
Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano. No proporcionan energía directamente, pero desempeñan un papel clave en numerosos procesos biológicos que mantienen la salud y el bienestar general.
Su función principal es actuar como catalizadores en reacciones químicas necesarias para el metabolismo. Por ejemplo, las vitaminas del grupo B ayudan a convertir los alimentos en energía, mientras que la vitamina D contribuye a la absorción de calcio y fortalece los huesos. También refuerzan el sistema inmunológico (vitamina C), favorecen la salud de la piel y la vista (vitamina A) y participan en la coagulación de la sangre (vitamina K). Además, muchas actúan como antioxidantes, como la vitamina E, protegiendo las células del daño.
Dado que el cuerpo no puede sintetizar la mayoría de las vitaminas, es fundamental obtenerlas a través de una dieta balanceada rica en frutas, verduras, proteínas y grasas saludables.
Las señales de que te faltan vitaminas.
La falta de vitaminas puede manifestarse en diversos síntomas que afectan la salud física y el bienestar general. Reconocer estas señales puede ser clave para determinar si es necesario ajustar la dieta o incorporar suplementos bajo supervisión médica. A continuación, se describen algunos indicadores comunes de deficiencia vitamínica:

Síntomas generales
- Cansancio y falta de energía: La deficiencia de vitaminas, como la B12 o el ácido fólico (B9), puede ocasionar fatiga, falta de concentración y debilidad muscular.
- Caída del cabello y uñas débiles: Esto puede deberse a la falta de biotina (B7) o de otras vitaminas como la D y C.
- Problemas de la piel: Piel seca, grietas en las comisuras de los labios o acné severo pueden estar vinculados a insuficiencias de vitaminas A, C, D o del grupo B.
- Heridas que tardan en cicatrizar: Este síntoma podría indicar deficiencia de vitamina C, necesaria para la reparación de tejidos.
Síntomas específicos según tipo de vitamina
- Deficiencia de vitamina D: Dolor óseo, debilidad muscular o sensación general de pesadez.
- Falta de vitamina C: Sangrado de encías, hematomas frecuentes o infecciones recurrentes.
- Baja vitamina B12: Hormigueo en extremidades, dificultad para caminar o pérdida de memoria.
- Falta de vitamina A: Dificultades para ver en la oscuridad o sequedad ocular extrema.
Factores de riesgo
- Dietas restrictivas o bajas en verduras, frutas, proteínas o grasas saludables.
- Condiciones médicas que interfieren con la absorción de nutrientes, como síndrome del intestino irritable.
- Etapas de mayor demanda nutricional como el embarazo o lactancia.
Qué hacer si sospechas una deficiencia
Siempre es recomendable consultar a un médico o nutricionista para realizar análisis de sangre que identifiquen cualquier falta específica de vitaminas. Evita automedicarte con suplementos, ya que el exceso de ciertas vitaminas podría ser perjudicial para la salud. Una dieta balanceada y variada sigue siendo la mejor estrategia para cubrir las necesidades diarias de vitaminas.