La UNAM explica las emociones que sentimos todos los días en un diccionario

La Universidad Nacional Autónoma de México presenta una guía que explora cómo identificar, comprender y gestionar emociones frente a retos como los derivados de pandemias

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La UNAM desarrolla un diccionario
La UNAM desarrolla un diccionario para comprender y gestionar las emociones en tiempos de crisis. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En un esfuerzo por ayudar a la sociedad a comprender y manejar las emociones que surgen en contextos de crisis, como el generado por la pandemia de Covid-19, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó el proyecto “Diccionario de las emociones”.

Según informó Gaceta UNAM, esta iniciativa busca explicar las principales emociones humanas, cómo se manifiestan y de qué manera pueden ser gestionadas para enfrentar situaciones adversas. Este trabajo es liderado por la Coordinación de Humanidades de la UNAM, en colaboración con la Dirección General de Divulgación de las Humanidades (DGDH) y la Coordinación del Programa Institucional de Tutoría de la Facultad de Psicología.

El proyecto surge como una respuesta a los desafíos emocionales que la pandemia ha impuesto a nivel global. Según detalló Gaceta UNAM, el objetivo principal es proporcionar herramientas que permitan identificar y regular las emociones, promoviendo así un mejor manejo de las mismas en momentos de incertidumbre o estrés. Este diccionario no sólo define las emociones, sino que también profundiza en sus características, niveles de intensidad y posibles consecuencias.

Las cinco emociones principales

Derivado de los problemas causados por la pandemia, la UNAM hizo un diccionario de las emociones para comprenderlas y gestionarlas mejor. (UNAM Global)

Entre las emociones abordadas en el diccionario, el enojo ocupa un lugar destacado. Según explicó Gaceta UNAM, esta emoción surge cuando una persona percibe que algo está “mal” o se siente contrariada por las acciones, palabras o actitudes de otros.

También señaló que el enojo puede manifestarse en diferentes grados que van desde una leve irritación hasta estados más intensos como la furia o la ira, por lo que detalló que es importante comprender esta variabilidad para aprender a manejarla de manera efectiva y evitar que se convierta en un obstáculo en las relaciones interpersonales o en la toma de decisiones.

Otra emoción analizada en el proyecto es la sorpresa, la cual fue descrita como una reacción primaria que se produce ante eventos inesperados, novedosos o extraños. Según el proyecto compartido por Gaceta UNAM, esta emoción tiene la particularidad de desviar toda la atención hacia aquello que la provoca.

A diferencia de otras emociones, la sorpresa se clasifica como neutra o ambigua, ya que no se considera ni positiva ni negativa. Este enfoque permite entender cómo esta reacción puede ser utilizada para adaptarse rápidamente a situaciones nuevas o imprevistas.

En el caso de la tristeza, definida como el estado emocional opuesto a la alegría, también forma parte del análisis del diccionario. Según informó Gaceta UNAM, esta emoción se desencadena por eventos desfavorables y se caracteriza por sentimientos de pesimismo, insatisfacción y una tendencia al llanto.

La tristeza es reconocida como
La tristeza es reconocida como una emoción esencial para procesar desilusiones y superar pérdidas.

Aunque puede parecer una emoción negativa, la tristeza cumple un papel fundamental en el proceso psicológico de superar pérdidas, desilusiones o fracasos. Reconocer su función permite abordar esta emoción de manera constructiva, en lugar de reprimirla o ignorarla.

El miedo, una de las emociones básicas compartidas por los seres humanos y muchos animales, también es objeto de estudio en este proyecto. Según detalló Gaceta UNAM, esta emoción se caracteriza por una sensación intensa y desagradable que surge ante la percepción de un peligro, ya sea real o imaginario.

Las respuestas más comunes al miedo incluyen huir, evitar el peligro o enfrentarlo directamente. Comprender esta emoción es esencial para manejar situaciones de riesgo y para distinguir entre amenazas reales y aquellas que son producto de la imaginación.

