Así es como se deben de pelar las mandarinas para no desperdiciar su mayor aporte de vitamina C, según un médico

El médico Manuel Viso advierte que una parte de los gajos del cítrico concentran vitaminas y antioxidantes clave, mucho más que la pulpa

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La mandarina ofrece protección contra
La mandarina ofrece protección contra enfermedades cardiovasculares, diabetes y ciertos tipos de cáncer. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Reconocida por su sabor dulce, su practicidad y su abundante jugo, la mandarina no solo es una fruta popular en la mesa de los mexicanos, sino también una aliada para la salud. Entre sus múltiples beneficios, destaca la presencia de sinefrina, un compuesto natural que contribuye a inhibir la producción de colesterol en el cuerpo.

Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), esta fruta cítrica posee propiedades antimicrobianas capaces de prevenir infecciones en heridas, así como combatir virus, hongos y bacterias. Su alto contenido nutricional ofrece una protección integral frente a enfermedades cardiovasculares, infecciones, anemia, alergias, diabetes e incluso ciertos tipos de cáncer.

En este contexto, el médico y divulgador Manuel Viso, especialista en hematología y medicina interna, alertó a través de un video publicado en su cuenta de Instagram (@manuelvisothedoc) sobre un error habitual que cometemos al consumir mandarinas: por comodidad, desechamos una parte clave que concentra buena parte de sus beneficios.

Los finos hilos blancos de
Los finos hilos blancos de la mandarina contienen más antioxidantes y nutrientes que la pulpa, según expertos.

¿Qué parte de la mandarina no deberíamos eliminar al pelarla?

Según explica el experto Viso, solemos desechar una de las zonas más nutritivas de la mandarina sin saberlo: los finos hilos blancos que envuelven sus gajos, conocidos como albedo. “Es la parte que más vitamina C tiene”, afirma el especialista, refiriéndose a esta capa interna que, por lo general, termina en la basura.

“Despreciamos una parte fundamental de la fruta”, lamenta Viso, quien se declara un gran admirador de este cítrico por sus numerosos aportes para la salud. “Ahí están la mayor cantidad de antioxidantes, antiinflamatorios, vitaminas y minerales como el potasio, el magnesio y el triptófano”, explica en un video que se ha vuelto viral. “Mucho más que en la pulpa”, asegura.

De acuerdo con el sitio Naranjas Ecológicas de Sevilla, el albedo no es exclusivo de la mandarina o la naranja, sino que está presente en todos los cítricos. Se trata de la capa blanca situada justo debajo de la cáscara, que suele eliminarse por su sabor ligeramente amargo.

Sin embargo, esta parte de la fruta posee un contenido de compuestos fenólicos entre 15 y 20 veces mayor que el de los gajos. Dichos compuestos son antioxidantes esenciales para mantener una buena salud. Además, el albedo es rico en pectina, una fibra soluble que contribuye a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Estudios recientes incluso han demostrado que su efectividad para disminuir el colesterol LDL puede superar a la de algunos medicamentos recetados con ese fin.

Técnicas culinarias mejoran la textura
Técnicas culinarias mejoran la textura y el sabor del albedo, potenciando su aprovechamiento en la dieta.

¿Cómo consumir el albedo de la mandarina sin que resulte tan amargo?

Para consumir el albedo de la mandarina sin que resulte tan amargo, la técnica más efectiva es someterlo a un proceso de blanqueado repetido que reduce significativamente el sabor amargo característico de esta parte blanca fibrosa de la cáscara. De acuerdo con el canal de YouTube @LatinaCocinaPersa , el procedimiento consiste en:

  • Cortar el albedo de la mandarina y sumergirlo en agua hirviendo durante unos minutos.
  • Retirar y refrescar inmediatamente en agua fría.
  • Repetir este escaldado (blanqueado) varias veces, idealmente 3 veces, para eliminar la mayor parte del amargor.

Después del blanqueado, se puede macerar el albedo en un almíbar ligero o mezclarlo con ingredientes como azúcar, jugo de cítricos y aceite de oliva para preparar cremas o purés que suavizan aún más el amargor y aportan una textura agradable, aprovechando la pectina natural del albedo, sin embargo es recomendable consultar con un especialista antes de incluir este ingrediente a nuestras preparaciones.

Otra recomendación es evitar incluir en el consumo directo la capa superficial más externa de la cáscara, ya que es donde se concentra el amargor intenso y retirar cuidadosamente esa capa para conservar sólo el albedo menos amargo.