
El empleo de plantas medicinales como parte de rutinas diarias ha ganado un lugar en distintas culturas. Entre ellas, el cardo mariano se destaca como una de las más estudiadas por sus posibles beneficios para la salud hepática. Muchas personas optan por consumirlo en forma de infusión matutina antes de ingerir alimentos, en búsqueda de aportes naturales para el organismo.
El cardo mariano, de nombre científico Silybum marianum, contiene silimarina, un compuesto que ha sido objeto de interés en investigaciones relacionadas con la función y protección del hígado. El consumo de té elaborado con sus semillas recibe atención por la creencia extendida de que puede contribuir al bienestar hepático.
Diversos estudios sugieren que la silimarina, presente en el cardo mariano, tiene potencial antioxidante y antiinflamatorio. Estas propiedades se asocian con el apoyo a procesos de regeneración celular en el hígado, particularmente en situaciones de exposición a toxinas, medicamentos o exceso de alcohol. El té de cardo mariano suele citarse como una opción natural para quienes desean respaldar los procesos de depuración del organismo.

Uno de los supuestos beneficios más difundidos consiste en ayudar a la eliminación de desechos metabólicos, promoviendo el funcionamiento adecuado del sistema digestivo. Quienes ingieren este té al comenzar el día apuntan a mejorar la digestión y evitar la hinchazón abdominal. Además, algunos relatos describen una sensación general de ligereza después de establecer el consumo regular matutino.
En entornos donde se promueve la alimentación saludable, el cardo mariano aparece en listas de plantas recomendadas para contribuir a la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Algunas investigaciones exploran si sus componentes pueden intervenir en la protección frente a daños celulares causados por la oxidación o el estrés metabólico.

Cómo preparar té de cardo mariano
La preparación del té de cardo mariano requiere semillas, consideradas la parte de la planta con mayor concentración de silimarina. El procedimiento es sencillo y accesible:
- Colocar una o dos cucharaditas (aproximadamente 5 gramos) de semillas de cardo mariano en una taza, preferiblemente trituradas para facilitar la liberación de sus compuestos activos.
- Calentar 250 mililitros de agua hasta punto de ebullición.
- Verter el agua caliente sobre las semillas y tapar la taza.
- Dejar reposar durante 10 minutos para aprovechar los principios activos.
- Filtrar la infusión para eliminar residuos sólidos antes de beber.
- Consumir el té en ayunas, con preferencia 20 minutos antes del desayuno.
El aroma y el sabor del té de cardo mariano suelen describirse como suaves, lo que permite su combinación con otras hierbas al gusto. Muchos consumidores incorporan esta infusión como parte de rutinas de autocuidado y hábitos cotidianos de salud preventiva. Aunque la evidencia científica resalta sus propiedades, los profesionales sugieren mantener prudencia y evitar interacciones no monitoreadas con otros productos o medicamentos.


