
Un grupo internacional de científicos ha logrado descifrar el origen evolutivo de la papa moderna, uno de los cultivos más importantes del mundo. Según un estudio publicado en la revista Cell, la papa actual surgió a partir de un cruce natural ocurrido hace unos 9 millones de años entre un ancestro silvestre del tomate y una planta llamada Etuberosum. Este híbrido ancestral fue el primero en desarrollar tubérculos subterráneos, una característica clave para su adaptación y posterior domesticación.
La investigación se basa en el análisis genético de 450 especies de papas silvestres y cultivadas. Los resultados mostraron que, aunque ni el tomate ni el Etuberosum producían tubérculos, el cruce entre ambas plantas activó un conjunto de genes que sí permitió su formación. Esta adaptación fue fundamental para la supervivencia de la planta en los fríos y hostiles entornos de los Andes.

Linaje de tomates y Etuberosum
Los científicos explican que la papa, el tomate y el Etuberosum pertenecen al mismo género, Solanum, que incluye alrededor de 1.500 especies. Sin embargo, hasta ahora era un misterio cómo se relacionaban entre sí. El análisis filogenético reveló que la papa comparte un ancestro común con el Etuberosum que data de hace 14 millones de años, pero que está genéticamente más emparentada con el tomate.
El descubrimiento resuelve una contradicción que desconcertó durante años a la comunidad científica: las plantas de papa se parecen mucho a las Etuberosum, pero su ADN coincide más con el del tomate. Como detalló a CNN la botánica Sandy Knapp, del Museo de Historia Natural de Londres y coautora del estudio, este hallazgo cambia la comprensión sobre el origen y evolución de la papa.

Potencial para mejorar la agricultura
Más allá de la importancia científica, el hallazgo tiene un valor práctico. Comprender cómo surgieron los tubérculos —la parte comestible de la papa— podría ayudar a desarrollar variedades más resistentes a enfermedades, plagas y condiciones climáticas extremas.
“La evolución de un tubérculo otorgó a las papas una enorme ventaja en entornos hostiles, impulsando una explosión de nuevas especies”, señaló Sanwen Huang, coautor del estudio y presidente de la Academia China de Ciencias Agrícolas Tropicales.

Una mirada al pasado
El equipo científico utilizó métodos de análisis filogenético, similares a los estudios de parentesco genético en humanos, para rastrear las relaciones entre las especies. Según JianQuan Liu, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Lanzhou, las diferencias en los marcadores genéticos mostraban que la papa podría ser hermana del tomate o del Etuberosum, dependiendo de la secuencia analizada.
Finalmente, la evidencia permitió reconstruir el linaje evolutivo con precisión y responder una pregunta que permaneció abierta por siglos. Con este avance, la ciencia no solo resuelve un misterio ancestral, sino que también sienta las bases para asegurar el cultivo de uno de los alimentos más vitales del planeta.



