
El atole es una bebida de gran tradición en México y en muchas otras partes del mundo, cuyo origen se remonta a la época prehispánica. Su nombre proviene del náhuatl, donde la palabra atolli significa “aguado” y tol es un diminutivo, por lo que su significado sería “aguadito” o “bebida líquida”, según el Instituto Español de Puebla.
El atole ha sido consumido no solo en México, sino también en diversas partes de Mesoamérica y el norte de Suramérica. Su base principal es la masa de maíz o harina de maíz, que se mezcla con agua o leche y se endulza con ingredientes como azúcar, canela, vainilla o, en algunas ocasiones, chocolate y frutas, creando un sinfín de versiones regionales.
Esta versión de atole de tamarindo combina el toque ácido y dulce del este fruto con la suavidad de la masa de maíz, convirtiéndolo en una bebida reconfortante, ideal para acompañar un buen desayuno o para disfrutar en cualquier momento del día. Además, su preparación es sencilla, pero sus sabores son tan ricos que cautivan al paladar con sólo un trago.
Esta receta ofrece varias propiedades nutricionales, pues el tamarindo es rico en vitamina C, un antioxidante que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, además, contiene minerales como el potasio, que contribuye a la salud cardiovascular, y fibra, que favorece la digestión. Por su base de masa de maíz, el atole también aporta carbohidratos complejos, mientras que el piloncillo añade minerales como el hierro y el calcio, aunque es importante moderar su consumo por su contenido en azúcar.
Cómo hacer atole de tamarindo paso a paso

Esta receta, publicada por Margarita Carrillo en Larousse Cocina, tiene una dificultad sencilla y está diseñada para preparar seis porciones. Aunque en este caso se utiliza tamarindo, la preparación puede adaptar cualquier fruto de temporada o del gusto personal.
Ingredientes:
- 150 g de tamarindo pelado
- ½ taza de masa de maíz
- 1½ Ɩitro de agua
- ¾ de taza de piloncillo troceado
- 1 pizca de sal
Preparación:
- Remoje en un tazón el tamarindo con suficiente agua caliente durante 2 horas. Escúrralo, retírele las semillas y muélalo.
- Disuelva la masa en 1 taza de agua, cuélela y reserve.
- Hierva el resto del agua con el piloncillo, la sal, el tamarindo molido y la masa diluida.
- Cueza, sin dejar de mover, por 20 minutos o hasta que el atole espese.
- Rectifique la cantidad de piloncillo y sirva caliente.
Propiedades nutrimentales de los ingredientes

De acuerdo con la revista México Desconocido, el piloncillo es una fuente importante de vitaminas B1, B2, B6 y C. La vitamina B1, por ejemplo, ayuda en los procesos cognitivos y es eficaz para el tratamiento de la depresión, mientras que la B2 fortalece el sistema inmunológico y favorece la regeneración de los tejidos. La B6, por su parte, es clave para mantener saludable el sistema nervioso, y la vitamina C del piloncillo actúa como antioxidante, protegiendo al cuerpo de la oxidación.
Este endulzante natural también es rico en minerales esenciales como cobre, que reduce el riesgo de anemia y osteoporosis; calcio y fósforo, que mantienen los huesos y dientes fuertes; potasio, que es importante para la función celular; zinc, que favorece la producción de proteínas; magnesio, que regula la presión arterial y el azúcar en la sangre; y hierro, necesario para la producción de hemoglobina. Por ello, gracias a estos nutrientes, el piloncillo es una excelente fuente de energía y una alternativa más saludable al azúcar blanca, ya que no priva al organismo de nutrientes esenciales.
Por otro lado, según El Poder del Consumidor, el tamarindo es un fruto lleno de sabor y con un alto contenido de vitaminas B, C y E, además de ser una excelente fuente de fibra, con 20 gramos por cada 100 gramos de tamarindo. También es rico en minerales como calcio, hierro, potasio, magnesio, zinc y fósforo.
Asimismo, además de sus propiedades nutricionales, también posee usos medicinales, ya que tiene efectos laxantes, diuréticos, astringentes, antipiréticos y antisépticos. De hecho, según lo detalla la publicación, las ramas, raíces, hojas, semillas y fruto del tamarindo se utilizan en remedios para tratar enfermedades del hígado, fiebre, asma, intoxicación alcohólica y problemas digestivos.