
Las semillas de chía han ganado popularidad en el ámbito de la nutrición por su alto contenido en fibra, antioxidantes y ácidos grasos omega 3. Diversos estudios han señalado que su consumo regular puede contribuir al control de la glucosa en sangre; especialmente, en personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. Una de las formas más comunes de incorporarlas a la dieta es en ayunas, momento en el que el cuerpo puede absorber de forma más eficiente ciertos nutrientes.
¿Por qué la chía ayuda a controlar el azúcar?
Las semillas de chía contienen un tipo de fibra soluble que, al entrar en contacto con el agua, forma un gel que retrasa la digestión y la absorción de carbohidratos. Este efecto contribuye a evitar picos de glucosa en sangre tras las comidas. Además, la chía tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que no provoca aumentos bruscos en los niveles de esta enzima en el cuerpo.
Según un estudio publicado en Diabetes Care (Jenkins et al., 2007), el consumo diario de chía puede reducir marcadores inflamatorios y mejorar la presión arterial en personas con diabetes tipo 2, lo cual puede estar asociado a una mejor regulación metabólica general.

¿Cómo se deben consumir en ayunas?
Para obtener beneficios sobre el control glucémico, se recomienda consumir entre una y dos cucharadas de este tipo de semillas (aproximadamente 10 a 20 gramos) en ayunas, siempre hidratadas. El remojo previo es fundamental para facilitar su digestión y activar sus propiedades gelificantes.
Una preparación común consiste en mezclar una cucharada de este alimento con un vaso de agua (200-250 ml) y dejar reposar entre 20 minutos y 2 horas, preferentemente durante la noche. La mezcla resultante tendrá una consistencia gelatinosa, la cual puede beberse sola o con un poco de limón finalmente.
Otra opción es mezclarlas en ayunas con agua tibia y unas gotas de vinagre de manzana o jugo de limón, lo que puede contribuir al efecto saciante y mejorar la sensibilidad a la insulina en la primera comida del día.

Consideraciones a tomar en cuenta
El consumo de chía debe acompañarse con una adecuada ingesta de líquidos, ya que su alto contenido de fibra puede causar molestias digestivas si se consume en seco o sin suficiente agua. Además, aunque sus beneficios son significativos, no sustituye un tratamiento médico ni una dieta balanceada, especialmente en personas con diabetes diagnosticada.
Es recomendable iniciar con una pequeña cantidad e ir aumentando gradualmente para evitar efectos secundarios como hinchazón o gases. También se sugiere consultar con un especialista en nutrición o un médico antes de incorporarla de forma regular si se toman medicamentos para controlar la glucosa, ya que podría potenciar sus efectos.