¿Sangra la nariz cuando se tiene presión arterial alta?: qué dicen los expertos

El trastorno de la presión puede ser un factor de riesgo de infartos y ACV. Cuáles son los síntomas y qué se sabe sobre la hemorragia nasal

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El sangrado nasal puede ser
El sangrado nasal puede ser un síntoma de presión arterial alta, pero no es frecuente/Archivo Freepik

La presión arterial alta ocurre cuando la fuerza con que la sangre empuja contra las paredes de las arterias supera los niveles considerados normales. Lo ideal es tener la presión arterial por debajo de 12/8.

A menudo, la hipertensión se conoce como el “asesino silencioso” porque no siempre genera síntomas evidentes.

Sin embargo, algunas personas pueden experimentar signos como dolores de cabeza, mareos, dificultad para respirar, ansiedad intensa, confusión, dolor en el pecho, náuseas o vómitos. Los sangrados nasales también podrían ser síntomas en algunos pacientes.

En casos más graves, una crisis hipertensiva puede poner en riesgo la vida, por lo que requiere atención médica inmediata.

¿Es cierto que la nariz sangra cuando se tiene presión arterial alta?

Existe debate sobre la relación
Existe debate sobre la relación entre la hipertensión y los sangrados nasales/Archivo Freepik

Durante décadas, la relación entre la hipertensión y las hemorragias nasales generó debate en la comunidad médica. Algunos estudios sugieren que las personas con presión arterial alta podrían experimentar sangrados nasales con mayor frecuencia, mientras que otras investigaciones no han podido establecer un vínculo causal directo.

Un estudio poblacional sugirió que las personas hipertensas tenían 1,47 veces más probabilidades de sufrir hemorragias nasales que las no hipertensas.

Los investigadores utilizaron datos del Servicio Nacional de Seguros Sanitarios de Corea del Sur para examinar el riesgo de hemorragias nasales en personas con hipertensión, y las compararon con personas sin el trastorno.

En casos graves, una crisis
En casos graves, una crisis hipertensiva puede convertirse en una emergencia médica que pone en peligro la vida/Archivo

Ese trabajo mostró que las personas con hipertensión arterial tenían una mayor necesidad de hospitalización por hemorragias nasales. Aunque los investigadores también plantearon la hipótesis de que las hemorragias nasales podrían provocar un aumento de la presión arterial, el estudio no halló una relación causa-efecto clara.

Más recientemente, se llevó a cabo otra investigación en Italia. Se trató de un estudio retrospectivo realizado en el Hospital Spedali Civili de Brescia. Se compararon dos grupos de pacientes. El trabajo fue publicado en la revista High Blood Pressure & Cardiovascular Prevention.

Los resultados indicaron que el 73 % de los pacientes con sangrado presentaban presión arterial mayor a 140/90 mmHg al ingreso, porcentaje que disminuyó al 26 % tras 30 minutos de evaluación. En el grupo de control, los valores elevados pasaron del 60 % al 23 %.

Investigación en Corea del Sur
Investigación en Corea del Sur encontró que las personas hipertensas tienen más probabilidades de necesitar hospitalización por hemorragias nasales, aunque no se confirmó una conexión causa-efecto entre ambos fenómenos (Freepik)

Sin embargo, el análisis estadístico no mostró una correlación significativa entre la hipertensión y el sangrado o epistaxis. En cambio, el principal factor de riesgo independiente identificado fue el uso de terapia anticoagulante y/o antiagregante plaquetaria.

El estudio concluyó que el sangrado no puede considerarse una manifestación directa de la hipertensión, sino que los valores elevados de presión arterial podrían ser una respuesta al estrés del episodio hemorrágico.

A pesar de la falta de consenso, algunos expertos recomiendan medir la presión arterial en personas que sufren episodios de sangrado. En diálogo con Infobae, Pablo Rodríguez, vicepresidente primero de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Hipertensión y jefe de la sección de hipertensión arterial del Instituto ICBA, explicó: “La mayoría de los sangrados de la nariz son de origen venoso y no tienen relación con la presión arterial. Son muy pocos los casos de pacientes con un mal control de la presión que tienen sangrados nasales”.

Cómo saber si tengo la presión arterial alta

Para diagnosticar hipertensión, se requieren
Para diagnosticar hipertensión, se requieren múltiples mediciones en diferentes momentos con tensiómetros digitales validados (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para diagnosticar la presión arterial alta, se necesita realizar mediciones con un tensiómetro digital que esté validado. Un solo valor elevado no indica hipertensión, ya que factores como el estrés o la actividad física pueden influir en los resultados.

Se recomienda tomar varias lecturas en diferentes momentos del día y en condiciones de reposo para obtener un diagnóstico preciso.

En la consulta médica, el profesional de salud puede evaluar antecedentes familiares, hábitos de vida y presencia de otros factores de riesgo como el sobrepeso, el tabaquismo o el consumo excesivo de sal. En algunos casos, puede solicitar monitoreos ambulatorios de 24 horas para obtener un perfil más detallado de la presión.

Cuál es la forma más efectiva para bajar la presión arterial

Reducir el consumo de sal
Reducir el consumo de sal y adherir a un tratamiento farmacológico son las medidas clave para bajar la presión arterial y tenerla controlada (Imagen Ilustrativa Infobae)

“El manejo de la hipertensión hoy se basa en cambios en el estilo de vida y en el uso de medicamentos desde el momento del diagnóstico. En algunos pacientes se indican varios fármacos”, resaltó Rodríguez.

Entre los fármacos se incluyen diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), bloqueadores de los receptores de angiotensina II (ARA-II), betabloqueantes o bloqueadores de los canales de calcio, según las necesidades de cada paciente.

Reducir el consumo de sal y alimentos ultraprocesados ayuda a disminuir la presión arterial. Además, mantener una dieta equilibrada con abundantes frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables contribuye a mejorar la salud cardiovascular.

La actividad física regular también es fundamental. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar, nadar o andar en bicicleta.

La práctica de la actividad
La práctica de la actividad física regular es otra medida que deben adoptar las personas con la presión alterada (Imagen Ilustrativa Infobae)

El control del peso, la reducción del consumo de alcohol y la eliminación del tabaco también pueden marcar una diferencia significativa en la presión arterial.

El manejo del estrés es otro factor clave. Técnicas como la meditación, la respiración profunda y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a reducir la presión arterial en personas con hipertensión.

El seguimiento médico regular y la adherencia al tratamiento son esenciales para prevenir complicaciones como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y daño renal.

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