¿Qué significa que una persona no pueda dejar de fumar según la Psicología?

La adicción al consumo de cigarros puede tener un origen que combina los aspectos físicos y psicológicos de alguien

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EL humo del cigarro puede
EL humo del cigarro puede tener consecuencias para la salud para el fumador y las personas a su alrededor. - (Imagen Ilustrativa Infobae).

Las personas fuman por una combinación de razones sociales, psicológicas y físicas. En muchos casos, el hábito de fumar comienza por presión social, curiosidad o la influencia de familiares y amigos que ya lo hacen porque suele asociarse con ciertos rituales o dinámicas sociales especialmente en la adolescencia o la juventud.

Además, campañas publicitarias históricas promovieron durante décadas imágenes asociadas al cigarrillo que vinculaban su consumo con estatus, independencia o relajación, y que aunque ya no se transmitan por medios de comunicación el estigma ha logrado trascender a las nuevas generaciones.

Aunque las razones que llevan a alguien a fumar pueden ser muy variadas, los motivos del por qué su consumo a los cigarros se transforma en adicción suelen tener patrones en común los cuáles llegan a ser tanto físicos como psicológicos con consecuencias para la salud si no se trata a tiempo.

La adicción a fumar

La adicción al cigarro puede
La adicción al cigarro puede tener un origen psicológico relacionada al estado de ánimo.

De acuerdo con información del National Institute of Health (NIH) del gobierno de los Estados Unidos, en el ámbito psicológico, fumar puede transformarse en una forma de afrontar el estrés, la ansiedad o la rutina diaria.

Muchas personas recurren al cigarrillo como una estrategia para aliviar tensiones o sentirse más relajadas, aunque los efectos sean temporales y los riesgos para la salud sean altos, esta acción puede llegar a normalizarse hasta al punto de ser una rutina muy complicada de romper.

El sitio menciona que aunque el estado de ánimo puede influir a la hora de comenzar a fumar más frecuentemente, no dejar de hacerlo es señal de una fuerte dependencia física provocada por la nicotina, una sustancia altamente adictiva presente en los cigarrillos y también en los vapeadores.

Cuando se fuma, la nicotina llega rápidamente al cerebro y estimula la liberación de dopamina, lo que genera una sensación de recompensa o placer. Con el tiempo, el cuerpo y el cerebro se habitúan a esta sustancia, y al intentar abandonarla, la ausencia de nicotina desencadena síntomas de abstinencia como ansiedad, irritabilidad, dificultad para concentrarse y aumento del apetito, dificultando el proceso de dejar de fumar.

Además, el sitio Smokefree del gobierno de los Estados Unidos menciona que el aspecto conductual, como los gestos repetitivos de fumar o los “gatillos mentales” como beber café o estar en ciertas situaciones, también dificulta romper la asociación con el cigarrillo.

También puede haber temores relacionados con la pérdida de identidad social o la percepción de que dejar de fumar será un reto imposible de superar.

Consejos para dejar de fumar

Salir de una adicción al
Salir de una adicción al consumo de cigarros puede llevar tiempo y necesitar ayuda de un profesional de la salud.

El NIH tiene disponible un manual para comenzar un proceso progresivo de disminución de consumo de cigarro, en él, puedes encontrar situaciones muy específicas que se adecuen a tu situación actual, algunos de los consejos generales que puedes encontrar son:

Establecer una fecha para dejar de fumar: fija un día específico para dejar el hábito y compártelo con personas de confianza. Esto ayuda a comprometerse con el objetivo y prepararse mentalmente.

Identificar los desencadenantes: reconoce las situaciones, emociones o actividades que te hacen querer fumar, como el estrés o el consumo de alcohol, y busca alternativas saludables para afrontarlas.

Usar terapias de reemplazo de nicotina: parches, chicles o pastillas de nicotina pueden aliviar los síntomas de abstinencia y facilitar el proceso de dejar de fumar. Consulta a un profesional médico antes de usarlos.

Buscar apoyo: rodéate de amigos, familiares o grupos de apoyo que respalden tu decisión. Considera también la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en adicciones.

Mantenerse activo: realiza actividades físicas o adopta nuevos hobbies para reducir el estrés y ocupar el tiempo que solías gastar fumando.

Evitar situaciones de tentación: mantén distancia de lugares o personas asociadas al tabaquismo y elimina cigarrillos, encendedores y ceniceros de tu entorno.

Recordar los beneficios: haz una lista de todas las ventajas de dejar de fumar, como mejorar tu salud, ahorrar dinero y reducir riesgos. Recurre a esta lista cada vez que sientas la tentación de fumar.

Ser paciente con el proceso: Dejar de fumar es un desafío que puede implicar recaídas. Enfócate en el progreso, no en los tropiezos, y busca apoyo si fallas.