Las pesadillas y su impacto en la salud mental: cuándo dejan de ser normales e indican problemas emocionales

Si bien es habitual tenerlas de vez en cuando, en ocasiones pueden perturbar la vida diurna. Identificar las causas es clave para recuperar el descanso profundo. Las recomendaciones de dos expertos

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Investigaciones identifican que sueños de
Investigaciones identifican que sueños de persecución, desastres y mordeduras de animales son los más comunes globalmente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los sueños son uno de los aspectos más misteriosos de la psicología humana. Si bien pueden incluir imágenes de alegría y felicidad, también pueden ser aterradores, estresantes y perturbadores.

Es normal que tanto los niños como los adultos tengan malos sueños de vez en cuando. Entre el 2 % y el 8 % de los adultos tienen problemas con las pesadillas, afirma la Fundación del Sueño de Estados Unidos.

Y agrega: “No existe una explicación consensuada de por qué tenemos pesadillas. De hecho, en la medicina del sueño y en la neurociencia se debate actualmente por qué soñamos”.

Por qué tenemos pesadillas

El doctor Joaquín Diez, especialista en psiquiatría y medicina del sueño, Miembro de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, explicó a Infobae: “Las pesadillas son experiencias oníricas desagradables, angustiantes y perturbadoras, que ocurren durante la fase de sueño REM (movimientos oculares rápidos), en la cual el cerebro está muy activo procesando la información interna, especialmente la relacionada con las emociones y la memoria”.

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Las pesadillas ocurren durante la fase REM del sueño, cuando el cerebro procesa emociones intensas como miedos y recuerdos (Imagen ilustrativa Infobae)

Y añadió: “Aunque pueden ser desagradables, las pesadillas pueden tener un papel adaptativo, para poder procesar emociones intensas que no podemos elaborar despiertos, consolidar emociones o simular situaciones de amenaza que pueden entrenar al cerebro en la gestión del miedo. Lo interesante de esta expresión afectiva tan intensa es que está despojada de la adrenalina que la acompaña durante el día, permitiendo suavizar el impacto físico tan negativo de estas experiencias”.

Durante las 7 a 9 horas recomendadas de sueño nocturno, el ser humano alterna entre dos estadios diferentes llamados REM (movimiento ocular rápido) y NREM (movimiento ocular no rápido), que se alternan en ciclos de duración entre 90 y 120 minutos. Una noche típica tiene entre 4 y 5 ciclos.

La licenciada Cynthia Zaiatz, jefa del servicio de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros, (MN 60.105. MP 96.892), señaló a Infobae que “una pesadilla es un sueño perturbador que en general lo relacionamos con sentimientos negativos como ansiedad o miedo que se nos despiertan en el día. Las pesadillas son muy comunes en los niños, pero pueden manifestarse en cualquiera de las edades. En los chicos aparecen entre los tres y los seis años y luego empiezan a desaparecer, aunque en la adolescencia surgen nuevamente”.

El estrés, la ansiedad y
El estrés, la ansiedad y la privación del sueño aumentan la frecuencia de los sueños perturbadores (Imagen ilustrativa Infobae)

El doctor Diez diferenció las pesadillas del trastorno por pesadillas, que involucra una frecuencia o intensidad mayor de pesadillas, “con repercusión en la vida cotidiana (social o laboral), así como en la aparición de fatiga diurna, e incluso de temor o ansiedad a la hora de irse a dormir pudiendo desarrollar insomnio”, destacó el especialista.

Las pesadillas más comunes

Varios trabajos científicos han tratado de identificar las pesadillas que las personas suelen tener con mayor frecuencia. Durante la pandemia por COVID-19, curiosamente, las pesadillas se incrementaron en el mundo entero, según varios estudios, y se cree que fue debido a un aumento de la ansiedad y la depresión.

Un estudio realizado en 2018 por Michael Schredl y Anja Göritz del Instituto Central de Salud Mental en Mannheim y la Universidad de Friburgo, Alemania, investigó cuáles eran las pesadillas más comunes. Luego de analizar a más de 1.200 voluntarios, determinaron las más habituales:

Los sueños de persecución son
Los sueños de persecución son frecuentes. El perseguidor puede ser un humano, animales o entidades sobrenaturales (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Fracaso: Dificultades o imposibilidad del soñador para alcanzar un objetivo. Esto incluye llegar tarde, perderse, no poder comunicarse, olvidar algo o cometer fallos. El 18% de los individuos reportó este sueño, siendo más común en hombres.
  • Agresión física: Amenazas, ataques directos, agresiones sexuales, homicidios o secuestros.
  • Accidentes: Ahogamientos, siniestros vehiculares, caídas, entre otros. Este tipo de sueño fue reportado por el 15% de los participantes y predominó en hombres.
  • Persecución: Ser perseguido sin sufrir agresión física. El perseguidor puede ser un humano, animales (principalmente perros) o entidades sobrenaturales.
  • Enfermedad y muerte: Distintas dolencias, inquietudes de salud o fallecimiento de un ser querido. Aproximadamente el 12% de los encuestados mencionaron tener pesadillas de este tipo.
Las picaduras de insectos y
Las picaduras de insectos y las mordeduras de animales son algunos otros sueños comunes (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Conflictos interpersonales: Involucran hostilidad, oposición, agravios, humillación, rechazo, infidelidad o engaños entre personajes. Más comunes en mujeres.
  • Desastres: Catástrofes como incendios, inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos o conflictos bélicos. Fue más recurrente en mujeres.
  • Presencia maligna: Percibir o sentir una entidad maléfica o ser poseído por ella. Incluye monstruos, alienígenas, vampiros, espíritus y fantasmas.
  • Insectos o alimañas: Mordeduras o picaduras de insectos, roedores y reptiles.

