Estrés oxidativo: ¿Qué es y qué vitaminas ayudan a neutralizarlo?

Es un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes en el cuerpo, lo que puede causar daño celular y contribuir al envejecimiento y diversas enfermedades

Guardar
Es un desequilibrio entre los
Es un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes en el cuerpo, lo que puede causar daño celular y contribuir al envejecimiento y diversas enfermedades

El estrés oxidativo es un desequilibrio que ocurre en el cuerpo cuando hay un exceso de radicales libres y una deficiencia de antioxidantes para neutralizarlos. Este fenómeno puede causar daño celular, afectando estructuras como el ADN, las proteínas y las membranas celulares.

Con el tiempo, este desequilibrio se ha relacionado con el desarrollo de diversas enfermedades, incluyendo problemas cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Además, acelera el envejecimiento prematuro.

¿Cómo combatir el estrés oxidativo con vitaminas?

El cuerpo cuenta con mecanismos naturales de defensa contra el estrés oxidativo, pero es fundamental proporcionar los nutrientes adecuados a través de la dieta. Algunas vitaminas y compuestos antioxidantes pueden desempeñar un papel clave en la reducción de este fenómeno:

1. Vitamina C: el antioxidante por excelencia

Conocida por su potente acción antioxidante, la vitamina C ayuda a neutralizar los radicales libres y regenera otros antioxidantes, como la vitamina E. Además, fortalece el sistema inmunológico y participa en la síntesis de colágeno, esencial para la piel y las articulaciones. Se encuentra en alimentos como naranjas, fresas, kiwi, pimientos y brócoli.

El estrés oxidativo daña las
El estrés oxidativo daña las células al generar un exceso de radicales libres, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro y diversas enfermedades crónicas. (Freepik)

2. Vitamina E: protección para las membranas celulares

Es un antioxidante liposoluble que protege las células del daño oxidativo, especialmente en los lípidos de las membranas celulares. Consumir alimentos ricos en vitamina E, como frutos secos, semillas, aceites vegetales y espinacas, puede ayudar a prevenir el deterioro celular.

3. Vitamina A y betacarotenos: defensa para la vista y la piel

La vitamina A y su precursor, el betacaroteno, actúan como antioxidantes que protegen las células del daño de los radicales libres. Estos compuestos están presentes en alimentos de color naranja y amarillo, como zanahorias, calabaza y batatas, así como en vegetales de hoja verde.

4. Vitamina D: más que salud ósea

Aunque es ampliamente conocida por su papel en la salud ósea, la vitamina D también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Ayuda a regular la respuesta inmunológica y a reducir la inflamación. Se obtiene principalmente de la exposición al sol y de alimentos como pescados grasos, huevos y productos fortificados.

5. Ácido fólico (Vitamina B9): regeneración celular

El ácido fólico es crucial para la producción de células nuevas y la reparación del ADN. Su deficiencia puede aumentar el riesgo de estrés oxidativo. Se encuentra en vegetales de hoja verde, frijoles, lentejas y cereales fortificados.

6. Vitamina B6: apoyo para el sistema inmunológico

Aunque no es un antioxidante directo, la vitamina B6 ayuda en la función inmunológica y en la producción de neurotransmisores, lo que contribuye a la protección celular. Se obtiene de alimentos como pollo, pescado, patatas y plátanos.

El estrés oxidativo daña las
El estrés oxidativo daña las células al generar un exceso de radicales libres, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro y diversas enfermedades crónicas. (Shutterstock)

El estrés oxidativo es un factor clave en el desarrollo de muchas enfermedades y en el envejecimiento. Incorporar una dieta rica en vitaminas antioxidantes puede ayudar a reducir sus efectos y a mantener una mejor salud a largo plazo.

Además de consumir estos nutrientes, también es importante evitar el tabaco, reducir el estrés, dormir bien y hacer ejercicio regularmente para fortalecer los mecanismos de defensa del organismo.