Finalmente, el diccionario también aborda la alegría, que se manifiesta como una reacción de satisfacción o gozo que surge tras alcanzar un logro personal o presenciar el éxito de otros. Según informó Gaceta UNAM, este estado emocional puede convertirse en una constante en la vida de las personas cuando la realidad que experimentan coincide con sus deseos y expectativas.

Además, se asocia con un bienestar generalizado, altos niveles de energía y una disposición positiva hacia acciones constructivas, lo que además incrementa la productividad y fortalece las relaciones interpersonales.

Otras emociones derivadas de las principales

Aunque es natural sentir esta emoción, si no se gestiona de la manera adecuada, puede afectar las relaciones afectivas. (Global UNAM)

De acuerdo con el proyecto de la UNAM, la ansiedad se describe como una reacción anticipatoria ante una amenaza futura. Este estado emocional se caracteriza por una combinación de tensión muscular, vigilancia constante hacia lo que está por venir y comportamientos que buscan evitar posibles riesgos.

La ansiedad, en este sentido, actúa como un mecanismo de alerta que prepara al individuo para enfrentar situaciones potencialmente adversas, aunque también puede derivar en un desgaste emocional significativo si se prolonga en el tiempo.

Cuando se trata de la melancolía, el diccionario de la UNAM señaló que se define como la incapacidad de experimentar emociones y quienes padecen este estado emocional permanecen en una especie de “ausencia emocional”, donde ningún sentimiento logra manifestarse.

Este vacío afectivo puede tener un impacto profundo en la vida de las personas, limitando su capacidad para conectar con los demás y disfrutar de las experiencias cotidianas.

En el caso del término confianza mencionó que tiene sus raíces en el latín “confidentia”, que combina el prefijo “con” (junto, todo) con “fides” (fe). Así, la confianza se entiende como una convicción absoluta, una fe plena en algo o alguien. Este concepto es fundamental en las relaciones humanas, ya que permite construir vínculos sólidos basados en la seguridad y la credibilidad mutua.

Sobre los celos señaló que son definidos como la emoción que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia su relación o vínculo con alguien. Este sentimiento puede manifestarse en diversas formas, desde una leve inquietud hasta una intensa preocupación, dependiendo de la naturaleza de la relación y de las circunstancias que la rodean. Aunque son naturales en ciertos contextos, mencionó que pueden convertirse en un problema si no se gestionan adecuadamente.

La culpa y la vergüenza
La culpa y la vergüenza emergen como elementos que refuerzan la autorreflexión y el respeto social.

Respecto a la culpa mencionó que es una emoción que emerge cuando una persona siente que ha transgredido normas éticas, personales o sociales, especialmente si su conducta ha causado daño a otros.

Este sentimiento genera un malestar profundo, acompañado de un efecto doloroso que puede llevar a la reflexión y, en algunos casos, a la reparación del daño causado y desempeña un papel importante en la regulación de las conductas humanas, pues actúa como un mecanismo que fomenta la responsabilidad y el respeto hacia los demás.

En el caso de la vergüenza, la describió como una emoción que impulsa a las personas a ocultar defectos, rasgos o acciones que consideran inaceptables. Este sentimiento está vinculado al miedo, al rechazo o a la crítica de los demás, lo que lleva a quienes lo experimentan a evitar situaciones que puedan exponer sus fallas.

La vergüenza, aunque puede ser útil para fomentar la autocrítica constructiva, también puede derivar en un exceso de autoexigencia y en una disminución de la autoestima.

Por último, señaló que la frustración se presenta como una respuesta emocional ante la imposibilidad de satisfacer un deseo, necesidad o impulso. Este estado genera sentimientos de ira, molestia y decepción, que se intensifican cuanto mayor es la barrera que impide alcanzar el objetivo.

La frustración, según el diccionario de la UNAM, es una experiencia común que refleja la brecha entre las expectativas y la realidad, por lo que puede ser un motor para el cambio o un obstáculo si no se maneja adecuadamente.