
Despertar con ansiedad, palpitaciones o sensación de inquietud no siempre está relacionado con tus niveles de estrés general. A veces, la causa está en algo que haces (o no haces) cada mañana: revisar el celular apenas abres los ojos.
Este hábito es tan común que pasa desapercibido, pero estudios en neurociencia y psicología han comprobado que ver el teléfono como primer estímulo del día puede detonar ansiedad, irritabilidad y desregulación emocional.
¿Por qué revisar el celular al despertar genera ansiedad?
El cerebro, al salir del sueño, se encuentra en un estado de transición entre ondas cerebrales alfa y beta. Este es un momento de alta sensibilidad emocional y mental.

Si lo primero que ves es una notificación, correo urgente o una red social, tu sistema nervioso se activa bruscamente, disparando la producción de cortisol, la hormona del estrés.
Según un estudio publicado en Behavioral Neuroscience, quienes revisan el teléfono en los primeros 15 minutos del día reportan mayor ansiedad, peor concentración y mayor impulsividad a lo largo del día.
Otros efectos negativos del “scroll matutino”
- Comparación social inmediata: ver redes sociales al despertar activa pensamientos de insuficiencia o frustración.
- Saturación de información: tu mente empieza el día con exceso de estímulos, dificultando la concentración.
- Disrupción de rutina saludable: te roba tiempo que podrías usar para hidratarte, estirarte o desayunar.
- Evita el enfoque interno: impide que reconectes contigo mismo antes de atender al mundo exterior.

¿Qué hacer en lugar de revisar el celular?
- Espera al menos 30 minutos tras despertar antes de usar el teléfono.
- Usa ese tiempo para hidratarte, respirar profundamente, estirarte o hacer una lista de agradecimientos.
- Si necesitas despertador, opta por uno analógico o una app con pantalla bloqueada.
- Evita dejar el celular en la almohada; colócalo fuera del alcance inmediato.
Revisar el celular apenas despiertas puede parecer inofensivo, pero tu mente y tu cuerpo lo sienten como un golpe de ansiedad. Cambiar este hábito puede ser un pequeño ajuste con un impacto enorme en tu bienestar emocional durante el resto del día.