Los factores que aumentan las pesadillas

Durante la pandemia, el estrés
Durante la pandemia, el estrés psicológico colectivo condujo a un aumento significativo de pesadillas en todo el mundo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los factores emocionales son los que más influyen en la aparición de las pesadillas, señaló el doctor Diez: “El estrés, la ansiedad y la depresión son los desencadenantes más comunes, pero también pueden darse en el contexto del trastorno por estrés postraumático (TEPT) o de preocupaciones intensas o conflictos emocionales no resueltos”.

Hay, a su vez, otros factores que pueden influir: “ambientales (películas o libros perturbadores, o dormir en algún lugar inseguro), fisiológicos (la privación de sueño o la fiebre), o farmacológicos (algunos antidepresivos o medicaciones para la presión arterial, abstinencia al alcohol o ciertos hipnóticos)”, enumeró el experto.

Por su lado, la doctora Zaiatz dijo que las pesadillas causan una sensación de ansiedad. “Muchas veces la gente se despierta llorando. Luego de algún trauma o de alguna vivencia estresante, pueden aparecer estas pesadillas que parecen sueños muy vívidos y reales”, indicó. Y agregó que suelen aparecer con mayor frecuencia cuando estamos en problemas.

“Muchas veces lo que sentimos con las pesadillas es que se pone en juego nuestra supervivencia. Nos levantamos transpirados, ansiosos y/o enojados. Estas nos están alertando de que estamos pasando situaciones de estrés y angustia. Así como los sueños a veces son demostraciones de deseos, las pesadillas pueden ser demostraciones de situaciones que nos están pasando y que hay que analizar. Es importante consultar cuando aparecen con frecuencia, interrumpen nuestra rutina y/o nos causan temor de irnos a dormir”.

Cómo evitar y tratar las pesadillas

El estrés, la ansiedad y
El estrés, la ansiedad y la depresión son los desencadenantes más comunes, pero también pueden darse en el contexto del trastorno por estrés postraumático (TEPT) (Freepik)

El doctor Diez dijo que el tratamiento dependerá de la frecuencia o intensidad de las pesadillas y de la magnitud del impacto en la vida cotidiana o en el sueño.

“El tratamiento no farmacológico incluye medidas de higiene de sueño, técnicas de relajación, y terapia cognitivo conductual (TCC), que incluye la Terapia de Ensayo en Imaginación (en inglés, IRT, Imagery Rehearsal Therapy), para modificar el final de la pesadilla)”, expresó el médico.

En la Terapia de Ensayo en Imaginación, la persona describe la pesadilla recurrente en detalle. “Junto con el terapeuta, el paciente modifica el contenido de la pesadilla, cambiando el final o introduciendo elementos positivos para reducir su carga emocional negativa. Practica mentalmente la nueva versión de la pesadilla durante el día, visualizándola de manera repetida y detallada”, explicó el doctor Diez. De esta manera, el paciente aprende a “cambiar” el contenido de sus propias pesadillas, ejerciendo un control sobre ellas incluso mientras duerme.

Cuando las pesadillas se transforman
Cuando las pesadillas se transforman en trastorno de pesadilla y repercuten en la calidad de vida, hay que consultar al especialista (Freepik)

El tratamiento farmacológico se reserva para los casos más graves o cuando están asociadas a TEPT. “Sobre todo, es importante abordar tanto los factores emocionales como los fisiológicos que las provocan, utilizando enfoques terapéuticos personalizados. La combinación de terapia psicológica, higiene del sueño y, en algunos casos, medicación, puede ayudar a los pacientes a recuperar un sueño reparador y mejorar su bienestar general”, finalizó el doctor Diez.

Ya sea que las pesadillas sean habituales u ocasionales, es posible obtener alivio si se mejora la higiene del sueño con estas recomendaciones de la Fundación del Sueño:

Ajustar hábitos nocturnos, como evitar
Ajustar hábitos nocturnos, como evitar la cafeína o establecer rutinas, puede mejorar la calidad del sueño y reducir las pesadillas (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Seguir un horario de sueño constante. Levantarse y acostarse a la misma hora, incluso los fines de semana.
  • Utilizar métodos de relajación: la meditación o las respiraciones profundas puede ayudar a disminuir el estrés y la preocupación que dan lugar a las pesadillas.
  • Evitar la cafeína y el alcohol por la noche: la cafeína puede estimular la mente, lo que dificulta la relajación y el sueño. Beber alcohol poco antes de acostarse puede provocar un rebote de la fase REM en la segunda mitad de la noche que puede empeorar las pesadillas.
  • Reducir el tiempo que pasa frente a una pantalla antes de acostarse: Si el tiempo que se pasa frente a una pantalla incluye imágenes negativas o preocupantes, puede aumentar la probabilidad de tener pesadillas. Para evitarlo, dejar el uso de pantallas una hora o más antes de irse a dormir.