Estas son las 4 vitaminas que mejoran la circulación sanguínea

Una circulación deficiente puede provocar problemas de salud como várices, hinchazón, fatiga y riesgo de enfermedades cardiovasculares

Guardar
La circulación sanguínea es fundamental
La circulación sanguínea es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo (Corredor)

En Perú, se registraron 60 mil casos asociados a trombosis en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati solo en el primer semestre de 2021. La trombosis, que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en un vaso sanguíneo, es uno de los diversos problemas de salud que se generan debido a la falta de una adecuada circulación de la sangre.

La circulación sanguínea es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, ya que permite el transporte de oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo. Además, contribuye a la eliminación de desechos y al mantenimiento de una temperatura corporal adecuada. Una circulación deficiente puede provocar problemas de salud como várices, hinchazón, fatiga y riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Para mantener una buena circulación sanguínea, es esencial adoptar hábitos saludables como la práctica regular de ejercicio, una dieta equilibrada y el consumo adecuado de vitaminas. Algunas vitaminas desempeñan un papel fundamental en la mejora de la circulación, ayudando a mantener los vasos sanguíneos saludables y favoreciendo el flujo sanguíneo.

Las 4 vitaminas que mejoran la circulación sanguínea

La vitamina C fortalece los
La vitamina C fortalece los vasos sanguíneos y entre los alimentos ricos en esta vitamina se encuentran las frutas cítricas como la naranja (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre las vitaminas que contribuyen a mejorar la circulación sanguínea, destacan cuatro en particular:

  • Vitamina C: la vitamina C es conocida por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para fortalecer los vasos sanguíneos. Ayuda a mantener la elasticidad de las arterias, evitando la formación de placas que pueden obstruir el flujo sanguíneo. Además, contribuye a la producción de colágeno, esencial para la estructura de las paredes vasculares. Entre los alimentos ricos en vitamina C se encuentran las frutas cítricas como la naranja y el limón, así como el pimiento rojo, el kiwi, las fresas y el brócoli.
  • Vitamina B3: también conocida como niacina, la vitamina B3 favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, mejorando así el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial. Además, ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL), lo que contribuye a mantener las arterias limpias y saludables. Se puede encontrar en alimentos como el pollo, el atún, el salmón, el maní y los cereales integrales.
  • Vitamina E: la vitamina E es un potente antioxidante que protege las células sanguíneas de los daños oxidativos. Ayuda a prevenir la formación de coágulos y mantiene la fluidez de la sangre, lo que es fundamental para evitar problemas circulatorios. Esta vitamina se encuentra en alimentos como las semillas de girasol, las almendras, el aceite de oliva, la palta y los vegetales de hoja verde.
  • Vitamina K: la vitamina K es esencial para la coagulación sanguínea adecuada y juega un papel importante en la salud vascular. Ayuda a prevenir el endurecimiento de las arterias al regular la acumulación de calcio en las paredes arteriales. Esto permite mantener una circulación saludable y prevenir problemas cardiovasculares. Los alimentos que contienen vitamina K incluyen el brócoli, las espinacas, la col rizada y otros vegetales de hoja verde.

Funciones de la circulación sanguínea

Una de las principales funciones
Una de las principales funciones de la circulación sanguínea es el suministro de oxígeno desde los pulmones a los tejidos (Europa Press)

La circulación sanguínea es fundamental para el buen funcionamiento del organismo, ya que permite el transporte de oxígeno, nutrientes, hormonas y otros componentes esenciales a todas las células del cuerpo. A través del sistema circulatorio, la sangre fluye desde el corazón hacia los distintos tejidos y órganos, garantizando su adecuado funcionamiento.

Una de las principales funciones de la circulación sanguínea es el suministro de oxígeno desde los pulmones a los tejidos y la recolección de dióxido de carbono para su eliminación. Además, transporta nutrientes provenientes de la digestión hacia las células, asegurando su nutrición y energía.

Otra función importante es la eliminación de desechos metabólicos, que son llevados hacia órganos como los riñones y el hígado para su procesamiento y excreción. La circulación también cumple un papel crucial en la regulación de la temperatura corporal, distribuyendo el calor generado por los músculos y otros órganos.

Una circulación deficiente aumenta el
Una circulación deficiente aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, infartos o accidentes cerebrovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

Asimismo, el sistema circulatorio participa en la defensa inmunológica, ya que permite el desplazamiento de células del sistema inmune hacia áreas afectadas por infecciones o lesiones. Por último, es esencial para el equilibrio hormonal, transportando hormonas desde las glándulas endocrinas hacia sus órganos diana (que son afectados por sustancias como las hormonas) para regular diversas funciones corporales.

Mala circulación sanguínea y problemas de salud

La mala circulación sanguínea puede provocar diversos problemas de salud que afectan al bienestar general del cuerpo. Cuando la sangre no fluye correctamente, los órganos y tejidos no reciben el oxígeno ni los nutrientes necesarios, lo que puede causar fatiga, mareos y sensación de frío en las extremidades. Además, puede derivar en hinchazón, calambres, varices y entumecimiento.

A largo plazo, una circulación deficiente aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, infartos o accidentes cerebrovasculares. También puede afectar la cicatrización de heridas y debilitar el sistema inmunológico, comprometiendo la salud general. Mantener una buena circulación es esencial para prevenir estas complicaciones.

Otras vitaminas que mejoran la circulación sanguínea

La vitamina B12 colabora en
La vitamina B12 colabora en la formación de glóbulos rojos, esenciales para transportar oxígeno por el cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además de la vitamina C, B3, E y K, otras vitaminas también favorecen la circulación sanguínea:

  • Vitamina B6: ayuda a prevenir la acumulación de homocisteína, un aminoácido que puede dañar los vasos sanguíneos.
  • Vitamina B12: colabora en la formación de glóbulos rojos, esenciales para transportar oxígeno por el cuerpo.
  • Vitamina D: mejora la función endotelial y regula la presión arterial, lo que favorece el flujo sanguíneo.
  • Vitamina A: por su parte, mantiene la salud de las paredes arteriales. Estas vitaminas, combinadas con una dieta equilibrada y ejercicio, contribuyen a una circulación más eficiente y saludable.

Circulación sanguínea y enfermedades cardiovasculares

Debido a que la circulación sanguínea es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo, ya que transporta oxígeno y nutrientes a los órganos y tejidos; cuando este sistema se ve afectado, pueden surgir enfermedades cardiovasculares.

Una circulación deficiente, causada por arterias obstruidas o endurecidas, dificulta el flujo sanguíneo y aumenta el riesgo de hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares. El colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad y la falta de ejercicio agravan estos problemas. Mantener una buena salud cardiovascular requiere hábitos saludables que favorezcan una circulación eficiente, previniendo así complicaciones graves que pueden comprometer la calidad y la duración de vida.

Circulación sanguínea y várices

La circulación sanguínea deficiente es una de las principales causas del desarrollo de várices. Cuando las venas, especialmente en las piernas, no logran devolver eficientemente la sangre al corazón, esta se acumula y provoca dilatación venosa. Esta alteración, conocida como insuficiencia venosa, genera presión en las paredes de las venas, debilitándolas con el tiempo. Factores como el sedentarismo, el sobrepeso o estar mucho tiempo de pie pueden empeorar la condición. Las várices no solo afectan la estética, sino que también causan molestias como pesadez, calambres o hinchazón.