
La joroba en la espalda es una condición que se caracteriza por una curvatura excesiva o protuberancia en la parte superior de la espalda, conocida en términos médicos como cifosis dorsal.
Puede deberse a diversos factores, como alteraciones en la postura, deformidades estructurales de la columna o acumulación de grasa en la región cervical. Dependiendo de su causa, puede variar en gravedad desde una leve inclinación postural hasta una deformidad evidente.
Tipos principales de joroba:
- Cifosis postural: Suele ser consecuencia de una postura encorvada mantenida durante largos periodos de tiempo. Generalmente es reversible con ejercicios correctivos y mejorando la postura.
- Cifosis estructural: Ocurre por alteraciones en las vértebras, como las provocadas por osteoporosis, fracturas, o condiciones como la enfermedad de Scheuermann. Puede ser más difícil de corregir y, en algunos casos, requiere tratamiento médico.
- Acumulación de grasa (joroba de búfalo): En algunos casos, la protuberancia puede deberse a una acumulación de tejido graso en la base del cuello o parte superior de la espalda, asociada a problemas metabólicos, hormonales (como el síndrome de Cushing) o sobrepeso.
Con excepción de las jorobas causadas por enfermedades o condiciones genéticas, la mayoría de las veces es posible corregir esta condición y sus molestias con algunos ejercicios específicos para esta zona y aquí te damos una lista de algunos de los más efectivos.

Cuáles son los mejores ejercicios que se pueden realizar para eliminar la joroba de la espalda
La joroba en la espalda, también conocida como cifosis postural o “joroba del cuello” (en casos de acumulación de grasa en la zona), puede abordarse con ejercicios que fortalecen los músculos de la espalda y corrigen la postura. Aquí algunos de los ejercicios más recomendados:
- Estiramiento de los pectorales: Ponte frente a una pared, sujeta con una mano mientras giras el torso suavemente hacia el lado opuesto para estirar el pecho y los hombros. Mantén la posición durante 20-30 segundos por cada lado.
- Retracción escapular: Siéntate o párate con la espalda recta. Lleva los hombros hacia atrás y junta los omóplatos, manteniendo el pecho elevado. Mantén la contracción durante 5-10 segundos y repite de 8 a 10 veces.
- Puente de glúteos: Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo.
Eleva las caderas hacia el techo, activando el núcleo y los glúteos, mientras mantienes la espalda recta. Baja lentamente y repite de 10 a 12 veces. - Extensiones torácicas: Coloca un rodillo de espuma o una toalla enrollada justo debajo de la parte superior de la espalda (columna torácica). Cruza los brazos sobre el pecho o detrás de la cabeza y realiza una leve extensión hacia atrás.
Repite de 8 a 10 movimientos. - Ejercicio del “Superman”: Acuéstate boca abajo con los brazos y piernas extendidos.Eleva simultáneamente el pecho, brazos y piernas del suelo, contrayendo la espalda y los glúteos. Mantén la posición durante 5 segundos y baja lentamente. Realiza 10 repeticiones.
- Planchas de antebrazo: Colócate en posición de plancha sobre los antebrazos, manteniendo el cuerpo alineado desde la cabeza hasta los pies. Sostén la posición durante 20-30 segundos. Esto fortalece el core y ayuda a mantener la postura.
- Postura del gato y la vaca: Apóyate en el suelo con manos y rodillas (posición de cuatro puntos).
Alterna arqueando la espalda hacia arriba (gato) y relajándola hacia abajo mientras levantas la cabeza y el pecho (vaca). Haz de 8 a 10 repeticiones.

Estos ejercicios pueden combinarse con hábitos como mantener una buena postura al sentarse y posiciones ergonómicas adecuadas durante el día.
Si el problema persiste, se recomienda consultar a un fisioterapeuta o especialista para una evaluación detallada.