Qué revela la Psicología de las personas que cambian el color de su cabello constantemente

Con implicaciones emocionales y de identidad, vinculado a crisis, creatividad y procesos de transformación personal, este proceso más allá de una simple preferencia estética

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Esta decisión va más allá de una simple preferencia estética. Crédito: Infobae

Pintarse el cabello permite modificar el aspecto físico de manera temporal o permanente, ya sea para cubrir canas, seguir una moda, experimentar con un nuevo estilo o simplemente renovar la imagen, esta técnica representa una forma accesible y versátil de transformación, sin embargo, hacerlo de manera frecuente, en muchos casos, responde a necesidades emocionales y psicológicas más profundas.

Desde un punto de vista biológico, la Fundación Ángela Navarro señala que el color del cabello está determinado por la melanina, no obstante, en el ámbito psicológico, los colores elegidos transmiten valores, emociones y percepciones culturales, por lo que cambiarlo puede ser una forma de conectar con la imagen que una persona desea proyectar y con cómo quiere sentirse.

A través del cabello se comunican estados de ánimo, etapas de la vida y procesos internos que, aunque no siempre son evidentes a los demás, tienen un significado íntimo y poderoso para quien los experimenta, ello, en algunos casos, este cambio se convierte incluso en un mecanismo de escape o una forma de canalizar emociones difíciles de expresar verbalmente.

El significado emocional y simbólico de los colores

Los expertos vinculan las modificaciones
Los expertos vinculan las modificaciones en el tono capilar con crisis, creatividad e impulsividad como señales de transformación interna.

De acuerdo con el estudio realizado por Nicolas Guéguen, de la Universidad de Bretagne-Sud en Francia, citado por el psiquiatra Raj Persaud en la revista de divulgación Psychology Today, aproximadamente el 90 % de las personas tienen cabello oscuro, mientras que solo el 2 % son rubias y el 1 % pelirrojas. Este dato, aparentemente superfluo, respalda cómo las elecciones de color de cabello, especialmente aquellas que se alejan de lo natural, pueden interpretarse como una necesidad de destacar o expresar individualidad.

En este contexto, según el blog del Grupo Yosvic, especializado en productos de peluquería y estética, los colores cálidos como los tonos rojos, naranjas y dorados tienden a transmitir emociones de pasión, energía y calidez, por lo que quienes optan por teñir su cabello con estos tonos a menudo buscan proyectar seguridad y vitalidad.

Por otro lado, la elección entre colores naturales y colores de fantasía juega un papel importante en la percepción personal, pues tonos naturales como el rubio, castaño o negro suelen considerarse más convencionales. Quienes los eligen generalmente están más alineados con normas sociales tradicionales o desear integrarse con mayor facilidad en contextos formales.

En contraste, los colores de fantasía, como el rosa, el verde o el plateado, tienden a ser percibidos como audaces y creativos, así, las personas que optan por estos colores muchas veces quieren destacar, reflejando una identidad visual más libre y disruptiva.

El cabello como herramienta de expresión

La psicología del color aplicada
La psicología del color aplicada al cabello revela que cada tonalidad puede expresar estados anímicos, aspiraciones o intentos de reconexión con la propia identidad.

Las personas que cambian constantemente el color de su cabello suelen estar expresando aspectos profundos de su personalidad y estado emocional, según la psicología del color y la imagen personal. Como explica Ramon Grimalt, del Servicio de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, “el cabello puede interpretarse como una forma de comunicación, y participa en el lenguaje simbólico, no sólo para expresar nuestros estados emocionales, sino también para indicar algunas de nuestras características sociales”.

Al respecto, el Colegio de Psicólogos de Madrid afirma que el deseo de un cambio de look capilar tiene diferentes significados para cada individuo. Algunas personas pueden buscarlo para sentirse más seguras de sí mismas, mientras que otras pueden querer adaptarse a una nueva etapa de sus vidas.

Modificar el cabello es una de las pocas maneras de ejercer control inmediato sobre la propia imagen. En momentos de incertidumbre o crisis, un cambio de color puede simbolizar un “reinicio” emocional, ayudando a la persona a sentirse dueña de su vida y decisiones. En contraste, la psicología también asocia esta conducta con personalidades más impulsivas o abiertas a nuevas experiencias, que buscan evitar la monotonía y disfrutar de la creatividad en su apariencia.

En relación con esto, el psicólogo Andrés Carrillo, colaborador en Psicología y Mente, señala que cuando se habla de apertura a la experiencia, se hace alusión a ciertas características de personalidad que generan propensión a tomar decisiones relacionadas con salir de la zona de confort. Las personas con este rasgo no suelen tener inconvenientes en probar nuevos métodos o exponerse a sensaciones desconocidas y, por lo general, tienden a poseer un pensamiento creativo elevado, prefiriendo construir sus propios caminos en lugar de seguir patrones preestablecidos.

Un recurso para la transformación emocional

Modificar el color del cabello
Modificar el color del cabello es una de las formas más visibles de proyectar cambios emocionales y psicológicos que no siempre pueden expresarse con palabras.

Finalmente, el sitio web especializado en psicología Mentes Abiertas explica que experimentar un cambio en el aspecto físico, ya sea a través de un corte, un nuevo color o estilo, puede generar una sensación de renovación y frescura. Este tipo de transformación puede ser clave para canalizar emociones de forma más positiva, recuperar la confianza personal y enfrentar con mayor fortaleza los retos del día a día.

En contextos de cambio emocional profundo, como una ruptura amorosa, un cambio de trabajo o una crisis personal, cambiar el color del cabello puede facilitar un proceso de reconstrucción de la identidad. Así, lo que a simple vista podría parecer sólo una cuestión estética, puede convertirse en una herramienta de sanación emocional, de reafirmación del yo y de empoderamiento.