más detallado, se descubrió que muchas de estas afirmaciones se basaban en errores de registro de edad, ya que las personas exageraban su edad para mejorar su estatus social o promover el turismo local.

En 1981, el médico Alexander Leaf reconoció estos errores y admitió que las reclamaciones sobre longevidad extrema eran incorrectas.

A pesar de esto, la idea de las Zonas Azules resurgió en 1999 cuando Pes presentó sus investigaciones sobre la longevidad en Ogliastra, una provincia de Sardinia.

Este fue el punto de partida para una nueva ola de investigaciones que, con el tiempo, culminaron en la identificación de más Zonas Azules.

Factores que influyen en la calidad de vida

El modelo de las Zonas Azules se basa en la idea de que ciertos factores genéticos y de estilo de vida permiten que las personas vivan más tiempo.

Un estudio realizado en Sardinia sugirió que la genética podría jugar un papel importante, ya que algunas personas en estas zonas tienen una variante genética particular en el receptor del sabor amargo (TAS2R38), que también está asociada con una mayor eficiencia del sistema inmunológico y una menor preferencia por los alimentos ricos en grasas.

Las Zonas Azules identifican áreas
Las Zonas Azules identifican áreas donde la gente vive más tiempo y con mejor calidad de vida

Además, algunos investigadores sugieren que la aislamiento geográfico de las Zonas Azules podría contribuir a la longevidad.

Regiones como los montes de Sardinia, donde la inmigración es baja y la población es relativamente homogénea, podrían estar favoreciendo la supervivencia de ciertas variantes genéticas protectoras.

Sin embargo, la teoría de los beneficios de la consanguinidad, que algunos sugieren en estas zonas, sigue siendo muy debatida.

Por otro lado, Buettner defiende que el secreto de la longevidad en las Zonas Azules está relacionado con nueve factores clave, como la actividad física incidental (caminar, subir escaleras), una dieta mayormente basada en plantas, consumo moderado de alcohol (particularmente vino de Sardinia) y una fuerte comunidad de apoyo social.

Aunque muchas de estas prácticas se asocian con buenos resultados en salud, aún no se ha demostrado de manera concluyente que sean las causas directas de la longevidad extrema en estos lugares.

Los problemas con los datos y las críticas de Newman

Newman cuestiona la validez de las afirmaciones sobre la longevidad en las Zonas Azules, apuntando a errores sistemáticos en la recolección de datos.

Por ejemplo, señala que los errores de edad son comunes, especialmente en regiones con registros civiles inexactos. La gente a menudo reporta edades erróneas por razones como el acceso a beneficios sociales o incluso por falsificar documentos para obtener beneficios económicos.

Newman incluso señala que, a medida que las personas envejecen, las probabilidades de que estos errores de edad sean detectados disminuyen, lo que distorsiona aún más las estadísticas.

Además, el investigador analiza cómo estos errores se han acumulado en países con altos niveles de pobreza, donde la falta de un sistema centralizado de registros civiles contribuye a la aparición de supuestos centenarios.

Según Newman, los casos de longevidad en países como Puerto Rico, Grecia o Costa Rica no son tan sorprendentes si se consideran estos factores.

Newman cuestiona la validez de
Newman cuestiona la validez de las afirmaciones sobre longevidad en las Zonas Azules

Disputas académicas y respuestas a las críticas

El debate se intensificó cuando un grupo de investigadores publicó una carta pública en 2024 defendiendo la validez de sus estudios sobre las Zonas Azules.

A pesar de las críticas, estos científicos sostienen que la longevidad en estas zonas ha sido rigurosamente documentada utilizando métodos como entrevistas personales, reconstrucción genealógica y verificación de registros oficiales.

Michel Poulain, uno de los principales defensores de las Zonas Azules, afirma que ha visitado a más de 200 centenarios y ha validado sus edades mediante múltiples métodos.

Por su parte, Buettner refuta las afirmaciones de Newman, argumentando que los datos de Costa Rica, por ejemplo, fueron verificados por la ONU desde 1961, lo que garantiza su fiabilidad.

A pesar de los desacuerdos, muchos investigadores, incluidos Buettner y Poulain, coinciden en que las Zonas Azules están perdiendo su estatus debido a la adopción de dietas y estilos de vida occidentales, lo que podría reducir la longevidad en estas regiones.

El futuro de las Zonas Azules

Aunque la controversia sobre la validez de las Zonas Azules continúa, el concepto ha dejado una huella significativa en la discusión pública sobre la salud y la longevidad.

Las recomendaciones basadas en estos estudios, como llevar una dieta rica en vegetales, evitar el sedentarismo y mantener una red de apoyo social, son prácticas ampliamente aceptadas como beneficiosas para la salud en general.

Sin embargo, lo que realmente importa es que, más allá de la existencia o no de las Zonas Azules, estas recomendaciones son accesibles y posibles de replicar en cualquier comunidad.

Mientras algunos se aferran a la idea de encontrar el “secreto” detrás de la longevidad extrema, la realidad es que la clave de una vida larga y saludable probablemente radique en hábitos sostenibles a lo largo del tiempo, más que en un conjunto específico de factores geográficos o genéticos.

Las Zonas Azules seguirán siendo un tema de debate, pero sus enseñanzas sobre el bienestar parecen seguir siendo relevantes para quienes buscan mejorar su calidad de vida.