
El consumo de infusiones a base de cacao ha cobrado popularidad en diversos países de América Latina y otras regiones. La preparación, que emplea cáscara o fragmentos de granos de cacao, destaca tanto por su sabor como por los posibles beneficios que aporta. Diversos estudios han señalado propiedades asociadas al cacao, incluyendo efectos antioxidantes, aporte de minerales y potenciales beneficios para la salud cardiovascular.
La infusión de cacao se obtiene a partir de la cáscara seca del fruto, la cual contiene una considerable cantidad de polifenoles. Estos compuestos se asocian a la protección celular frente al daño oxidativo. En términos de minerales, la bebida aporta magnesio, fósforo, potasio y pequeñas dosis de hierro, complementando la dieta diaria de manera natural.
En algunos reportes sobre salud cardiovascular, se ha sugerido que el cacao, por su contenido de flavonoides, podría contribuir a la regulación de la presión arterial y apoyar la elasticidad de los vasos sanguíneos. Este efecto, sujeto a la cantidad consumida y al contexto de una dieta equilibrada, convierte a la infusión de cacao en una opción apreciada entre quienes buscan cuidar el sistema circulatorio de manera sencilla.

Otra propiedad relevante es la ausencia de cafeína en comparación con otras infusiones. El cacao contiene teobromina, un alcaloide que estimula el sistema nervioso de forma más suave y con menos efectos colaterales. Este compuesto favorece el estado de alerta y puede asociarse con una sensación de bienestar. Además, proporciona un perfil energético diferente al de bebidas con cafeína, por lo que muchas personas prefieren esta infusión como alternativa para reducir el consumo de café.
En el ámbito digestivo, la infusión de cacao puede colaborar en el tránsito intestinal debido a su ligero contenido en fibra. Esto resulta útil para quienes buscan opciones naturales para mantener la regularidad. Su sabor particular, con matices amargos y aromas profundos, aporta una experiencia sensorial que la distingue de otras bebidas calientes tradicionales.
La versatilidad también es una característica destacada, pues la infusión puede tomarse sola o combinarse con especias como canela, vainilla o anís. No contiene azúcares añadidos, salvo que se agregue posteriormente, lo cual la convierte en una alternativa apta para distintas preferencias alimentarias.

Preparar infusión de cacao en casa es sencillo. Para una taza, se necesita una cucharada sopera de cáscara de cacao seca, agua recién hervida y, si se desea, algún complemento aromático. Primero, se coloca la cáscara en una taza o tetera. Luego se vierte agua caliente y se deja reposar entre cinco y siete minutos. El líquido se filtra y puede consumirse solo, o endulzarse al gusto con miel o edulcorante natural.