
La caña de azúcar (Saccharum officinarum) se cultiva principalmente para la obtención de azúcar, pero a lo largo de la historia distintas culturas le han atribuido una variedad de propiedades medicinales. Las aplicaciones de la caña, especialmente en su forma natural o como extractos, forman parte de la medicina tradicional en numerosas regiones de Asia, África y América Latina.
Aunque muchas de sus supuestas propiedades no cuentan con suficiente respaldo científico, en los últimos años algunos estudios comenzaron a examinar su posible aporte para la salud.
El jugo de caña de azúcar contiene una mezcla de sacarosa, glucosa y fructosa, junto con minerales como calcio, magnesio, potasio, hierro y vitaminas del grupo B. También aporta compuestos fenólicos y antioxidantes naturales, cuyas cantidades varían según el tipo y la maduración de la planta.

En la medicina popular asiática, el jugo de caña recién exprimido se emplea como bebida refrescante y, al mismo tiempo, como remedio para aliviar la fatiga y la deshidratación. En la India, se considera que ayuda a restaurar el equilibrio de líquidos y electrolitos en casos leves de diarrea o golpe de calor.
Además, en algunos países de América Latina, la caña rallada o su jugo suelen usarse para calmar la tos seca y el dolor de garganta. En el Caribe, existe la costumbre de ofrecer trozos frescos de caña a niños y adultos para suavizar la irritación de la garganta o favorecer la hidratación.
En la medicina herbal china, extractos de caña se han usado como apoyo para aliviar problemas digestivos menores y mejorar la energía en personas convalecientes.
Las investigaciones sobre los posibles beneficios de la caña de azúcar en la salud humana aún son limitadas, pero algunos hallazgos ofrecen indicios interesantes. El jugo de caña contiene polifenoles y flavonoides, compuestos antioxidantes que contribuyen a la reducción del daño celular y la inflamación.
Algunos estudios en laboratorio sugieren que estos antioxidantes pueden tener efectos protectores sobre el hígado y los riñones en modelos animales, aunque hacen falta más pruebas clínicas en humanos.

Esta hierba también ha mostrado propiedades antimicrobianas en estudios preliminares, en especial los extractos de bagazo y de hojas. Algunos ensayos in vitro revelaron que pueden inhibir el crecimiento de ciertas bacterias y hongos, lo que podría tener implicancias para el desarrollo de nuevos tratamientos naturales, aunque estos hallazgos no se han trasladado a la práctica clínica.
Por su contenido de azúcares simples y minerales, el jugo de caña puede ser una opción para reponer energía y líquidos durante o después de actividades intensas o episodios de deshidratación leve.
Sin embargo, la alta cantidad de azúcares naturales que contiene debe tenerse en cuenta, especialmente en personas con predisposición a la diabetes o problemas metabólicos.

Precauciones para el consumo de la caña
Si bien el consumo ocasional de caña de azúcar en su forma natural es seguro para la mayoría de adultos sanos, no reemplaza a los tratamientos médicos convencionales. El jugo fresco de caña debe consumirse recién exprimido y de origen confiable, ya que la contaminación en el proceso de extracción puede favorecer infecciones.
No se recomienda el consumo de grandes cantidades de jugo de caña para personas con diabetes, hipertensión o enfermedades metabólicas, debido a la elevada concentración de azúcar. En todos los casos, es recomendable consultar al médico antes de incorporar remedios naturales o tradicionales a la rutina diaria.