
Sin duda alguna, la gastronomía de nuestro país es tan basta que hay cientos, miles de notas, libros y reseñas, y las que faltan, para hablar sobre su vastedad.
Basta con dar unos pasos y llegar a una esquina para poder encontrarse con una enorme variedad de alimentos para saciar cualquier antojo o capricho culinario.
Entre esos gustitos, están los antojos callejeros que también forman parte de nuestra comida, no obstante, Taste Atlas, una plataforma online que funge como una enciclopedia de la gastronomía mundial, el “Google Maps de la comida”, catalogando y promoviendo la diversidad de platos tradicionales de diferentes países, enumeró algunos de ellos como los peores.
“Los peores”
- Torta de tamal. Es el desayuno más típico en las mañanas capitalinas que se acompaña con atole, sin embargo, la combinación de carbohidratos hacen que sea el número uno en la lista de Taste Atlas.
- Torta cubana. Es la representación tangible del exceso, son capas de jamón, milanesa, pierna, salchicha, huevo y quesos apilados dentro de un pan, aderezados con frijoles, mayonesa, jitomate, picante y aguacate completan este clásico, una mezcla que para la plataforma no tiene sentido.
- Tacos de frijol con queso. Es un antojo económico y básico, que la guía no comprende el por qué de su popularidad.
- Tacos de tripas. Ya sean de res o cerdo se limpian, cuecen y luego se fríen hasta quedar crujientes, se sirven en una tortilla con cebolla, cilantro y salsa picante. El exceso de grasa, la razón de su elección.
- Tamales de chipilín. Elaborados con masa de maíz mezclada con hojas frescas de chipilín, una planta con sabor herbal muy marcado, forman parte de éste top five porque a la guía no le gustó el sabor de la planta.
¿Antojito callejero?
Los antojitos callejeros son preparaciones rápidas que se venden en puestos ambulantes, esquinas, mercados, carritos o locales pequeños, y que dependiendo de la ciudad, la colonia o barrio pueden adaptarse.
Surgen de recetas populares que se adaptan a lo cotidiano y a la necesidad de tener alimentos a precios bajos, se hacen ingredientes accesibles, técnicas caseras y porciones suficientes para saciar el hambre de millones de personas que salen a trabajar, no quieren o no saben cocinar o simple y llanamente por el antojo.
Su objetivo no es ser sofisticados, pero sí sabrosos y muy abundantes. Aunque algunos antojitos son considerados comida chatarra por su alto contenido en grasas, también pueden ser muy nutritivos y constituir una comida muy completa.