
Cada vez que una nueva tecnología llega para transformar la forma en que trabajamos, tanto personas como organizaciones se adhieren a lo que comúnmente se llama “curva de adopción”. Dentro de este ciclo encontramos múltiples perfiles: en primer lugar están los innovadores, quienes son los primeros en probar nuevas tecnologías; después aparecen los early adopters, líderes de sector que adoptan las nuevas tecnologías rápidamente y ayudan a correr la voz; finalmente se permea la base de la pirámide, donde encontramos a los usuarios promedio y a la mayoría tardía, quienes son más escépticos y esperan hasta observar una aceptación general; por último tenemos a los rezagados, aquellos que se resisten activamente al cambio y corren el riesgo de quedarse obsoletos.
Al igual que otras tecnologías disruptivas anteriores, la IA está siguiendo este patrón. Los líderes organizacionales de todo el mundo están evaluando cómo estas tecnologías pueden desbloquear oportunidades, impulsar la transformación y generar valor para su negocio. Ante un boom innegable, un estudio de Microsoft señala que actualmente, por cada dólar que las compañías invierten en IA generativa, obtienen una retorno de inversión promedio de $3.70 dólares a cambio, descubriendo no solo el potencial económico de esta innovación, sino también visualizando su capacidad para remodelar losprocesos empresariales e impulsar el cambio.
Como una forma de ayudar a los líderes de TI, a los profesionales de sistemas y a los directivos de diferentes áreas a navegar por la revolución de la IA y descubrir cómo implementarla, Microsoft creó un Centro de Excelencia (CoE) de IA, un equipo dedicado que puede ayudarles a establecer un plan para responder a esta ola de innovación, guiando su trabajo a través de los siguientes pilares:
- Estrategia. Trabajar con los equipos de productos y características para determinar lo que se quiere lograr con la IA. Asisten en la definición de los objetivos de negocio y como priorizar las implementaciones e inversiones más importantes.

- Arquitectura. Facilitan la infraestructura, los datos, los servicios, la seguridad, la privacidad, fomentando la escalabilidad, accesibilidad y la interoperabilidad de acuerdo con las condiciones de cada caso o proyecto de IA.
- Hoja de ruta. Crean y gestionan planes de implementación, incluyendo el uso de herramientas específicas, tecnologías, responsabilidades, objetivos y la medición del rendimiento.
- Cultura. Incentivan la colaboración, la innovación, la educación y la IA responsable entre grupos de interés.
Independientemente de las soluciones y servicios de IA a implementar, es importante para las organizaciones partir de una visión general que se enfoque en los resultados que quieren alcanzar. Para esto, resulta favorable desplegar soluciones unificadas que pueda satisfacer las diversas necesidades de los empleados y las funciones de toda la organización, ofreciendo una experiencia de usuario coherente y proporcionando gobernanza y controles estandarizados. Esta transición no solo implica un nuevo universo de beneficios y oportunidades de negocio para las firmas de cualquier tamaño e industria, sino que también ayuda a construir ambientes de trabajo más estimulantes, que cultiven la satisfacción laboral.
La oportunidad de que la IA cree valor ya no es una ambición para el futuro, sino que está sucediendo ahora, y los líderes organizacionales de todas las industrias están invirtiendo en estrategias que priorizan estas tecnologías como un motor de cambio en la forma en que hacen negocios. Sin duda, IA tiene el poder de potenciar los logros humanos y enriquecer la vida de los empleados, sin embargo, es más importante que nunca hacer una integración consistente, fluida, responsable y segura.