En un contexto donde la población mundial envejece rápidamente, un grupo de científicos, médicos y empresarios ha comenzado a cuestionar la percepción tradicional del envejecimiento. Según informó The Wall Street Journal, este movimiento emergente busca clasificar el envejecimiento como una enfermedad, argumentando que este proceso biológico es un factor clave detrás de muchas enfermedades y muertes.
La propuesta, aunque controvertida, podría abrir la puerta a tratamientos médicos dirigidos específicamente a ralentizar o prevenir el envejecimiento, en lugar de limitarse a tratar las enfermedades relacionadas con la edad. Esta propuesta ha generado un intenso debate tanto en el ámbito médico como en la sociedad en general, con implicaciones que van desde la investigación biomédica hasta la manera en que se percibe la vejez en la cultura contemporánea.
Actualmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no reconoce el envejecimiento como una enfermedad y no ha aprobado medicamentos para tratarlo directamente. No obstante, en 2024, dos grupos presentaron peticiones ciudadanas a la FDA con el objetivo de cambiar esta postura, en un contexto en el que la investigación sobre longevidad ha atraído inversiones millonarias.
Para este sector, reseña WSJ, el envejecimiento está estrechamente relacionado con procesos biológicos que también contribuyen al desarrollo de enfermedades. Un ejemplo destacado es la senescencia celular, un fenómeno en el que las células dejan de dividirse pero no mueren, acumulándose en el cuerpo con el tiempo. Este proceso ha sido vinculado a diversas enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer y la diabetes. Según Richard Faragher, profesor de biogerontología en la Universidad de Brighton, abordar estos procesos biológicos podría tener un impacto significativo en la salud humana. “¿Podemos hacer algo para influir en la biología fundamental del envejecimiento humano? Creo que la respuesta es un sí rotundo”, afirmó Faragher.
Los argumentos a favor y en contra
Quienes apoyan esta reclasificación argumentan que entender el envejecimiento como una enfermedad podría permitir la creación de fármacos y terapias dirigidas a retrasar o prevenir afecciones como el cáncer, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
Eric Verdin, director del Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento, sugiere que, en lugar de considerarse una enfermedad en sí misma, el envejecimiento debería entenderse como un factor de riesgo, al igual que el colesterol alto.
Por otro lado, los críticos advierten que esta perspectiva podría reforzar el estigma hacia las personas mayores y fomentar el edadismo, un prejuicio que ya tiene un impacto significativo en la atención médica.
La profesora Becca Levy, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, ha investigado el efecto de estas creencias en el sistema de salud y estima que las actitudes negativas hacia la vejez contribuyen a un gasto médico adicional de 63.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos.
Uno de los principales riesgos de considerar el envejecimiento como una enfermedad, según sus detractores, es que los médicos podrían desestimar condiciones tratables en personas mayores, asumiendo que son simplemente parte del proceso natural de envejecimiento.
Levy menciona el caso de una pariente de 80 años a quien un médico le atribuyó un hematoma al envejecimiento, cuando en realidad era un efecto secundario de un medicamento. Este tipo de errores pueden retrasar diagnósticos adecuados y agravar problemas de salud prevenibles.
El envejecimiento como una etapa de plenitud
Para muchas personas mayores, el envejecimiento no es una carga, sino una etapa de la vida llena de posibilidades. The Wall Street Journal compartió la historia de Art Saboski, un ex piloto de la Fuerza Aérea de 81 años que ha encontrado nuevas pasiones en su jubilación. Saboski se ha dedicado a la pintura en acuarela, ha compuesto y arreglado música que se ha transmitido en una emisora local y disfruta de reuniones regulares con amigos. “El envejecimiento puede ser un tiempo de disfrute, no un tiempo de deterioro”, afirmó Saboski, quien se encuentra en buen estado de salud.
Este enfoque positivo hacia el envejecimiento también es respaldado por expertos como John Rowe, geriatra y profesor de políticas de salud y envejecimiento en la Universidad de Columbia. Rowe destacó que las personas mayores suelen desarrollar habilidades sociales y emocionales que les permiten adaptarse mejor a diversas situaciones de estrés. “Eso no es una enfermedad”, afirmó Rowe, subrayando que el envejecimiento también puede traer ventajas significativas.
Más allá de sus implicaciones médicas y científicas, el debate sobre si el envejecimiento debe considerarse una enfermedad plantea preguntas fundamentales sobre la manera en que la sociedad percibe la vejez. Mientras algunos ven en esta clasificación una oportunidad para mejorar la calidad de vida y reducir los costos médicos, otros temen que pueda reforzar estigmas y fomentar la explotación financiera por parte de la industria antienvejecimiento.