
Cada 23 de septiembre, el inicio de la primavera en Perú representa más que un cambio de estación: es un momento propicio para reflexionar sobre el bienestar emocional de adolescentes y jóvenes. Este grupo enfrenta desafíos particulares en una etapa marcada por el crecimiento, las aspiraciones y la construcción del futuro.
En este contexto, el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado ha difundido recomendaciones para fortalecer la salud mental de la juventud. Las sugerencias subrayan la importancia de crear entornos de apoyo, prevenir el estrés y fomentar actividades que favorezcan el desarrollo integral.

Gestión emocional: reconocer, aceptar y comprender
Especialistas del Honorio Delgado-Hideyo Noguchi señalan que reconocer y aceptar las propias emociones es el primer paso para una vida emocional saludable. Experimentar tristeza, ansiedad, enojo o confusión resulta habitual. Lo fundamental es identificar estos sentimientos, entender su origen y permitirse sentirlos sin emitir juicios.
El entorno digital, cada vez más presente, introduce riesgos de aislamiento y comparación constante. Los expertos recomiendan priorizar conexiones sociales auténticas, como encuentros presenciales, conversaciones profundas y el intercambio de inquietudes con amigos y familiares. Este tipo de vínculos ayuda a aliviar la carga emocional y refuerza el sentido de acompañamiento.

Límites y autocuidado frente a la tecnología
El establecimiento de límites, especialmente en el uso de la tecnología, resulta clave para la salud mental. La sobreestimulación suele provocar agotamiento mental, por lo que se aconseja desconectarse de redes sociales, noticias o actividades académicas siempre que sea necesario. Los especialistas sugieren fijar horarios para el uso del teléfono móvil, realizar pausas y priorizar un buen descanso nocturno, recordando que no es obligatorio estar disponible en todo momento para los demás.
Dentro de las rutinas recomendadas, la integración del movimiento y el autocuidado cobra relevancia. Actividades como hacer ejercicio, caminar, bailar o practicar yoga contribuyen a liberar el estrés y a mejorar el ánimo. Mantener hábitos básicos —como un sueño reparador y una alimentación equilibrada— y dedicar tiempo a pasatiempos personales resultan fundamentales. Tal como sostiene el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado: “Pequeños actos de autocuidado marcan una gran diferencia”.

Pedir ayuda como signo de fortaleza
Solicitar ayuda cuando se percibe que la situación excede las propias capacidades es un acto de fortaleza, no de debilidad. Los especialistas alientan a buscar apoyo en adultos de confianza —padres, docentes u orientadores— o acudir a profesionales de la salud mental, como psicólogos o terapeutas. Muchas instituciones educativas y comunidades ofrecen servicios gratuitos o de bajo costo, y se recuerda a los jóvenes que no están solos en esto.
La presión por alcanzar el éxito, ser productivo o cumplir con expectativas puede resultar abrumadora para la juventud. El Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado aconseja celebrar los logros, aunque sean pequeños, y aceptar que los errores y el desconocimiento forman parte del aprendizaje. “La vida no es una competencia; es un aprendizaje constante”, afirman sus especialistas.

Rol de padres, cuidadores y el acceso a recursos
Para padres y cuidadores, la misión consiste en promover un ambiente de confianza, mostrar interés genuino, escuchar activamente y validar las emociones de los jóvenes. Enseñar resiliencia, valorar el esfuerzo por encima del resultado y ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje fortalece a los adolescentes frente a la adversidad. En ese sentid, los especialistas señalan que establecer límites claros ofrece la estructura necesaria para su desarrollo.
En situaciones complejas, la población puede acceder gratuitamente a la Línea 113 (opción 5), disponible las 24 horas del día, o acudir al centro de salud más cercano, así como al Centro de Salud Mental Comunitario correspondiente. Proteger la salud mental de la juventud peruana es una responsabilidad de todos. En el marco de la primavera, el compromiso debe centrarse en brindar herramientas, apoyo y esperanza para que los jóvenes se desarrollen plenamente.